Todos tenemos facultades maravillosas para hacer que algo presente en nuestras vidas se mantenga de forma ilimitada, pero también tenemos mecanismos para transformar absolutamente todo lo que vemos y vivimos.
Nuestra principal herramienta para cambiar nuestra realidad es cambiar nuestra vibración, cuando vibramos positivo, atraemos a nuestras vidas cosas positivas, que nos hacen continuar sintiéndonos bien. Solo con elevar nuestra vibración, podemos generar experiencias diferentes, incluso ante un mismo acontecimiento.
Luego, ¿qué debemos modificar en nuestra vida para alejar de nosotros lo que nos molesta?
Nuestra principal herramienta para cambiar nuestra realidad es cambiar nuestra vibración, cuando vibramos positivo, atraemos a nuestras vidas cosas positivas, que nos hacen continuar sintiéndonos bien. Solo con elevar nuestra vibración, podemos generar experiencias diferentes, incluso ante un mismo acontecimiento.
Luego, ¿qué debemos modificar en nuestra vida para alejar de nosotros lo que nos molesta?
Procura sentirte bien: Nuestras emociones son la reacción de nuestro cuerpo ante lo que pensamos, cuando esos pensamientos no nos favorecen, manifestamos emociones incómodas, miedo, desagrado, rabia, tristeza, etc… Procurar mejorar nuestro estado anímico es clave.
Evita dramatizar: Cualquier cosa, hasta lo más maravilloso, puede ser opacado por la inyección de drama, así que veamos las cosas de manera objetiva, sin el agregado del drama que lo complica todo.
Sé tú lo que quieres ver en los demás: Esto es una buena inversión, compórtate como te gustaría que los demás lo hicieran, da lo que te gustaría recibir, está presente en la vida de otros, como tú esperarías que estuviesen en la tuya y ya verás que de a poco, el mundo será contigo una proyección de lo que tú eres con él.
Evita dramatizar: Cualquier cosa, hasta lo más maravilloso, puede ser opacado por la inyección de drama, así que veamos las cosas de manera objetiva, sin el agregado del drama que lo complica todo.
Sé tú lo que quieres ver en los demás: Esto es una buena inversión, compórtate como te gustaría que los demás lo hicieran, da lo que te gustaría recibir, está presente en la vida de otros, como tú esperarías que estuviesen en la tuya y ya verás que de a poco, el mundo será contigo una proyección de lo que tú eres con él.
Resta atención a lo que te disgusta: No importa lo que sea, réstale atención, no lo determines, no pienses en ello, no te quejes por ello, ignóralo. Si viene alguna oleada de malestar por su manifestación, sin resistirte, déjala pasar, déjala fluir. Mientras menos atención le prestemos, cada vez menor será su aparición.
Piensa en lo que sí te gusta: Identifica todo lo que ves a tu alrededor que te gusta, lo que te agrada de tu vida, lo que te gusta de los demás, los pequeños milagros, una canción, una comida, una caricia, céntrate en lo que sí te gusta, en lo que te gustaría ver multiplicado en tu vida, ese será un punto de mucha importancia en la creación de tu vida.
Determina intenciones: Para cada cosa que hagas, piensa por un momento en cómo quieres que se desarrolle esa actividad, cualquiera que sea, pensando en el mejor resultado posible y déjaselo al universo, verás como cada vez podrás crear tus experiencias tal y como las diseñes en tu mente.
Visualízate viviendo lo que quieres: Mírate dentro de esa experiencia vital que quieres en tu vida, ponle detalles, colores, aromas, siéntela. Mientras más te la creas, más cerca estarás de ella.
Entendamos que la mejor manera de alejarnos de lo que no queremos es acercándonos a lo que sí y que cada una de nuestras vivencias han sido el resultado de nuestra creación, conscientes o no. Comencemos a sentirnos esos magos que somos en la creación de nuestra propia vida.
Piensa en lo que sí te gusta: Identifica todo lo que ves a tu alrededor que te gusta, lo que te agrada de tu vida, lo que te gusta de los demás, los pequeños milagros, una canción, una comida, una caricia, céntrate en lo que sí te gusta, en lo que te gustaría ver multiplicado en tu vida, ese será un punto de mucha importancia en la creación de tu vida.
Determina intenciones: Para cada cosa que hagas, piensa por un momento en cómo quieres que se desarrolle esa actividad, cualquiera que sea, pensando en el mejor resultado posible y déjaselo al universo, verás como cada vez podrás crear tus experiencias tal y como las diseñes en tu mente.
Visualízate viviendo lo que quieres: Mírate dentro de esa experiencia vital que quieres en tu vida, ponle detalles, colores, aromas, siéntela. Mientras más te la creas, más cerca estarás de ella.
Entendamos que la mejor manera de alejarnos de lo que no queremos es acercándonos a lo que sí y que cada una de nuestras vivencias han sido el resultado de nuestra creación, conscientes o no. Comencemos a sentirnos esos magos que somos en la creación de nuestra propia vida.
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Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet