La espiritualidad se trata de descubrir nuestro yo interior, la parte de nosotros que está más allá de la existencia física, mortal o limitada.
Si bien muchos de nosotros descubrimos nuestra verdad espiritual a través de la meditación regular y el entrenamiento espiritual, algunos de nosotros experimentamos un despertar repentino, ya sea a través de sueños o experiencias cercanas a la muerte. Pero, ¿alguna vez has pensado cuál es el mejor lugar para trabajar en tu crecimiento espiritual?
Si bien muchos de nosotros descubrimos nuestra verdad espiritual a través de la meditación regular y el entrenamiento espiritual, algunos de nosotros experimentamos un despertar repentino, ya sea a través de sueños o experiencias cercanas a la muerte. Pero, ¿alguna vez has pensado cuál es el mejor lugar para trabajar en tu crecimiento espiritual?
Lejos
“El mundo es un libro y los que no viajan leen solo una página” – Agustín de Hipona
Los humanos tienen una tendencia a glorificar los misterios. Explorar los enigmas de tierras lejanas siempre ha sido el sueño de muchos.
Quizás también seas una persona a la que se le pone la piel de gallina cuando ve imágenes de paisajes exóticos. Tal vez un país en particular o un sitio te atraiga demasiado desde tu infancia. Eres una persona que siempre ha querido viajar a nuevas tierras.
Tal vez de niño te encantaba la ficción en la que se hablaba de tierras lejanas de gran riqueza, belleza y aventura. O tal vez te guste la historia de “La isla del tesoro”, donde el personaje principal llega a las costas solo para descubrir riquezas en un área inexplorada.
Sientes que estando lejos de casa finalmente estás libre de todas las cargas. Sientes un nuevo placer al estar perdido en el viaje. En el momento que te bajas del transporte (tren, avión, etc) para un nuevo viaje, tu imaginación toma vuelo.
Sientes como si te hubieran quitado todas las cadenas. Dices, “Esto es lo que mi vida debe ser”. Con cada nueva visita, agrega un lazo de conocimiento que te brinda satisfacción y una sensación de logro.
Los humanos tienen una tendencia a glorificar los misterios. Explorar los enigmas de tierras lejanas siempre ha sido el sueño de muchos.
Quizás también seas una persona a la que se le pone la piel de gallina cuando ve imágenes de paisajes exóticos. Tal vez un país en particular o un sitio te atraiga demasiado desde tu infancia. Eres una persona que siempre ha querido viajar a nuevas tierras.
Tal vez de niño te encantaba la ficción en la que se hablaba de tierras lejanas de gran riqueza, belleza y aventura. O tal vez te guste la historia de “La isla del tesoro”, donde el personaje principal llega a las costas solo para descubrir riquezas en un área inexplorada.
Sientes que estando lejos de casa finalmente estás libre de todas las cargas. Sientes un nuevo placer al estar perdido en el viaje. En el momento que te bajas del transporte (tren, avión, etc) para un nuevo viaje, tu imaginación toma vuelo.
Sientes como si te hubieran quitado todas las cadenas. Dices, “Esto es lo que mi vida debe ser”. Con cada nueva visita, agrega un lazo de conocimiento que te brinda satisfacción y una sensación de logro.
Hogar
Pero, si eres una persona que se siente mal del estómago después de un viaje de una semana, entonces quizás el hogar sea tu estilo.
Te encanta expresar tu alegría con momentos compartidos con la familia, los amigos y la pareja. Sientes que uno no necesita viajar para encontrar grandes experiencias, solo necesita abrir los ojos para ver las cosas hermosas que suceden a su alrededor.
Te sientes profundamente conectado con los lugares y las personas. Cultiva vegetales en su jardín, pinta sus paredes y pasa tiempo con sus hijos. El hogar es como una escapada del mundo para ti.
Así que, como dijo Jack Kerouac, “Vi que mi vida era una página vacía enorme y brillante y que podía hacer lo que quisiera”. Cualquiera que sea tu expresión de espíritu (en casa o fuera), haz exactamente eso.
¿Qué piensas? ¿Mejoramos espiritualmente si nos quedamos en casa o si nos vamos?
Te encanta expresar tu alegría con momentos compartidos con la familia, los amigos y la pareja. Sientes que uno no necesita viajar para encontrar grandes experiencias, solo necesita abrir los ojos para ver las cosas hermosas que suceden a su alrededor.
Te sientes profundamente conectado con los lugares y las personas. Cultiva vegetales en su jardín, pinta sus paredes y pasa tiempo con sus hijos. El hogar es como una escapada del mundo para ti.
Así que, como dijo Jack Kerouac, “Vi que mi vida era una página vacía enorme y brillante y que podía hacer lo que quisiera”. Cualquiera que sea tu expresión de espíritu (en casa o fuera), haz exactamente eso.
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Por Recordatorio Consciente