11 secretos de la resiliencia


Los humanos somos seres increíblemente resilientes, pero necesitamos curarnos en cada intervalo de la vida. Estos son 11 pasos para recuperar la resiliencia tras las dificultades.

Los seres humanos somos seres increíblemente resistentes, pero necesitamos curarnos en cada momento de la vida. La curación no es algo que hacemos una vez y nunca más volvemos a hacer: es un esfuerzo diario. Vamos por la vida curando viejas heridas sin darnos cuenta de que, al mismo tiempo, nos infligimos otras nuevas. En nuestros esfuerzos por superar el dolor, podemos ignorar lo que nos duele y enterrarlo en nuestra mente subliminal. Pero cuando no resolvemos traumas anteriores, nos pasamos el resto de la vida manifestándolos o rechazándolos. Debemos restablecer continuamente la armonía en nuestro interior. Sólo así nos volvemos más poderosos que el dolor.

11 secretos de la resiliencia

Un corazón resiliente marca la diferencia de la noche al día. Cuando estás roto, atraes a personas y situaciones rotas. Si estás herido, enfermo o atascado, no eres la versión más completa de ti mismo. No puedes ofrecer a los demás lo mejor de ti, y tampoco puedes recibir lo mejor de ellos. Pero cuando estás completo, experimentas el mundo de otra manera. Actúas desde la compasión y la comprensión, tomando decisiones más sabias que conducen a mejores resultados para todos. Vibras en tu frecuencia más elevada y alcanzas tus objetivos con facilidad y elegancia. Tratas a las personas y al mundo con mayor respeto y reverencia. Las cosas divinas con las que sueñas sólo pueden materializarse cuando estás curado. Sólo cuando estás bien por dentro puedes dar la bienvenida a las bendiciones.

A continuación, 11 pasos para recuperar la resiliencia después de las dificultades y sanar de verdad, día tras día:

1. Mira hacia dentro.
Puede que hayas estado buscando soluciones en el exterior, cuando siempre han estado dentro de ti. La verdad es que toda la curación que necesitas ya está dentro, pero debes realizar tu trabajo interior para volver a despertar la esperanza. Otra persona no puede ni quiere sanar por ti; debes pasar por ese proceso tú solo. Ahora mismo, tienes el potencial para separar tu pasado de tu presente, reconstruir un sólido sentido de ti mismo y recuperarte de cualquier adversidad. Así que el primer paso es empezar por ti mismo.

2. Inicia una rutina de oración.
Sea cual sea tu credo, la comunicación con la Divinidad es una herramienta esencial de curación. Cuando te mantienes en contacto con el universo, el Espíritu apoya tus ambiciones y te guía por el camino correcto. Empieza a orar hoy mismo. Haz breves oraciones a lo largo del día, por ejemplo, cuando te despiertes, cuando conduzcas, cuando hagas ejercicio, antes de comer y antes de acostarte. Después, simplemente habla con la Divinidad, dándole las gracias por estar siempre a tu lado y liberando tus pensamientos, preocupaciones y preguntas más íntimos.

3. Perdona para sanar.
Debes saber que, pase lo que pase, siempre tienes la capacidad de volver a sentirte completo, y eso empieza por perdonar. El perdón cambia el curso de tu vida al desvincularte de pensamientos y comportamientos dañinos. Te libera del sufrimiento y te permite buscar nuevas oportunidades. Al infundir cada día con el perdón, te desahogas, desbloqueas y desatad tu vida. Recuperas el control de tus decisiones y avanzas con sabiduría y un nuevo impulso. El perdón restaura la libertad.

4. Cambia tu entorno.
Permanecer en un lugar que arrastra una energía pesada y asfixiante se interpone en el camino hacia un futuro positivo. A veces, la mejor manera de generar resiliencia es alejarse de un entorno cargado de malos recuerdos. No tengas miedo de dejar atrás un lugar que te está privando de salud y felicidad. Si tienes que mudarte, hazlo. Si crees que es hora de cambiar de trabajo, empieza a solicitar nuevos puestos. Nunca se sabe qué grandes cosas pueden suceder bajo la energía de un nuevo entorno.

5. Libera tus emociones.
En lugar de reprimir tus emociones, deja que fluyan a través de ti y fuera de ti. Siente incondicionalmente tu dolor, frustración, ira o tristeza, y luego sustitúyelos por emociones más positivas. Respira lenta y profundamente varias veces. La respiración profunda ayuda a regenerar los tejidos, aumenta la circulación del líquido linfático y favorece el funcionamiento del sistema respiratorio. Con cada inhalación lenta, sentirás que tu cuerpo se llena de energía pura. Al exhalar, imagina que la toxicidad reprimida es expulsada por tu respiración. Las afirmaciones para controlar el estado de ánimo también son eficaces. Cuando te sientas abrumado, repítete a ti mismo: “Elijo renunciar a mi [emoción negativa] y sustituirla por [emoción positiva]. Destierro [emoción negativa] de mi corazón, mente y alma. Elijo alimentar el amor, la abundancia, la alegría y la fe dentro de mí.”

6. Da un salto de fe.
Puede que haya algo que te gustaría hacer, pero quizás lo has estado posponiendo porque tienes miedo al fracaso. El mejor momento para dar un salto de fe es cuando ejercitas la resiliencia. Abandona ese trabajo sin futuro, escribe un libro, haz una llamada importante, pon fin a una relación tóxica o toma cualquier otra iniciativa a la que te sientas intuitivamente atraído. Quítate las excusas, asume ese compromiso y verás cómo las cosas se ponen a tu favor.

7. Valora el tiempo a solas.
Tómate una hora al día para estar solo y valora el tiempo a solas. Cuando salgas a comer fuera, pide una mesa para uno, guarda el celular y cena contigo mismo. Reflexiona sobre tus progresos y contratiempos, y reconoce que tus problemas son sólo temporales. Intenta estar entre la naturaleza y reconectar con la gracia del mundo natural, del que eres parte integrante. Reconoce qué bendición es poder confiar en ti mismo y tener una relación fiable y saludable con tu increíble ser.

8. Prueba cosas nuevas y viejas.
Tal vez hayas tenido que renunciar a cosas que te encantaban porque no tenías tiempo suficiente o porque tenías que ocuparte de los demás. Vuelve a tu primer amor, ya sea leer, bailar, ir a la escuela o diseñar ropa. Haz lo que eleve tu espíritu y te haga sonreír. Del mismo modo, dedícate a aficiones que nunca antes hayas probado. Puedes pintar, dibujar, escribir, plantar, meditar o hacer cualquier cosa que enseñe a tu mente y a tu cuerpo una habilidad nueva. Desconéctate de tu rutina habitual y prueba un nuevo arte que fomente la creatividad y el flujo emocional.

9. Distánciate de las influencias negativas.
Es probable que algunas personas que no son buenas para ti sigan rondando por tu vida, como la ex pareja que aún te llama o el amigo que te juzga. Esas influencias deprecian tu valor y no aportan nada a tu evolución. La regla general es que, si puedes pasar treinta días sin alguien y no echarlo de menos, no lo necesitas. Haz buen uso de tu inteligencia emocional para discernir las verdaderas intenciones de los demás y distánciate de la negatividad.

10. No repitas comportamientos que te hacen daño.
Si alguien o algo te hizo daño una vez, volverá a hacértelo. Aléjate de las personas, comportamientos y situaciones que te han hecho daño y elige no repetir los errores del pasado. Piensa bien cada decisión y toma medidas que favorezcan tu restablecimiento emocional y tu bienestar general.

11. Elige vivir el presente.
Dicen que el tiempo cura todas las heridas, pero no siempre es así. Tenemos la impresión de que el tiempo suaviza los daños emocionales cuando, en realidad, puede esculpir nuestras cicatrices más profundamente. Sólo sabrás si estás realmente curado de experiencias pasadas cuando hagas introspección con honestidad y sin miedo. Recuerda que eres tú quien debe dejar ir las cosas para que lleguen a su fin, no el tiempo. El tiempo sólo empujará los recuerdos más abajo en tu subconsciente. Si algo sigue existiendo en tu mente, seguirá existiendo en tu realidad. Una vez que reconozcas que sólo el aquí y el ahora tienen poder, descubrirás la resiliencia.

Practica estos pasos hacia la resiliencia a diario para experimentar una sanación profunda en todos los niveles del ser.

Autor Carmen Harra

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Sobre la autora:
Carmen Harra es una psicóloga intuitiva aclamada internacionalmente, autora de best-sellers, presentadora de programas de radio, experta en relaciones y personalidad de la televisión. En su adolescencia, Carmen se convirtió en una sensación de la canción en Europa. Publicó doce álbumes que se convirtieron en éxitos instantáneos. Carmen visitó Estados Unidos por primera vez para cantar, pero decidió quedarse para siempre tras conocer al amor de su vida. Aquí reinventó su carrera y se hizo psicóloga, doctorándose en Psicología. Carmen había sido intuitiva desde una experiencia cercana a la muerte cuando era niña, así que decidió combinar su capacidad de ver con sus conocimientos de terapia cognitiva, algo que nunca se había hecho antes. En 1998, Carmen empezó a escribir su primer libro, Karma cotidiano, que se convirtió en un éxito de ventas internacional y se tradujo a más de 20 idiomas.

Fuente: Omtimes