Síguenos en nuestro canal de WhatsAppCuando Alejandro Magno, el antiguo monarca, era muy pequeño e impresionable, su madre, Olimpia, le dijo que su naturaleza era divina y que él era diferente de los demás muchachos, porque su padre era en realidad, el dios Zeus.
Por lo tanto, él trascendería todos los límites de un muchacho común y corriente.
El joven creía firmemente en esto y creció a una estatura, un poder, y una fuerza magnífica; y su vida contó con hazañas gloriosas que se encuentran más allá de la comprensión del hombre común.
Era llamado “El Lunático Divino”. Alejandro realizaba con frecuencia, tanto lo impredecible como lo imposible; se convirtió en extraordinario guerrero y conquistador.
El había aceptado, en forma total, la creencia de que no era hijo de Filipo de Macedonia, sino del dios Zeus.
Se cuenta que una vez abrazó a un semental feroz, salvaje e indisciplinado; lo montó sin silla de montar; y el caballo se volvió manso como un cordero. Su padre y el mozo de cuadra no se atrevían a tocar a ese caballo; sin embargo, Alejandro creía que era divino y que tenía poder sobre todos los animales. Él conquistó el mundo que se conocía antes y estableció el imperio alejandrino. Se dice que lloró porqué no había más naciones qué conquistar.
Cito esto sólo con el fin de mostrar cuál es el poder de la creencia, que le permite hacer que lo llamado imposible sea posible. Alejandro creía y dramatizó su creencia para sí mismo, y, a su propia manera manifestó este Poder Infinito en su cuerpo, mente y proezas.
Usted es hijo de un Dios viviente. La Biblia dice: “Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos” (San Mateo 23:9). Usted nació de Dios; es Divino; tiene el poder, habilidad y capacidad de hacer cosas divinas. “Yo dije: Vosotros sois dioses; y todos vosotros hijos del Altísimo” (Salmos 82:6).
Piense en todas las cosas maravillosas que puede realizar cuando llama al Poder Infinito que se encuentra en su interior. La creencia de que usted es hijo de Dios alejará todas las creencias y opiniones falsas del hombre y le permitirá realizar las obras de Dios en este lugar y en este momento.
Afirme con frecuencia:
Sé y creo que soy hijo de Dios, y estoy dotado de todos los poderes, cualidades y atributos de Dios. Creo implícitamente en mi naturaleza divina y acepto mi derecho divino. Fui creado en la imagen y semejanza de Dios; tengo dominio sobre todas las cosas. Tengo la capacidad de superar todos los retos por medio del Poder Infinito de Dios que se encuentra en mi interior; todos mis asuntos se resuelven en forma divina. Creo definitivamente que puedo liberar la Presencia Infinita de abundancia para enriquecer mi vida y la de los demás. Me llega inspiración e iluminación del Altísimo; todos los días puedo expresar cada vez mejor la luz, la verdad y la belleza de Dios. Dios es mi Padre y estoy consciente de que todo es posible porque soy Divino.
Afirmo en este momento que la luz de Dios brilla en mí y que la gloria de Dios, mi Padre, surge en mí; puedo realizarlo todo por medio del poder infinito de Dios el cual me fortalece.
Dr. Joseph Murphy
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