Todos seremos el malo de algún cuento


Como no somos seres perfectos y el mundo está cargado de relatividad, es muy probable que, en algún cuento, de esos que circulan por el mundo, estén nuestros nombres con el rol del villano.

Lo importante más allá de lo que cuenten otras personas de nosotros, es que cada uno vaya en un proceso evolutivo, que nos permita edificar nuestra mejor versión.

Que, si lastimamos a alguien de nuestro pasado o al menos así lo siente esa persona, que a los efectos es lo mismo, podamos tomar medidas al respecto, podamos resarcir daños o al menos procurar no hacer lo mismo con las personas que se nos presenten a futuro en nuestros caminos.

Ciertamente las injusticias no son bien vistas, menos aun cuando se asocian a nosotros.

Si nos calumnian o nos malponen, sin tener argumentos para ello, están generando en nosotros algún tipo de daño. Pero no podemos ir por el mundo desmintiendo lo que alguien dice de nosotros, al menos no con palabras. Nuestra mejor defensa siempre en estos casos será demostrar que somos mejores que lo que se dice de nosotros y lo que mejor habla es nuestra conducta y lo que creamos en nuestras vidas.

Todos seremos el malo de algún cuento

Cuando escuchemos los cuentos que otros narran

Cuando escuchamos un cuento en donde hay una víctima y un victimario, procuremos no tomar parte de inmediato, menos si no nos compete o no podemos hacer algo por mejorar la situación. Entendamos que siempre hay otra versión con una realidad, con argumentos, con justificaciones que quizás nos hablen de una historia totalmente diferente a la que escuchamos y de seguro también tendrá una cuota de veracidad.

No se trata de poner en duda la palabra de alguien sin miramientos, sino simplemente entender que cada quien va a contar las cosas como las siente, lo cual no está estrictamente asociado a lo que en realidad ocurrió.

De cualquier manera los juicios normalmente no son de gran utilidad. Así que si algo debemos evitar son estas manifestaciones de nuestro ego. El ego siempre estará sugestionado por la creencia de que tiene la razón y el mundo debe regirse de acuerdo a su verdad.

Tomarlos las cosas a título personal

Normalmente nadie hace algo con la intención de hacerle mal a otra persona, la mala intención es realmente poco frecuente. Pero sí abunda la parte que no mide las consecuencias de sus acciones a medida que va tras algún beneficio o busca alcanzar alguna meta.

Algo que sin duda es muy complicado de asimilar es que otra persona puede hacer cosas y somos nosotros quienes decidimos si tomarlas o no, si hacerlas nuestra, si soportarlas o prolongar la presencia de algo en nuestras vidas. Esto nos hace responsables por nuestro dolor y esto no es tan grato, es siempre más fácil atribuirle la responsabilidad al otro, que ME hizo, ME dijo, ME utilizó, ME engañó, ME estafó

Pero mientras más conscientes estemos de que todo es nuestra creación, menos víctimas nos sentiremos, porque el otro puede ser como sea y estará en nosotros desde llamarlo a nuestras vidas a través de lo que atraemos o permitir que de alguna manera nos dañe.

Cuando narremos nuestros cuentos

Cuando contemos un cuento, procuremos no sacar las cosas de proporción y tratar siempre de verle el lado vinito a esa historia, cómo nos hizo entender algo, cómo nos hizo más fuertes, qué nos aportó, qué conocimos de nosotros mismos o bien qué caminos son más o menos convenientes transitar.

Si nos duele el pasado, lo seguiremos contando con dolor, con víctimas y victimarios, cuando trascendamos aquello, muy probablemente es porque perdonamos lo necesario y decidimos continuar y ni siquiera hay espacio, ni tiempo para echar ese cuento.


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Por: Sara Espejo – Reencontrate.gurú