Paul Conti, un reconocido psiquiatra especializado en traumas complejos, recomienda a sus pacientes no ver las noticias. El mundo desde los medios parece cada vez más amenazante y falto de esperanza. Es mejor focalizarse en otras cosas.
Basta con asomarnos unos segundos al feed de nuestras redes sociales para sentir un escalofrío a menudo. Los titulares de los periódicos nos hablan de la guerra, las crisis, de infinitos dramas humanos y algún que otro desastre natural. No nos extraña que uno de los psiquiatras más reconocidos en el tratamiento del trauma, recomiende a sus pacientes “no veas las noticias”.
La actualidad está cada vez más dominada por la desesperanza. Hay un espacio muy liviano para los relatos luminosos, para los datos positivos y los reportajes orientados a levantar el ánimo. La realidad es la que es, los cambios son cada vez más abruptos y el corazón palpita por tanta incertidumbre, por tanto, gris en el horizonte.
No es fácil asomarse a este escenario cuando se lidia con un trastorno de estrés postraumático. Es muy fácil identificarse con esa víctima que lo ha perdido todo en un conflicto bélico. Todo duele cuando se lee la noticia de alguien que ha sido asaltado. El cerebro revive escenas dolorosas del ayer cuando se ven imágenes de sufrimiento infinito contenido en una mirada…
Muchas personas sufren al ver determinadas imágenes en las redes sociales o en la televisión, sin saber que arrastran consigo la marca de una vivencia traumática.
Basta con asomarnos unos segundos al feed de nuestras redes sociales para sentir un escalofrío a menudo. Los titulares de los periódicos nos hablan de la guerra, las crisis, de infinitos dramas humanos y algún que otro desastre natural. No nos extraña que uno de los psiquiatras más reconocidos en el tratamiento del trauma, recomiende a sus pacientes “no veas las noticias”.
La actualidad está cada vez más dominada por la desesperanza. Hay un espacio muy liviano para los relatos luminosos, para los datos positivos y los reportajes orientados a levantar el ánimo. La realidad es la que es, los cambios son cada vez más abruptos y el corazón palpita por tanta incertidumbre, por tanto, gris en el horizonte.
No es fácil asomarse a este escenario cuando se lidia con un trastorno de estrés postraumático. Es muy fácil identificarse con esa víctima que lo ha perdido todo en un conflicto bélico. Todo duele cuando se lee la noticia de alguien que ha sido asaltado. El cerebro revive escenas dolorosas del ayer cuando se ven imágenes de sufrimiento infinito contenido en una mirada…
Muchas personas sufren al ver determinadas imágenes en las redes sociales o en la televisión, sin saber que arrastran consigo la marca de una vivencia traumática.
No veas las noticias, si padeces un trauma
Paul Conti es un reconocido médico y psiquiatra estadounidense formado en Stanford y Harvard. En la actualidad, es uno de los referentes en el tratamiento de los traumas complejos. Son situaciones en las que una persona se ve expuesta a muchos estresores traumáticos, de manera que tanto su identidad, su personalidad, su regulación emocional y su capacidad para relacionarse se ven afectadas.
El año pasado publicó un libro con notable éxito. En Trauma: The Invisible Epidemic, trabajo en el que Lady Gaga redactó el prólogo, nos explicó que el trauma es una auténtica epidemia en la actualidad. Así, mientras las enfermedades virales se vencen aislándonos y protegiéndonos de los demás, las condiciones mentales requieren proximidad humana, afecto…
El enfoque terapéutico que define al doctor Conti es innovador y también revulsivo. Enfatiza la necesidad de detectar las raíces del trauma en las personas y de comprender su efecto en el cerebro. Son miles los hombres y las mujeres que no reconocen la presencia de esta realidad en sus vidas por vergüenza. No quieren hablar de aquello que les duele y, sin embargo, el propio silencio y el entorno que les rodea intensifica aún más su progresivo deterioro.
Porque nuestro mundo es un escenario propicio para la propagación y refuerzo de los traumas, señala Conti.
Paul Conti lidió con su propio trauma personal: el suicidio de su hermano.
El año pasado publicó un libro con notable éxito. En Trauma: The Invisible Epidemic, trabajo en el que Lady Gaga redactó el prólogo, nos explicó que el trauma es una auténtica epidemia en la actualidad. Así, mientras las enfermedades virales se vencen aislándonos y protegiéndonos de los demás, las condiciones mentales requieren proximidad humana, afecto…
El enfoque terapéutico que define al doctor Conti es innovador y también revulsivo. Enfatiza la necesidad de detectar las raíces del trauma en las personas y de comprender su efecto en el cerebro. Son miles los hombres y las mujeres que no reconocen la presencia de esta realidad en sus vidas por vergüenza. No quieren hablar de aquello que les duele y, sin embargo, el propio silencio y el entorno que les rodea intensifica aún más su progresivo deterioro.
Porque nuestro mundo es un escenario propicio para la propagación y refuerzo de los traumas, señala Conti.
Paul Conti lidió con su propio trauma personal: el suicidio de su hermano.
El trauma interactúa con ciertos aspectos de nuestra sociedad
El ser humano no es una entidad aislada de un entorno. Es un ser social que concibe su existencia en interacción constante con un contexto altamente complejo. Es importante saber que los recuerdos traumáticos son implícitos, soterrados y somáticos: cualquier estímulo los despierta y los vuelve vívidos de nuevo.
Estamos inmersos en un presente cada vez más frenético, hiperestimulado y dominado por la información constante. Son muchas las personas que reviven sus traumas al entrar a sus redes sociales, al ver un video, al leer un comentario, un artículo… Y no solo eso. A menudo, hasta se obsesionan.
Cada víctima lidia de un modo con su sufrimiento y hay quien necesita buscar datos e información vinculada a su experiencia casi de manera compulsiva (violaciones, maltrato, etc.) intensificando así su trauma.
El cerebro se ve afectado por el efecto del estrés postraumático, de tal manera que la persona se convierte en su peor enemigo, en muchos casos. Puede iniciar conductas perjudiciales para sí mismo.
Estamos inmersos en un presente cada vez más frenético, hiperestimulado y dominado por la información constante. Son muchas las personas que reviven sus traumas al entrar a sus redes sociales, al ver un video, al leer un comentario, un artículo… Y no solo eso. A menudo, hasta se obsesionan.
Cada víctima lidia de un modo con su sufrimiento y hay quien necesita buscar datos e información vinculada a su experiencia casi de manera compulsiva (violaciones, maltrato, etc.) intensificando así su trauma.
El cerebro se ve afectado por el efecto del estrés postraumático, de tal manera que la persona se convierte en su peor enemigo, en muchos casos. Puede iniciar conductas perjudiciales para sí mismo.
No veas las noticias, no seas cautivo del horror mientras trabajas en terapia
“No veas las noticias”. ¿Cómo puede recomendar esto un psiquiatra a su paciente? ¿Es que sus pacientes van a tener que vivir eternamente con una venda en los ojos ante lo que sucede en el mundo? En absoluto. La recomendación de no ver o leer aspectos de la actualidad es temporal y responde a un mecanismo de autodefensa.
La exposición a noticias desalentadoras y dramáticas -tan recurrentes en la actualidad- ocasionan, según Paul Conti, un trauma vicario. Es decir, un desgaste psicológico y emocional progresivo al exponerse a estímulos adversos. La mente reactiva los recuerdos y se reviven de nuevo experiencias que aún no han sido abordadas ni sanadas.
La exposición a noticias desalentadoras y dramáticas -tan recurrentes en la actualidad- ocasionan, según Paul Conti, un trauma vicario. Es decir, un desgaste psicológico y emocional progresivo al exponerse a estímulos adversos. La mente reactiva los recuerdos y se reviven de nuevo experiencias que aún no han sido abordadas ni sanadas.
Sí a una higiene informativa sobre aquello que consumimos cada día
Vivimos en un presente que se tambalea. Es una realidad incierta en el que las propias crisis son detonantes para intensificar aún más los traumas. El doctor Conti no recomienda que se dejen de usar las redes sociales o de leer los periódicos. Ahora bien, con su ya famosa advertencia de “no veas las noticias”, buscaba concienciarnos de otra cosa en realidad.
Es necesario que promovamos una higiene en el consumo de información. No nos obsesionemos con las noticias dramáticas, no pongamos solo la atención en todo lo desfavorable que domina ahora mismo nuestro mundo. Porque si buscamos bien, cada día suceden eventos positivos y esperanzadores.
Más aún, algo que necesita nuestra sociedad es más compasión y menos agresión. El creciente aumento de los traumas es resultado directo de una población cada vez menos sensible, empática y respetuosa entre ella. Esta es una epidemia que está alcanzando una propagación preocupante. Cultivemos la bondad, el amor y el respeto como la mejor de las vacunas.
Por: Licenciada en Psicología Valeria Sabater
Fuente: lamenteesmaravillosa.com
Es necesario que promovamos una higiene en el consumo de información. No nos obsesionemos con las noticias dramáticas, no pongamos solo la atención en todo lo desfavorable que domina ahora mismo nuestro mundo. Porque si buscamos bien, cada día suceden eventos positivos y esperanzadores.
Más aún, algo que necesita nuestra sociedad es más compasión y menos agresión. El creciente aumento de los traumas es resultado directo de una población cada vez menos sensible, empática y respetuosa entre ella. Esta es una epidemia que está alcanzando una propagación preocupante. Cultivemos la bondad, el amor y el respeto como la mejor de las vacunas.
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Por: Licenciada en Psicología Valeria Sabater
Fuente: lamenteesmaravillosa.com