La Revolución del Descanso Corto: La Magia de la Siesta de 27 Minutos


La vida moderna con sus exigencias y ritmo acelerado puede dejar poco espacio para el descanso.

Es aquí es donde una siesta estratégica de 27 minutos puede ser transformadora.

Investigaciones lideradas por expertos en sueño, como Matthew Walker y Daniel Pink, han descubierto que nuestro ciclo natural de sueño óptimo podría ser bifásico, es decir, repartido en dos fases a lo largo del día, en lugar de concentrarse en un solo bloque nocturno.

La Revolución del Descanso Corto: La Magia de la Siesta de 27 Minutos
Este breve período de descanso vespertino no es casualidad. Está alineado con una disminución genéticamente programada de nuestra alerta que sucede cada tarde, promoviendo una siesta como parte de nuestro ritmo circadiano natural.

Este lapso de tiempo, no es solo un capricho de la naturaleza, sino una forma integrada de reponer nuestras energías.

Matthew Walker nos ha dado un dato clave: estamos programados para dormir en dos tandas, no en una sola maratón nocturna. Nuestro reloj interno nos hace parpadear más lento después de comer, mandándonos señales claras de que es hora de un receso. Y es que la siesta no es pereza, es una función biológica tan natural como el hambre o la sed.

Tomarte esos 27 minutos para una siesta no significa perder tiempo, todo lo contrario. Las investigaciones señalan que un breve descanso puede reiniciar tu cerebro, afilando tu memoria, destapando tu creatividad y mejorando tu humor. Y no te preocupes por esa sensación de aturdimiento después de una siesta larga, si te limitas a esos mágicos 20 minutos más los siete que tardas en irte al país de los sueños, te esquivarás la inercia del sueño, ese enemigo de la claridad mental post-siesta.

Daniel Pink lo respalda, indicando que, si bien podemos tener beneficios de una siesta larga, los costos pueden ser altos. Por eso, una siesta corta y dulce es la clave para volver al trabajo o a tus quehaceres sintiéndote como nuevo.

Cuándo dormir la siesta

Los expertos suelen recomendar que los adultos duerman la siesta ocho o más horas antes de acostarse. Para la mayoría de la gente, eso significa dormir la siesta antes de las 3 de la tarde. Dormir la siesta demasiado tarde puede contribuir a los problemas de sueño nocturno.

Para algunas personas, las siestas pueden parecer naturales o incluso necesarias después de la hora de comer. Esto se conoce a veces como "bajón posterior al almuerzo".

Aunque la comida puede influir en la somnolencia vespertina, la siesta después de comer está relacionada con el ritmo circadiano. El ritmo circadiano es el reloj interno del cuerpo que sigue un ciclo de 24 horas.

Dentro de este ciclo hay dos periodos de máxima somnolencia. El mayor pico se produce durante la noche, y el segundo a primera hora de la tarde.

Dónde dormir la siesta

Un buen entorno para dormir es fresco, tranquilo y oscuro. Disponer de un entorno cómodo para la siesta puede ayudar a evitar interrupciones o despertares no deseados.

Para las personas que trabajan en casa, el dormitorio es probablemente un buen lugar para una breve siesta, puesto que ya está preparado para favorecer el sueño. Añadir cortinas opacas o una máquina de ruido blanco para bloquear las distracciones puede ayudar tanto por la noche como durante las siestas diurnas.

En un entorno de oficina, accesorios como tapones para los oídos o un antifaz pueden reducir las interrupciones durante la siesta. Siempre que sea posible, las siestas deben hacerse en un espacio donde sea improbable que se produzcan interrupciones. Algunas oficinas disponen incluso de cabinas de siesta u otras zonas tranquilas para relajarse o disfrutar de un breve período de sueño reparador.

Recuerda poner una alarma

Antes de quedarte dormido durante la siesta, programa una alarma para la duración deseada de la siesta, que generalmente debería ser de unos 27 minutos.

Cuando suene la alarma, no pulses snooze para seguir durmiendo, ya que puedes arriesgarte a entrar en un sueño más profundo. Poner una segunda alarma para que suene poco después de la primera puede ayudar a evitar una siesta demasiado larga.

Intenta levantarte en cuanto suene la alarma y luego estírate o camina para sacudirte la somnolencia posterior a la siesta.

Considera las siestas con cafeína

Las personas que duermen la siesta para obtener un impulso de energía pueden beneficiarse de tomar cafeína antes de echarse la siesta. El cerebro y el cuerpo sienten el impacto de la cafeína unos 30 minutos después de consumirla, por lo que tomar cafeína justo antes de una siesta corta puede aumentar el estado de alerta tras despertarse.

Así que ya lo sabes, la próxima vez que sientas ese llamado de la cama o el sofá después de comer, no lo ignores. Programa esos 27 minutos, encuentra un lugar cómodo y entrégate al proceso natural de recarga. ¡Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán!



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