¿Es miedo o intuición? Cómo diferenciarlas


La verdadera intuición puede guiarnos a lugares increíbles.

Puede ayudarnos a tomar decisiones que a nadie más se le habrían ocurrido, nos da ideas brillantes e inspira creaciones, estrategias y planes.

El miedo, sin embargo, puede enredarnos y hacernos cometer errores. Puede crearnos escollos, autosabotearnos y hacernos dar el paso equivocado en el momento equivocado.

El arte de discernir la verdadera intuición puede ser la diferencia entre un gran éxito y la mediocridad. Es lo que separa al genio de la locura. Y puede causar grandes pérdidas y desvíos cuando no acertamos.

¿Cómo saber si es miedo o intuición?

La intuición, también conocida como "conocimiento profundo", es la capacidad de comprender instantáneamente algo sin recurrir al razonamiento consciente.

La intuición se basa en la memoria implícita, que es la capacidad de recordar información sin recurrir al razonamiento consciente (como saber instintivamente que es peligroso tocar una superficie caliente).

Tu cerebro evalúa rápidamente una situación en cuestión de milisegundos, teniendo en cuenta tu repertorio mental de experiencias pasadas, necesidades personales, preferencias, etcétera.

A partir de este contexto, la intuición te guía hacia una decisión.

La intuición funciona como un semáforo interno que te avisa de que debes frenar o parar cuando algo no te conviene o no estás preparado. También te da luz verde para avanzar rápidamente cuando las cosas van bien.

La intuición puede ser difícil de describir porque es abstracta e intangible. Es una sensación energética no verbal, casi como un sentido o una vibración. Sin embargo, seguro que puedes encontrar ejemplos concretos de la influencia de tu intuición en tu vida diaria.

¿Es miedo o intuición? Cómo diferenciarlas

Estos son algunos ejemplos:

  • Leer entre líneas y percibir lo que piensan o sienten los demás antes de decirlo.
  • Un destello de perspicacia o una idea brillante que parece surgir de la nada.
  • Tener un nudo en el estómago cuando hay que tomar una decisión.
Por algo los científicos llaman al intestino el "segundo cerebro". Hay una amplia red neuronal de 100 millones de neuronas en todo el tubo digestivo. Son más neuronas que las que hay en la médula espinal, lo que demuestra la increíble capacidad del intestino.

La intuición suele ser más útil en situaciones en las que el pensamiento analítico por sí solo no basta. Las investigaciones demuestran que, cuando se trata de las grandes decisiones de la vida, como dónde vivir o qué tipo de trabajo hacer, las personas son mucho más felices y están más satisfechas cuando toman decisiones intuitivas.

Las personas muy sensibles y el poder de la intuición

Las personas muy sensibles suelen tener una intuición más fuerte que el 80% de la población. Su sexto sentido es más agudo porque tiene una percepción más profunda del mundo que le rodea. También tiene una mayor conciencia de las emociones de los demás. Poseen una capacidad increíble para captar detalles que a otros se les escapan, reconocer patrones y sintetizar información. Esto contribuye al desarrollo de su intuición, porque dispone de un rico caudal de conocimientos sobre el mundo y sobre sí mismo.

El problema, sin embargo, es que la mayoría de las personas muy sensibles no han aprendido a confiar en sí mismas. A menudo han sido condicionadas a creer que su sensibilidad es una debilidad, algo que deben ocultar y de lo que deben avergonzarse. Se les dice que construyan un caparazón y que dejen de tomarse las cosas demasiado a pecho.

Estos mensajes tienen el efecto de distanciarles de su intuición. Además, las personas muy sensibles tienden a buscar el elogio y la aprobación externos, lo que las aleja aún más de su capacidad de saber qué es lo mejor para ellas.

Si alguna vez te ha costado distinguir entre la intuición y el miedo, no eres el único. Sin embargo, la buena noticia es que la intuición puede desarrollarse y fortalecerse, igual que un músculo. Con atención consciente y concentración, puedes fortalecer la conexión con tu intuición. Aprende a confiar en ti mismo, a escuchar tus sentimientos y a honrar los mensajes que te envía tu intuición. Para ello hay que tomarse tiempo para conectar con uno mismo, ser paciente y practicar regularmente la escucha de la voz interior.

El miedo frente a la intuición

¿Cómo diferenciar la intuición del miedo a la hora de decidir si no quieres hacer algo?

Veamos cómo distinguirlos:

Empecemos por entender cómo se siente el miedo. Cuando surge el miedo, sientes una energía que te empuja a evitar la decepción, el ridículo o la desaprobación. Tu motivación es escapar del rechazo o la exclusión. En tu cuerpo, el miedo suele adoptar la forma de una energía rápida, frenética e inestable. Puedes sentir tensión, una sensación de contracción muscular o tirantez. Incluso, puede tener la sensación de encogerse físicamente, por ejemplo, al agacharse.

Mentalmente, el miedo va acompañado de pensamientos severos y críticos. Tu crítico interior toma el control y se muestra dominante y dramático. Te hace esconderte, contenerte, conformarte o comprometer tus necesidades. El miedo se alimenta de la confusión y te anima a ir sobre seguro.

La intuición, en cambio, se manifiesta como una energía que te atrae hacia lo que más te conviene, aunque eso signifique asumir un riesgo. Subyace una sensación de esperanza e incluso de entusiasmo. En el cuerpo, la intuición se siente como un conocimiento interior tranquilo. Es un sentimiento relajado, caracterizado por la confianza, con la certeza de que si algo no funciona, no es el fin del mundo. A nivel físico, la intuición se asocia a una sensación de expansión y apertura.

Mientras que la voz del miedo es dominante y crítica, la voz de la intuición es alentadora y refleja una profunda sabiduría. La intuición te empuja a brillar, a avanzar a tu propio ritmo y a perseguir lo que necesitas, aunque vaya en contra de lo que elegiría la mayoría.

¿Cómo escuchar a tu intuición?

Te proponemos un sencillo ejercicio que puedes probar hoy mismo:

  • Toma una hoja de papel y un bolígrafo.
  • Escribe en el papel una pregunta con la que estés luchando. Por ejemplo: "¿Asumir más responsabilidades me hará feliz?
  • Escribe "sí" y "no" debajo de la pregunta.
  • Deja un bolígrafo cerca y aléjate un momento.
  • Cuando vuelvas al papel, rodea con un círculo "sí" o "no". Oblígate a responder en dos o tres segundos.
Puede que no estés contento con la respuesta que obtengas, pero es una buena manera de empezar a animarte a contestar de forma más honesta e intuitiva.

Palabras Finales

Soltar el miedo, nos permite, paradójicamente, reconocer con mayor facilidad cuándo un riesgo no merece la pena, cuándo existe un peligro real para nuestra vida o cuándo una persona no tiene en cuenta nuestros intereses más elevados.

Aprender a sintonizar con la verdadera intuición frente al miedo, es una habilidad que impacta positivamente en nuestras vidas a todos los niveles. Realmente puede cambiar nuestras elecciones, nuestro camino y nuestro destino para mejor.

Te envío amor y luz para que continúes tu viaje.



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