Vergüenza, que me digan no, por no molestar, ¿qué pensarán de mí?…Todos de una manera u otra tenemos dificultades a la hora de pedir lo que necesitamos o deseamos.
Si observamos a los niños estos piden de una forma muy natural desde que son bebés. Un bebé siente lo que necesita y lo demanda, de ello depende su supervivencia.
Todos nacemos con esta capacidad, pero es a lo largo de nuestro crecimiento cuando vamos perdiendo, esta capacidad innata de saber lo que necesitamos y pedirlo.
Si observamos a los niños estos piden de una forma muy natural desde que son bebés. Un bebé siente lo que necesita y lo demanda, de ello depende su supervivencia.
Todos nacemos con esta capacidad, pero es a lo largo de nuestro crecimiento cuando vamos perdiendo, esta capacidad innata de saber lo que necesitamos y pedirlo.
¿Por qué te cuesta tanto pedir?
No existe una única causa por la que te resulte difícil pedir lo que necesitas, más bien son muchas las experiencias vividas y motivaciones que han hecho que a lo largo de tu vida hayas aprendido a no pedir. Experiencias y motivos que están a su vez interrelacionados entre sí, sin poder definir muy claramente cuál es más importante o cuál es el primero.
Aun así, para que sea más clarificador y te puedas identificar más fácilmente, me he permitido hacer un listado con los que considero son los motivos más frecuentes por los que no pedimos lo que necesitamos.
Aun así, para que sea más clarificador y te puedas identificar más fácilmente, me he permitido hacer un listado con los que considero son los motivos más frecuentes por los que no pedimos lo que necesitamos.
Anteponer las necesidades de los demás.
Uno de los motivos por los que seguramente no pides es por anteponer las necesidades de los demás a las tuyas, muy posiblemente desde tu infancia has aprendido a satisfacer y priorizar a los demás, y que no es correcto anteponer tus propias necesidades a las de otros. En cierto modo es como tener asociado el “ser bueno” con atender las necesidades del otro, y “ser un egoísta” con el pedir o atender a tus propias necesidades y deseos. No pides porque al hacerlo siempre tienes la sensación de estar pidiendo mucho o de ser egoísta.
Miedo a mostrarse vulnerable.
Otro motivo por el que puede resultarte difícil pedir es porque lo vivas como tener que mostrar tu vulnerabilidad o carencia frente al otro. Hay una especie de “posición de orgullo” que te lleva a no poder reconocer ante otra persona que puedas necesitar de su ayuda. Si este es tu caso, muy posiblemente seas una persona muy volcada en ayudar a los demás, muy generosa y muy “buena dadora”, pero aunque desees también recibir de los demás, te resulta muy difícil pedirlo y cuando lo haces no sueles tener la respuesta que buscabas. Muy posiblemente si pones atención a tus pensamientos, encuentres por ahí alguno del tipo “solo me aman si les doy”.
Miedo a ser juzgado por los demás.
El famoso ¿qué pensarán de mí?. Este miedo te asaltará sobre todo cuando tengas que pedir ayuda por un problema que consideras importante y del cual te sientes responsable en mayor o menor medida (una deuda económica, una adicción, un problema de conducta de tus hijos, etc.) Aunque también hay que señalar, que este miedo a ser juzgado no es exclusivo de estas situaciones digamos más graves, sino que también es muy posible que lo sientas ante el hecho de tener que pedir un aumento de sueldo, unos días de permiso en el trabajo, presentar una reclamación, etc. En el fondo, lo que sientes en cierto modo es miedo a que tu imagen pueda verse dañada y que el otro te juzgue como una persona descarada, egoísta, etc.
Tener un alto nivel de autoexigencia.
En otras ocasiones, el hecho de tener un nivel alto de autoexigencia, posiblemente sea lo que te esté dificultando el pedir ayuda. “Yo puedo solo” “cueste lo que cueste” “ya me apaño yo”, hay una falsa creencia de autosuficiencia, y de que si no se consiguen las cosas es porque unono se ha esforzado lo suficiente, unido a un sentimiento de “no puedo mostrarme débil”. Esto te conlleva un gran desgaste, requiere muchísimo esfuerzo constantemente para conseguir las cosas, ya que todo depende de uno mismo. Como leí en una ocasión, no somos ni omnipotentes, ni impotentes; todos tenemos nuestras potencias.
Si te identificas con este caso, puede que te interese leer uno de los primero artículos que escribíPor qué no siempre querer es poder
Si te identificas con este caso, puede que te interese leer uno de los primero artículos que escribíPor qué no siempre querer es poder
El miedo a que te digan no
El hecho de que alguien nos niegue algo que le hemos pedido es vivido en muchas ocasiones como un rechazo a nosotros como persona. Si este es tu caso con casi toda probabilidad que también tengas dificultades para decir no cuando te piden a ti, ¿verdad? .
Ten claro que cuando haces una petición existe la posibilidad de que el otro te la niegue, pero lo que te está negando es tan solo eso que le has pedido, en ningún caso te está negando y rechazando a ti como persona. El que no te guste el brócoli no quiere decir que aborrezcas todas las verduras ¿verdad?
Ten claro que cuando haces una petición existe la posibilidad de que el otro te la niegue, pero lo que te está negando es tan solo eso que le has pedido, en ningún caso te está negando y rechazando a ti como persona. El que no te guste el brócoli no quiere decir que aborrezcas todas las verduras ¿verdad?
No sentirte merecedor
“No creo que me vayan a dar a mí” , “No creo que corresponda pedirlo” , “Para mí no va a haber” “A mí seguro que no me toca”. Todas estas expresiones tienen que ver con el hecho de tener una baja autoestima. El no sentirte merecedor de eso que quieres te impide pedirlo ya que como“yo no valgo” para qué voy a pedir…
Por mi experiencia, el “no merecimiento”, es una de las creencias más profundas que todos de una forma u otra tenemos en nuestro interior, si bien en la mayoría de la ocasiones es muy difícil llegar a identificarla como tal.
Por mi experiencia, el “no merecimiento”, es una de las creencias más profundas que todos de una forma u otra tenemos en nuestro interior, si bien en la mayoría de la ocasiones es muy difícil llegar a identificarla como tal.
No saber realmente qué se necesita.
Por último aunque no menos importante, es posible que no pidas porque no sabes realmente lo que necesitas. Seguramente tengas una vaga sensación de que te falta algo, pero tengas dificultar para identificar realmente de que se trata, a mí esto me ocurre con frecuencia.
Esta dificultad se produce porque a lo largo de nuestro aprendizaje hemos aprendido a desconectar de nuestros verdaderos deseos y necesidades, de ahí que no sepamos qué pedir, porque no sabemos lo que realmente deseamos. Si esto también te pasa a tí en este artículo te cuento cómo reaprender a conectar contigo y saber qué es lo que necesitas y deseas.
Esta dificultad se produce porque a lo largo de nuestro aprendizaje hemos aprendido a desconectar de nuestros verdaderos deseos y necesidades, de ahí que no sepamos qué pedir, porque no sabemos lo que realmente deseamos. Si esto también te pasa a tí en este artículo te cuento cómo reaprender a conectar contigo y saber qué es lo que necesitas y deseas.
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Autor:Ana Oliver ©