Eres lo que piensas: Cómo crear un diálogo interno positivo y amable


“Te has estado criticado durante años, y no te ha funcionado. Intenta darte tu aprobación y ve que sucede” – Louise Hay

En mi camino hacia el autoconocimiento fui a terapia, leí varios libros de autoayuda y tomé varios cursos de desarrollo personal, todo con la esperanza de poder aprender a amarme a mí misma como si fuera aprender de contabilidad.

Esto fue de bastante ayuda; sin embargo, cuando llegué a la etapa del diálogo interno mi progreso se detuvo abruptamente.

Antes de eso, no había sido consciente de que usaba tantas palabras poderosamente negativas cuando me refería a mí misma.
Siempre era la primera en tirarme para abajo, la primera en criticarme y castigarme, y la jueza más crítica de mí misma.

A pesar de que esto me llevó a superar varias limitaciones físicas y mentales, y por lo tanto a lograr cosas que nunca pensé que podía lograr – como completar una triatlón de ironman y correr ultramaratones –esos momentos fueron la excepción y no la regla.
Eres lo que piensas: Cómo crear un diálogo interno positivo y amable

Me escondía detrás de la excusa de que me motivaba con el fin de justificar mi mal trato hacia mí misma, lo que perpetuaba el ciclo. Mis supuestas razones válidas me estaban limitando a generar un cambio en mi vida y alograr amarme para poder ser más feliz y más plena.

Reconocí que me hablaba tan mal y acerca de mí misma porque sufría de una autoestima increíblemente baja.

Estaba tratando de cumplir constantemente con mis estándares absolutamente inalcanzables y poco realistas acerca de lo que pensaba que necesitaba ser para poder ser amada, aprobada y aceptada. Pero estos hábitos destructivos y críticos en realidad entraban en conflicto con lo que realmente necesitaba, ya que no me permitían dar me amor.

Tenía que cambiar la forma en la que hablaba acerca de mí y necesitaba cambiarlo rápido.

Estos son algunos de los trucos y herramientas que he usado para superar mis problemas con el autoestima y para poder hablarme a de una forma más cariñosa:

1. Escribir.

Antes de empezar a cambiar mi discurso interno, usaba mi diario de vida para desahogar mis sentimientos. Fue doloroso leer todo lo que salía escrito. Entre los pensamientos y sentimientos negativos hubo momentos y eventos llenos de alegría, pero los recuerdos y pensamientos dolorosos los opacaban.

Cuando compré un nuevo diario de vida decidí enfocarme en lo que hacía o decía acerca de mí misma que demostrara amor y cariño por mí, en vez de seguir enfocándome en lo malo.

Por ejemplo, si me sentía gorda y criticaba por tener lo muslos demasiado grandes, decidía escribir las razones por las que me sentía agradecida de tener los muslos grandes, como el poder correr una maratón. Además, giraba mi atención desde mis muslos hacia otros lugares de mi cuerpo que sí me gustaran y escribía qué me gustaba acerca de ellos.

Tú también encontrarás que luego de algunos días de hacer esto consistentemente serás capaz de atrapar los pensamientos negativos antes de que se conviertan en algo mucho más grande.

2. Eliminar las palabras debo/tengo.

Dejé de usar estas palabras y las reemplacé con palabras más amables como “elijo hacer”, ya que “debo hacer” y “tengo que hacer” me hacían sentir una culpa innecesaria.

Por ejemplo, cuando pongo mi alarma temprano por la mañana ya no pienso “tengo que despertarme temprano a trabajar” sino que pienso “quiero despertarme temprano porque estoy agradecida de poder trabajar”.

Deja de tener tantos “deberes” en tu vida y llénala de “quereres” y así te sentirás mucho mejor contigo.

3. Sonríe.

En mi maratón más reciente, en vez de castigarme por no haber corrido más rápido, comencé la carrera con la intención de sonreír durante el mayor tiempo que pudiera. Fue la mejor decisión que podría haber tomado.

Me hizo sentir bien, y los espectadores lo notaron y me animaron mientras corría, lo que me llenó de energía positiva para seguir corriendo.

Intenta sonreír siempre que sea posible (siempre es posible) y te sentirás muchísimo mejor en general. Además, te darás cuenta de que una sonrisita se convierte en una gran sonrisa rápidamente.

4. Decir que sí a ti mismo y no a los demás.

He aprendido a decir sí a mí misma, lo que a veces significa decir que no a los demás.

Ahora examino mis motivos para decir sí a los demás. Imagina si dijéramos que sí solamente cuando realmente lo sintiéramos de corazón. No habría resentimiento, y cuando hiciéramos cosas por otros sería hecho con alegría, creando más sentimientos positivos acerca de nosotros mismos.

5. Aceptar que no todos tenemos por qué gustarnos.

He dejado de preocuparme acerca de lo que otros piensen de mí y de mis decisiones, mientras yo esté cómoda con mis decisiones y vengan de una lugar íntegro y honesto, entonces está todo bien.

Esto me ha ayudado con mi discurso interno, ya que no me he vuelto a decir a mí misma que soy una mala persona si a alguien no le gusto.

Al igual que a nosotros no nos caen bien todas las personas, no le caeremos bien a todo el mundo, y eso está bien. Te sorprenderás con lo liberador que se siente cuando estás bien con el hecho de no caerle bien a todos.

6. Pregunto, “¿cómo me hace sentir esta decisión conmigo misma?”

Comparo cada decisión importante con cómo me hace sentir acerca de mí misma. Me pregunto, “¿tomar esta decisión me hace sentir bien acerca de mí? Si no lo hace, ¿qué tiene que pasar para que esto suceda?”

Por ejemplo, antes de aceptar una invitación a ir a la casa de un viejo amigo, ahora me detengo y pienso, “¿dedicar tiempo a esta persona me hará sentir bien acerca de mí misma?” Si la respuesta es no, entonces tomo la decisión de dedicar mi tiempo a otra persona o tarea que me haga sentir bien.

Hazte esta pregunta y tú también tomarás decisiones más conscientes y que te harán crecer en vez de tirarte para abajo.

7. Proponerse logros alcanzables y celebrar los progresos.

Ahora me propongo logros alcanzables y los celebro cuando los consigo. Además, ya no me castigo si no los logro, o no los cumplo de la forma en la que tenía pensado hacerlo.

Puedes celebrar tus pequeños logros saliendo a comer con amigos o simplemente contando a tus seres queridos lo que has alcanzado. Sea lo que sea, Asegúrate de estar presente para tu celebración, ya que esto te reforzará que eres una persona valiosa y que mereces ser reconocida por las cosas buenas que haces.

8. Dar media vuelta y partir.

También he aprendido que alejarse de las personas que no te tratan con respeto es importante. No es algo fácil, sin embargo, si permito que otros me falten el respeto, entonces estaría perpetuando el ciclo y me estaría dando permiso para faltarme el respeto a mí misma.

Tú también mereces ser tratado con amor y amabilidad – tanto por los demás como por ti mismo.

¿Cómo se refleja tu diálogo interno en cómo te sientes contigo? ¿Sientes que podrías ser un poco más compasivo, amable y respetuoso contigo? Si es así, el primer paso lo puedes dar ahora mismo.


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Via: Tiny Buddha