Los japoneses poseen una gran capacidad para aceptar cómo les viene la vida. Si los occidentales nos quejamos y pasamos malos ratos, ellos aceptan los hechos, por malos que sean, y evitan así estar dándole vueltas a la cabeza todo el día. Para hacerle frente a estos momentos utilizan una expresión: Shikata ga nai.
La traducción más comprensible al español sería algo así como ¡qué le vamos a hacer! Una actitud que a muchos le puede resultar conformista. No obstante, para los japoneses no es un lamento. Más bien actuar de manera positiva ante una situación adversa. Si debido a una inundación está cortada la carretera y no podemos pasar, Shikata ga nai. Es la mejor opción. De nada sirve quejarse o criticar al gobierno. No se puede pasar y ya está.
Esta expresión está íntimamente relacionada con otra llamada shoganai. Ambas reflejan el mismo concepto e idéntico espíritu. Mantener la compostura ante las adversidades. Actuar de manera digna, sin perder los papeles cuando nos encontramos frente a situaciones que no podemos controlar.
La traducción más comprensible al español sería algo así como ¡qué le vamos a hacer! Una actitud que a muchos le puede resultar conformista. No obstante, para los japoneses no es un lamento. Más bien actuar de manera positiva ante una situación adversa. Si debido a una inundación está cortada la carretera y no podemos pasar, Shikata ga nai. Es la mejor opción. De nada sirve quejarse o criticar al gobierno. No se puede pasar y ya está.
Shikata ga nai en la historia
Esta manera de entender la vida ha llamado siempre la atención a los occidentales. A lo largo de la historia han podido comprobarlo varias veces de forma destacable. En 1975, durante una rueda de prensa que dio el Emperador Shōwa, le preguntaron por su opinión de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. Parte de su respuesta hizo referencia a que no se pudo evitar pues eran tiempos de guerra.
También resulta digno de mención el esfuerzo del pueblo japonés para recuperarse tras la Segunda Guerra Mundial. Aceptaron lo que les ocurrió y no se quedaron quietos después lamiéndose continuamente las heridas. Todos a una asumieron su situación y trabajaron duro para que el país saliese adelante.
Una capacidad de sacrificio envidiable que les permite acumular fuerzas para hacer frente a lo que esté por venir. Algo que quizá muchos occidentales deberíamos aprender. Sin embargo, no todo resulta tan positivo en este tipo de actitud.
Una capacidad de sacrificio envidiable que les permite acumular fuerzas para hacer frente a lo que esté por venir. Algo que quizá muchos occidentales deberíamos aprender. Sin embargo, no todo resulta tan positivo en este tipo de actitud.
El lado oscuro del Shikata ga nai
Aunque ya hemos comentado antes que no estamos hablando de resignación, lo cierto es que a veces genera cierta apatía. Algunos japoneses no llegan a quejarse nunca ni intentan cambiar ciertas cosas que sí están de su mano. Y es que hay momentos en los que movilizarse por alguna causa importante merece la pena. Será a ellos a quienes les corresponda descubrirlo y decidir si toman parte o no.