Tus emociones son un conjunto de herramientas poderosas.
Abraham-Hicks, el autor más vendido de La ley de la atracción, llama a esto su GPS emocional.
Experimentar emociones te advierte de los peligros, te lleva a experiencias placenteras y desencadena una variedad cada vez más amplia de respuestas que continúan creciendo a medida que comprendes tus emociones y lo que intentan decirte.
Las emociones son una parte vital de cualquier ser humano. Las emociones describen un cuerpo humano. Se dice que el espíritu y el alma se comunican en el ser interior a través de diferentes emociones. Te guían a través del laberinto de tu vida.
Eventualmente te das cuenta de tus puntos débiles, donde necesitas prestar más atención y tu zona más fuerte que te hace ser positivo. Algunas emociones te piden que te sientes e inviertas más tiempo en ti mismo, mientras que otras te animan a seguir adelante con toda tu creatividad.
Todo lo que tenemos que hacer como humanos es: abrazarlos desde lo más profundo.
Cada emoción humana viene con un significado. Esto es lo que cada uno de ellos está tratando de decirte.
Amargura: puede ser amarga, pero nos indican indirectamente nuestras zonas lesionadas y qué partes necesitan curación. Nos piden que no seamos críticos y crueles. Nos piden paciencia y esperar a que los resultados sean fructíferos.
Indignación: Acepta cómo ha sido tu vida y camina hacia adelante con felicidad. Quedarse atrapado en el pasado y no poder aceptar cómo su presente es peligroso.
Incomodidad: esto te brinda la oportunidad de cambiarte a tí misma, cambiar tu personalidad y moldearse de acuerdo con las necesidades presentes. Esta es la cosa más inteligente que se puede hacer y para llevar una vida libre de estrés.
Ira: nos indican las cosas por las que estamos vehementes, cuáles son nuestras limitaciones y hasta dónde podemos estirarlas. Todos necesitamos un cambio. Nada es constante.
Decepción: Nos muestran lo mucho que todavía te importa y que no quieres rendirte. Puede que te caigas siete veces, pero queremos levantarnos a la octava.
Culpa: son indicadores importantes de que estamos tratando de cumplir con las expectativas de los demás todos los días y no estamos viviendo para nosotras mismas. Sólo provoca autolesiones.
Vergüenza: La interiorización profunda de lo que otras personas creen y piensan de ti decide tus pautas de vida. Te vuelves cauteloso y dejas de escucharte a ti misma.
Ansiedad: no vivas con el miedo de lo que va a pasar a continuación. El miedo rompe los cimientos más fuertes. Vive cada momento de tu vida como si fuera el último. La vida es corta, así que disfrútala.
Infelicidad: indica que eres cariñoso y tu naturaleza compasiva te hace pensar en los demás todo el tiempo. Estás preocupado por el mundo y quieres que sea un lugar mejor.
Cuando te des cuenta de que estás experimentando una emoción negativa, hay algunas preguntas que puedes hacerte para aclarar cómo te sientes y por qué:
¿Qué me dice esta emoción sobre mí misma, mis valores o mi situación?
¿Estoy a salvo? Si es así, ¿por qué estoy reaccionando tan fuertemente a esto?
¿Hay algún cambio inmediato o a largo plazo que pueda hacer para mejorar mi situación?
¿Es esta una respuesta a un trauma pasado que necesita ser abordado o un irritante presente?
¿Cuál es una forma socialmente aceptable de responder a este sentimiento?
¿Hablar con un amigo (o profesional) ayudaría a ofrecer alguna perspectiva o claridad?
Preguntarse estas cosas con la mayor calma posible iniciará el proceso de validación y aceptación de tus emociones. Le estás dando a la situación la atención que tu cerebro quería, lo que en sí mismo comenzará a disminuir la intensidad de las emociones negativas. Manejar la situación con atención te servirá mejor que entrar en pánico y reaccionar de forma exagerada, porque te permitirá ver la verdad detrás de las historias que tiendes a contarte a ti misma.
Normalmente tenemos 3 opciones a la hora de responder a nuestras emociones:
1.- Puedes dejar que la situación continúe como está.2.- Puedes cambiar la forma en que estás reaccionando a la situación.
3.- Puedes cambiar la forma en que piensas sobre la situación.
Mi consejo personal sería cambiar la forma en que piensas sobre la situación, porque es la opción que más controlas, requiere la menor cantidad de esfuerzo o tiempo y tiene el mayor poder para cambiar la forma en que te sientes.
Nuestras emociones son otra forma en que hemos evolucionado para abordar nuestras necesidades. Las emociones positivas como la felicidad, la satisfacción, la plenitud nos dicen que nuestras necesidades están siendo satisfechas adecuadamente. Cuando sentimos una emoción negativa intensa, como el miedo o la tristeza, nos hace conscientes del hecho de que nuestras necesidades no están siendo satisfechas y eso nos impulsa a tomar las medidas adecuadas y abordar cualquier necesidad que esté en peligro.
Las emociones negativas son particularmente intensas porque están tratando de impulsarnos a la acción. Están tratando de impulsar el cambio. Cuando ignoras o reprimes tus emociones negativas, descartas su mensaje y no tomas las medidas necesarias para cambiar lo que está mal. Esto significa que continúas sintiéndote infeliz. Por lo tanto, lo mejor para ti es sentir realmente tus emociones negativas. Para darles la atención y el aprecio que se merecen, porque están tratando de ayudarte a ser feliz y saludable.
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