La vida persiste en traernos cambios, días tras días, horas tras horas, meses tras meses, semanas tras semanas, y años tras años. Cambios y más cambios, cambios profundos e intensos, cambios sencillos y ligeros pero, en fin, cambios.
Cada uno de estos cambios, y eventos ocurridos en nuestras vidas, traen consigo, causas, efectos, y consecuencias leves y moderadas, traen consigo, experiencias amargas, y otros dulces, traen consigo, marcas de cicatrices, heridas, experiencias frustrantes y traumáticas, experiencias confortantes, experiencias únicas y autenticas, tanto malas como buenas, traen consigo incertidumbre y desilusión, o convicciones duraderas, a las que adaptamos y adoptamos de por vida.
Cada cambio trae consigo, muchas cosas tales como dudas, preguntas y respuestas, soluciones, estancamiento, presiones internas y externas, todo cambio, transforma nuestras circunstancias, por cosas nuevas, que a veces sabemos manejar y otras no, que a veces nos abren los ojos para comprender cosas, que hacemos, que queremos, que tenemos, que nos sobra, que nos falta, pero que otras veces, nos dejan en oscuridad, sin poder comprender y entender, que cosas nos están sucediendo y que hacemos con esas experiencias.
Sea cual sea nuestra situación imperante en este presente, es necesario, que comprendamos, de que como seres humanos, tenemos muchos momentos en nuestras vidas, momentos involuntarios, que suceden sin previo aviso, y que nos dejan asombrados, pero hay momentos planificados, que nos resultan como esperábamos o no, pero fueron planificados.
Debemos aprender a hacer inventarios de vidas, todo tiene su tiempo, dice Salomón, en Eclesiastés, tiempo para reír para llorar, para abrazar, para abstenerse de abrazar, .... miles de etc., todo tiene su tiempo, incluso para detenernos en nuestras vidas, y saber que hay que sumergirnos, entre lo más interno de nuestro ser, para hacer un profundo y muy general inventario acerca de lo que nos acontece, de quienes somos, de que tenemos, de que nos falta, que debemos hacer con lo que tenemos, somos, queremos, que debemos hacer para lograr lo que esperamos tener, que fracasos llevamos consigo, que triunfos nos acompañan, que deseamos, quienes somos, y que no somos, en que nos hemos convertido, y si estamos satisfechos con lo que somos o no, que queremos cambiar de lo que somos, hacemos y tenemos, entre otras cosas.
Debemos de vez en cuando detenernos en el camino, y como dice la Biblia "Meditad sobre vuestros caminos" debemos detenernos y entremeternos entre lo más profundo de nuestro ser, a investigar acerca de nuestras motivaciones, nuestras tomas de decisiones, nuestros temores, nuestras debilidades y flaquezas, nuestros errores, nuestras limitaciones, nuestras oportunidades, nuestras desilusiones, nuestras creencias, nuestras frustraciones, fracasos, victorias, y que resolver en cada una de esas situaciones.
Cuando tenemos un inventario de vida es cuando podemos cambiar para bien, quitar todo lo que estorba que crezcamos y avancemos, y aumentar todo aquello, que nos hace madurar y fortalecernos en nuestro interior.
Pidámosle mucha sabiduría a Dios Fuente Creadora, para entrar en cada etapa de nuestra vida, para examinarla, podar las malas actitudes, fortalecer las buenas conductas, y asumir compromisos en cuanto a lo que realmente debemos hacer con nuestra vida.
Cuando hayamos hecho un inventario de vida, podremos tomar decisiones fundamentales, y más concretas acerca de nuestras vidas.
Debemos aprender a hacer inventarios de vidas, todo tiene su tiempo, dice Salomón, en Eclesiastés, tiempo para reír para llorar, para abrazar, para abstenerse de abrazar, .... miles de etc., todo tiene su tiempo, incluso para detenernos en nuestras vidas, y saber que hay que sumergirnos, entre lo más interno de nuestro ser, para hacer un profundo y muy general inventario acerca de lo que nos acontece, de quienes somos, de que tenemos, de que nos falta, que debemos hacer con lo que tenemos, somos, queremos, que debemos hacer para lograr lo que esperamos tener, que fracasos llevamos consigo, que triunfos nos acompañan, que deseamos, quienes somos, y que no somos, en que nos hemos convertido, y si estamos satisfechos con lo que somos o no, que queremos cambiar de lo que somos, hacemos y tenemos, entre otras cosas.
Debemos de vez en cuando detenernos en el camino, y como dice la Biblia "Meditad sobre vuestros caminos" debemos detenernos y entremeternos entre lo más profundo de nuestro ser, a investigar acerca de nuestras motivaciones, nuestras tomas de decisiones, nuestros temores, nuestras debilidades y flaquezas, nuestros errores, nuestras limitaciones, nuestras oportunidades, nuestras desilusiones, nuestras creencias, nuestras frustraciones, fracasos, victorias, y que resolver en cada una de esas situaciones.
Cuando tenemos un inventario de vida es cuando podemos cambiar para bien, quitar todo lo que estorba que crezcamos y avancemos, y aumentar todo aquello, que nos hace madurar y fortalecernos en nuestro interior.
Pidámosle mucha sabiduría a Dios Fuente Creadora, para entrar en cada etapa de nuestra vida, para examinarla, podar las malas actitudes, fortalecer las buenas conductas, y asumir compromisos en cuanto a lo que realmente debemos hacer con nuestra vida.
Cuando hayamos hecho un inventario de vida, podremos tomar decisiones fundamentales, y más concretas acerca de nuestras vidas.
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Autor: María de los Ángeles Pérez