Síguenos en nuestro canal de WhatsAppEs posible que ya haya oído a alguien decir, o escuchado a otra persona decir: "Es el destino".
Entonces, ¿está predeterminado nuestro destino desde el momento en que nacemos?
A menudo nos hemos preguntado por los episodios que tejen la trama de nuestra existencia. Solemos considerar que nuestras cargas son demasiado pesadas y nos preguntamos por qué soportamos sufrimientos que consideramos injustos. En muchas ocasiones, llegamos a la conclusión de que todo se debe al destino.
Cuando comenzamos nuestro viaje aquí, llevamos con nosotros el equipaje de vidas pasadas, un conjunto de experiencias llamado karma. En este equipaje llevamos un saldo de créditos y débitos, que actúan como desencadenantes de los acontecimientos de nuestra vida presente.
Cada vez que entramos en el escenario de la existencia, traemos con nosotros una trama preconcebida que hemos trazado en el reino astral. En este equipaje llevamos la mitad de nuestra historia, mientras que la otra mitad es el resultado de las interacciones con otros individuos y del ejercicio de nuestro libre albedrío.
¿Somos una hoja en blanco cuando nacemos?
Algunos suscriben la creencia de que nacemos en este mundo como una "pizarra en blanco", una página por escribir.
Esta noción tiene su origen en las reflexiones de John Locke, un pensador inglés que veía la mente del niño como un lienzo en blanco que había que llenar con educación, información y experiencia. Sin embargo:
¿Cómo explicar entonces que un niño pueda nacer con un don excepcional para la música, el teatro o la espiritualidad, mientras que otro puede nacer con dificultades de aprendizaje?
¿Cómo justificar que un niño nazca en la opulencia y otro crezca en la precariedad?
¿Cómo explicar que unos nazcan en perfecto estado de salud y otros con necesidades especiales?
Si esta concepción fuera cierta, se podría argumentar que este universo funciona según reglas arbitrarias e injustas. Sin embargo, considero que cada elemento tiene su lugar y que el universo florece en perfecta armonía. Al nacer en este mundo, perpetuamos la historia que comenzamos hace miles de años. Cada vez que se levanta el telón de esta etapa de la vida, reintroducimos en nuestro equipaje el karma y las enseñanzas de nuestras vidas anteriores.
Este equipaje es el resultado de nuestras experiencias pasadas, una amalgama de créditos y débitos que servirá de "punto de partida" para nuestra próxima aventura.
Esta noción tiene su origen en las reflexiones de John Locke, un pensador inglés que veía la mente del niño como un lienzo en blanco que había que llenar con educación, información y experiencia. Sin embargo:
¿Cómo explicar entonces que un niño pueda nacer con un don excepcional para la música, el teatro o la espiritualidad, mientras que otro puede nacer con dificultades de aprendizaje?
¿Cómo justificar que un niño nazca en la opulencia y otro crezca en la precariedad?
¿Cómo explicar que unos nazcan en perfecto estado de salud y otros con necesidades especiales?
Si esta concepción fuera cierta, se podría argumentar que este universo funciona según reglas arbitrarias e injustas. Sin embargo, considero que cada elemento tiene su lugar y que el universo florece en perfecta armonía. Al nacer en este mundo, perpetuamos la historia que comenzamos hace miles de años. Cada vez que se levanta el telón de esta etapa de la vida, reintroducimos en nuestro equipaje el karma y las enseñanzas de nuestras vidas anteriores.
Este equipaje es el resultado de nuestras experiencias pasadas, una amalgama de créditos y débitos que servirá de "punto de partida" para nuestra próxima aventura.
Nuestra vibración elige el escenario
De acuerdo con nuestra frecuencia energética, elegimos el escenario más apropiado y los actores más adecuados para montar juntos un gran espectáculo. Cuando llegamos a este mundo, nuestra misión es resolver los apegos que hemos dejado atrás.
A medida que evolucionamos espiritualmente, experimentamos multitud de actos de amor constructivos, que nos granjean el apoyo y la benevolencia de quienes nos rodean. Estas experiencias altruistas generan vórtices de energía más elevados dentro de nuestra estructura espiritual, que nos llevan a encontrar individuos y situaciones que comparten la misma frecuencia.
Si, en la escala cósmica de nuestra existencia, la carga más pesada reside en los aspectos negativos de nuestro bagaje, entonces nos sentiremos naturalmente atraídos hacia las mejores oportunidades en este camino. Así es como corregimos estas cuestiones pendientes. Nos encontraremos en armonía con personas, circunstancias y entornos que nos ayudarán a armonizar nuestro ser. A partir de entonces, esa "maleta sin asa" que llevamos en el equipaje se convierte en un maestro de primer orden, que refleja nuestro mundo interior e indica las áreas que necesitan mejorar.
El secreto para formar un destino feliz reside en nuestras elecciones, en nuestro libre albedrío.
Somos responsables, ya sea de nuestros actos en esta vida o en vidas pasadas. Por lo tanto, es imperativo que cambiemos la forma en que nos comportamos a diario. Si te encuentras en circunstancias desagradables, comprende que a menudo son tus vibraciones energéticas las que atraen estos acontecimientos.
Asume tu responsabilidad en lugar de buscar culpables, porque, al fin y al cabo, los demás y tu entorno reflejan tu mundo interior. La vida fluye como una corriente ininterrumpida de energía, y a través de tu vibración puedes desempeñar el papel de vector positivo o negativo. Utiliza el poder inherente al libre albedrío para reescribir el escenario y construir un futuro más feliz. El libre albedrío es la capacidad de cada individuo de elegir sus acciones, de trazar el curso que desea seguir.
Todas las cosas, antes de materializarse en este espacio físico, sean fuente de alegría o de tristeza, toman forma primero en la mente de los seres humanos, es decir, en el dominio mental. Ejercemos este poder creativo en cada momento, a través de nuestras elecciones de pensamientos, palabras y acciones. A través de estas elecciones, creamos un destino teñido de éxito y triunfo, o sembrado de fracaso y arrepentimiento.
A medida que evolucionamos espiritualmente, experimentamos multitud de actos de amor constructivos, que nos granjean el apoyo y la benevolencia de quienes nos rodean. Estas experiencias altruistas generan vórtices de energía más elevados dentro de nuestra estructura espiritual, que nos llevan a encontrar individuos y situaciones que comparten la misma frecuencia.
Si, en la escala cósmica de nuestra existencia, la carga más pesada reside en los aspectos negativos de nuestro bagaje, entonces nos sentiremos naturalmente atraídos hacia las mejores oportunidades en este camino. Así es como corregimos estas cuestiones pendientes. Nos encontraremos en armonía con personas, circunstancias y entornos que nos ayudarán a armonizar nuestro ser. A partir de entonces, esa "maleta sin asa" que llevamos en el equipaje se convierte en un maestro de primer orden, que refleja nuestro mundo interior e indica las áreas que necesitan mejorar.
El secreto para formar un destino feliz reside en nuestras elecciones, en nuestro libre albedrío.
Somos responsables, ya sea de nuestros actos en esta vida o en vidas pasadas. Por lo tanto, es imperativo que cambiemos la forma en que nos comportamos a diario. Si te encuentras en circunstancias desagradables, comprende que a menudo son tus vibraciones energéticas las que atraen estos acontecimientos.
Asume tu responsabilidad en lugar de buscar culpables, porque, al fin y al cabo, los demás y tu entorno reflejan tu mundo interior. La vida fluye como una corriente ininterrumpida de energía, y a través de tu vibración puedes desempeñar el papel de vector positivo o negativo. Utiliza el poder inherente al libre albedrío para reescribir el escenario y construir un futuro más feliz. El libre albedrío es la capacidad de cada individuo de elegir sus acciones, de trazar el curso que desea seguir.
Todas las cosas, antes de materializarse en este espacio físico, sean fuente de alegría o de tristeza, toman forma primero en la mente de los seres humanos, es decir, en el dominio mental. Ejercemos este poder creativo en cada momento, a través de nuestras elecciones de pensamientos, palabras y acciones. A través de estas elecciones, creamos un destino teñido de éxito y triunfo, o sembrado de fracaso y arrepentimiento.
¿En cuál de estas realidades te encuentras en este momento?
Si no estás contento con tu destino actual, recuerda que es el resultado de tus elecciones pasadas.
Por medio de nuestro libre albedrío, estamos facultados para seguir la guía de entidades espirituales superiores o dejarnos guiar por mentes menos desarrolladas. Tenemos la capacidad de trascender nuestro karma negativo actuando más allá de sus límites o, por el contrario, cargarnos con más deudas para nuestras próximas exploraciones existenciales.
¡Es tú elección! Al fin y al cabo, posees el poder del libre albedrío, la capacidad de tomar decisiones que guíen tu camino.
Envuélvete en un cálido abrazo y deséate un éxito continuo.
Por Juan Carlos R.
Por medio de nuestro libre albedrío, estamos facultados para seguir la guía de entidades espirituales superiores o dejarnos guiar por mentes menos desarrolladas. Tenemos la capacidad de trascender nuestro karma negativo actuando más allá de sus límites o, por el contrario, cargarnos con más deudas para nuestras próximas exploraciones existenciales.
¡Es tú elección! Al fin y al cabo, posees el poder del libre albedrío, la capacidad de tomar decisiones que guíen tu camino.
Envuélvete en un cálido abrazo y deséate un éxito continuo.
Por Juan Carlos R.
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