Joshua Becker, autor superventas del Wall Street Journal y defensor del estilo de vida sencillo, explica cómo sus descubrimientos sobre el minimalismo han transformado su forma de pensar sobre el gasto.
Al renunciar a posesiones innecesarias, descubrió maneras más significativas de buscar la felicidad. Incluso para quienes no practican un estilo de vida minimalista, la investigación científica arroja luz sobre formas específicas de gastar nuestro dinero para mejorar nuestro bienestar y felicidad.
A continuación, según la ciencia, estas son las 3 formas de gastar dinero que te harán más feliz:
1. Gasta en Experiencias, No en Cosas
Numerosos estudios han demostrado que gastar dinero en experiencias resulta más gratificante que invertirlo en bienes materiales. Un estudio realizado por la Universidad de Texas concluyó que «la gente obtiene más felicidad de sus experiencias que de sus posesiones materiales»,respaldando esta idea.
Las experiencias, como salidas familiares, viajes o clases de cocina, aportan una alegría duradera, no solo en el momento, sino también a través de los recuerdos que generan.
A diferencia de los objetos materiales, que a menudo pierden su atractivo con el tiempo, las experiencias enriquecen nuestra vida emocional y fortalecen nuestras relaciones.
Robert Waldinger, director de un estudio de Harvard sobre el desarrollo adulto, destaca la importancia de estos momentos compartidos para una felicidad duradera.
Para Becker, este cambio en sus hábitos de consumo ha sido profundamente beneficioso. En lugar de buscar las últimas tendencias o aparatos, prefiere experiencias que fortalezcan vínculos y generen recuerdos significativos.
2. Dar a los demás
Las investigaciones también señalan que gastar dinero en los demás —ya sea mediante donaciones, regalos o actos de bondad— genera más felicidad que gastarlo en uno mismo. Un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology confirma que «gastar dinero en los demás fomenta la felicidad», independientemente de la cultura, la edad o los ingresos.
Dar a los demás satisface nuestra necesidad de conexión y sentido. Ya sea con una donación, un regalo sincero o una comida compartida, este gesto fortalece nuestra comunidad y nuestro bienestar.
Becker enfatiza que el gasto prosocial, sea grande o pequeño, aporta una satisfacción única: desde apoyar una causa hasta alegrar el día de un ser querido.
3. Ahorrar tiempo para reducir el estrés
Otra manera de utilizar el dinero para aumentar nuestra felicidad es “comprar tiempo”. Esto implica priorizar gastos que reduzcan el estrés, liberándonos de tareas gravosas para enfocarnos en lo que realmente importa.
Un estudio publicado en The National Library of Medicine Journal encontró que las personas que invierten en tiempo, en lugar de bienes materiales, manifiestan mayor satisfacción con sus vidas.
Ahorrar tiempo puede significar delegar tareas domésticas, elegir una vivienda más cercana al trabajo o utilizar servicios para evitar actividades tediosas. No se trata de evadir responsabilidades, sino de liberar energía para dedicarla a lo esencial: la familia, el descanso y el ocio.
Conclusión
Gastemos nuestro dinero sabiamente. Una vez satisfechas nuestras necesidades básicas, la verdadera felicidad no radica en acumular más cosas, sino en cómo usamos nuestros recursos para enriquecer nuestra vida y nuestras relaciones.
Invertir en experiencias, dar generosamente a los demás y crear tiempo para nosotros mismos son elecciones que contribuyen a una felicidad más profunda y duradera que el gasto sin sentido.
Por Julia L.
👍 COMPARTE lo positivo {+} en tu red social favorita 💡 ¡Asegúrate de guardarlo en tu tablero de Pinterest!📌 Aprende a expandir tu consciencia y observar los cambios positivos en tu vida! Si llegaste hasta aquí, muchas gracias por leernos.