Quiero invitarte a reflexionar sobre un tema que creo que es importante. Yo sé que la política es un tema sensible y que cada día hay menos personas interesadas en involucrarse en los procesos políticos de su país. Esto lo puedo entender, yo también me siento desilusionada y cansada de ver corrupción o injusticias. Yo también desearía vivir en un mundo en el que la discriminación, el racismo y la división no existen.
Un mundo en el que todos tenemos las mismas oportunidades y derechos, un mundo más equitativo.
Pero, para llegar a ver ese mundo tenemos que pasar por un proceso de transformación profundo y se requiere una evolución de consciencia muy grande, una evolución que no se limita solo a los políticos.
Así como los negocios o el dinero son temas espirituales, la política también lo es. Es necesaria dentro de nuestra sociedad, necesitamos una forma de organización social y garantías sobre los derechos básicos y es parte de nuestro crecimiento espiritual. Puede que pensemos que no tenemos nada que ver con la política, pero el solo hecho de vivir dentro de una sociedad ya te hace partícipe y seguro todas disfrutamos de más de un derecho a diario que ciudadanos de otros países quizás no tienen. Un ejemplo de un derecho básico que disfrutamos es el derecho de las mujeres al voto, algo que en muchos países latinoamericanos no se dio hasta después de 1950 (repito: ¡hasta 1950!). Miles de mujeres a través de la historia lucharon por ese derecho, uno que nosotras tenemos la responsabilidad de proteger.
Cuando uno tiene sus derechos y libertades garantizadas, es fácil creer que la política no va con uno
Todas somos luz y así como nuestro camino es el de conectarnos con la espiritualidad y divinidad, este camino también incluye ser la expresión de esa divinidad sobre la tierra. Tenemos que utilizar nuestra voz para expresar lo que es importante para nosotras y traer luz dónde vemos oscuridad. Es muy fácil ignorar la sombra, especialmente cuando ésta se viste de pobreza, violencia o falta de derechos humanos. Pero, si hay algo que he aprendido es que cuando ignoramos la sombra, igual aparecerá por otro lado y en otra situación. Porque todo es un reflejo y está energéticamente conectado. Nuestra gran lección como humanidad es reconocer que todos somos uno y que nuestros actos impactan el mundo, por muy pequeños que sean.
Pero, para llegar a ver ese mundo tenemos que pasar por un proceso de transformación profundo y se requiere una evolución de consciencia muy grande, una evolución que no se limita solo a los políticos.
Cuando uno tiene sus derechos y libertades garantizadas, es fácil creer que la política no va con uno
Todas somos luz y así como nuestro camino es el de conectarnos con la espiritualidad y divinidad, este camino también incluye ser la expresión de esa divinidad sobre la tierra. Tenemos que utilizar nuestra voz para expresar lo que es importante para nosotras y traer luz dónde vemos oscuridad. Es muy fácil ignorar la sombra, especialmente cuando ésta se viste de pobreza, violencia o falta de derechos humanos. Pero, si hay algo que he aprendido es que cuando ignoramos la sombra, igual aparecerá por otro lado y en otra situación. Porque todo es un reflejo y está energéticamente conectado. Nuestra gran lección como humanidad es reconocer que todos somos uno y que nuestros actos impactan el mundo, por muy pequeños que sean.
Hace unos meses hice el llamado a ser activistas espirituales y ser parte del cambio que tanto deseamos ver con amor y compasión. Tenemos el poder para hacer de este mundo un lugar con más hermandad, compasión, tolerancia, belleza, respeto y amor. Nuestras palabras y energía tienen poder. Independiente de por quién votemos en unas elecciones o cuál sea nuestra ideología, lo importante es ejercer nuestro derecho, utilizar el poder de la voz y poner luz donde vemos oscuridad. Es el momento de tomar una postura activa frente al mundo en el que vivimos y de defender lo que es importante y lo que tanto disfrutamos a diario.
¿Cómo podemos ser agentes de cambio en esta transformación mundial?
Comparto 6 consejos y varias meditaciones que te pueden ayudar:
1. Toma responsabilidad por tu proceso individual: toma unos minutos al día para sentir las emociones que salen a la luz. Llora, grita, baila, muévete y sobretodo SIENTE… siente el dolor de tus antepasados, sus miedos y su dolor. Reconoce su dolor como tu dolor y abraza ambos.
2. Trae el sentimiento de compasión: por ti, por tus ancestros, por el dolor colectivo, por el miedo, por el sufrimiento, por las injusticias… trae compasión y amor.
3. Reconoce la divinidad en el otro: no mires solo con tus ojos, siente a esa persona con tu corazón. Eso que rechazas en la otra persona se te está siendo revelado por una razón, abraza a ambos; tanto lo que no te gusta del otro como lo que te está mostrando de ti.
4. Ayuda a transformar la energía en amor: utiliza la meditación de Tonglen, inhala sufrimiento y exhala compasión.
5. Ten paciencia y trae compasión a las relaciones: todos actuamos bajo el nivel de consciencia en el que vivimos, no siempre estaremos de acuerdo, pero eso no hace el dolor de otro más o menos válido que el tuyo.
6. Practica el Mindfulness: En todo momento del día realiza el ejercicio de parar y observar tu experiencia. ¿Qué emoción necesitas traer a esta momento? Puede ser tolerancia, paciencia, compasión, amor… toma tu tiempo antes de responder a una situación.
7. Sé una activista espiritual: El activismo espiritual es la participación activa en el movimiento por el bien de toda la sociedad y de nuestro planeta.
Buscamos el cambio a través de acciones nobles, a través de la verdad, la compasión, el amor, integridad, la tolerancia y el respeto. Por encima de todo ponemos el amor, especialmente por aquellas cosas que más nos cuesta tolerar. Tomamos la decisión de transformar el miedo en amor, la rabia en propósito y la ignorancia en compasión. Tomamos responsabilidad por nuestro proceso interno, enfrentamos lo que nos duele y lo que no queremos ver, con fuerza y determinación. Entendemos que tenemos una responsabilidad por la manera en que el mundo se desenvuelve y sabemos que dónde va nuestra atención, eso crece. Caminamos hacia adelante, siempre con la conexión hacia el cielo
No seamos indiferentes ante el mundo en el que vivimos. Despertemos. Tenemos el poder de la voz y no tenemos que callar. El silencio es necesario y sagrado para ir hacia adentro, pero si lo que queremos expresar quiere salir, el silencio nos puede literalmente matar. Tu voz importa y la mía también, es lo que nos ayudará a poder evolucionar y crecer como sociedad, especialmente cuando nuestra voz es en defensa de algo en lo que creemos.
No estamos aquí para sentarnos mientras la vida pasa, no somos seguidoras, somos líderes y tenemos un camino por abrir.
Espero que mi escrito te sirva de reflexión y como siempre, toma lo que te sirve y lo que no, puedes ponerlo a un lado.
Deseo que la luz siempre sea más fuerte que nuestros miedos y que individualmente tomemos cada una la decisión de ser líder del cambio en este mundo.
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Con cariño,
María José Flaqué
Fuente: Mujer holistica