El final de un matrimonio, una relación, o una relación pasional intensa siempre supone una conmoción y un gran dolor.
A pesar de la frecuencia de las rupturas, raramente se llevan a cabo sin complicaciones.
Las separaciones y divorcios están en aumento, pero las estadísticas no mitigan la sensación de aislamiento que experimentamos.
El dolor suele intensificarse por discusiones, traiciones, agresiones o abandono.
¿Por qué es tan Dolorosa la Ruptura?
- ¿Por qué la separación se percibe de forma tan negativa?
- ¿Por qué sufrimos tanto cuando termina una relación?
- ¿Por qué nuestra cultura no valora lo transitorio, la fidelidad a la vida y sus transformaciones?
Estas preguntas fueron estudiadas por Franco La Cecla, antropólogo italiano y profesor de la Universidad de Venecia, en su ensayo "Je Te Quitte, Moi Non Plus: l'Art de la Rupture Amoureuse".
Cecla argumenta que nos negamos a reconocer la importancia de la ruptura amorosa, considerándola una repercusión negativa de la maravilla del amor. El dolor de la ruptura autentifica el amor experimentado.
Según él, "Si la separación se produjera de otro modo, podríamos preguntarnos si lo vivido fue simplemente una ilusión amorosa o una relación real."
¿Hasta que la muerte nos separe?
Para entender cómo nos separamos, primero debemos entender cómo nos enamoramos. La Cecla sostiene que nuestra sociedad aún está apegada a la idea del amor eterno, supuestamente destinado a durar toda la vida. Se pregunta cómo podemos posicionarnos en una sociedad basada en un concepto de amor que es insostenible.
Según él, las parejas se niegan a considerar la separación como un tránsito natural, similar al nacimiento, la iniciación a la edad adulta, o el matrimonio.
En otras culturas, la ruptura no se percibe de forma tan trágica y solitaria. Por ejemplo, entre los tuareg, un pueblo nómada del desierto africano, las separaciones se celebran con una fiesta, donde la tristeza del abandono es calmada porque toda la comunidad comparte la idea de que las relaciones suelen ser efímeras.
Las trampas de la ruptura
Hay patrones recurrentes en las rupturas amorosas, que pueden dividirse en cuatro categorías:
- "Te dejo",
- "Haces todo lo posible para que te deje",
- "Me dejas" y
- "Nos dejamos".
Las dos primeras implican acción y suelen ser crueles. La tercera es un reconocimiento mutuo de la necesidad de dejarnos. La cuarta, "nos estamos dejando", sugiere que la relación amorosa no era profunda.
En Europa, son principalmente las mujeres las que solicitan el divorcio (alrededor del 70% de los casos). La Cecla cree que no hay una forma de separarse específicamente femenina o masculina, aunque sí hay diferencias en cómo cada género gestiona sus emociones.
Sin embargo, existe una "ignorancia compartida" en el momento de la ruptura. Nos falta sabiduría y comprensión en esta etapa.
El final de una relación amorosa
La ruptura es la otra cara de la pasión. En la raíz de la concepción trágica de la ruptura está el rechazo a reflexionar sobre la propia relación. Si la relación forma parte de nuestro desarrollo personal, no hay ruptura real. El vínculo permanece.
Creo que tratamos mal los recuerdos de relaciones pasadas. No sabemos qué hacer con la felicidad que hemos experimentado, ni cómo utilizarla después.
Es como si la única forma de recordar fuera la tristeza o el arrepentimiento.
La sociedad debería inventar un nuevo código para esta transición, aunque no ofrezca soluciones inmediatas.
No hay reglas para experimentar el amor o la ruptura. El final de una relación amorosa también forma parte de la historia de amor.
Palabras finales:
A ti que estas leyendo este artículo, te digo que no estas sola. Te acompaño, ya que también estoy en ese proceso de duelo.
Afrontar una ruptura nunca es fácil. Es un momento de introspección profunda, de reevaluación de lo que somos y de lo que queremos ser.
Sin embargo, es crucial recordar que el final de una relación no es el fin de tu camino personal, sino una oportunidad para redescubrirte y fortalecerte.
El dolor que sientes es testimonio del amor que diste y, a su manera, del amor que eres capaz de ofrecer. Este momento, aunque marcado por la tristeza, también puede ser una puerta hacia un nuevo comienzo, un estímulo para crecer y evolucionar.
La vida continúa, rica en posibilidades y nuevas oportunidades de encontrar la felicidad y la plenitud.
Recuerda que no estás sola en este viaje. Muchos hemos pasado por esta dolorosa experiencia y hemos encontrado no solo la manera de curar, sino también de florecer. Permite que este momento de transformación te enseñe la resiliencia de tu espíritu y la profundidad de tu capacidad para amar y ser amado.
Mientras cierras este capítulo, abre tu corazón a las lecciones que ha traído. Encuentra en cada día pequeños motivos para sonreír y avanza con la cabeza en alto, sabiendo que:
“Cada paso que das es un avance hacia un futuro donde el amor, en muchas formas, espera aún por ti.”
La separación es solo un punto en el vasto lienzo de tu vida. Con cada pincelada de experiencia, construyes una obra más rica y vibrante. Ten fe en el proceso, fe en ti misma y, sobre todo, mantén viva la esperanza.
Porque incluso, en los momentos más oscuros, la luz de nuevas posibilidades brilla justo en el horizonte.
Maritere C.
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