Vivimos comunicados y hablamos todo el tiempo, pero ¿cuántas veces escuchamos realmente?
Cuando recibí el correo electrónico de Laura, una maestra de 42 años, en el que me agradecía la conversación que habíamos tenido por más de dos horas en casa de una amiga en común.
Recordé que yo no había hablado mucho en realidad, sino que la había escuchado con atención todo el tiempo y me había interesado en sus historias.
Al leer las palabras de Laura pude sentir su gratitud sincera por haber sido escuchada, una necesidad básica de los seres humanos que prácticamente hemos relegado al olvido.
La tecnología nos ha permitido estar conectados con personas en todo el mundo, pero ha entorpecido la comunicación más importante: la que tenemos de manera directa con quienes nos rodean.
Laura me contó que se comunica con sus amigas por Facebook; con su familia, mediante mensajes de texto, y que a menudo revisa el buzón de e-mail en su celular. Sin embargo, más que una forma de socializar, ser escuchados es una necesidad. Al ser escuchados, nos sentimos valorados, aceptados y queridos, porque cuando alguien nos escucha con atención, nos hace saber que nos aprecia.
Muchas parejas cuya relación parecía condenada al fracaso lograron retomar la comunicación al darse cuenta de que lo único que necesitaban era escucharse mejor.
Por eso, si queremos que nuestras relaciones funcionen —en el hogar, el trabajo y en la vida en general—, escuchar debe ser nuestra prioridad. He aquí cómo aprender a hacerlo:
Recordé que yo no había hablado mucho en realidad, sino que la había escuchado con atención todo el tiempo y me había interesado en sus historias.
Al leer las palabras de Laura pude sentir su gratitud sincera por haber sido escuchada, una necesidad básica de los seres humanos que prácticamente hemos relegado al olvido.
La tecnología nos ha permitido estar conectados con personas en todo el mundo, pero ha entorpecido la comunicación más importante: la que tenemos de manera directa con quienes nos rodean.
Laura me contó que se comunica con sus amigas por Facebook; con su familia, mediante mensajes de texto, y que a menudo revisa el buzón de e-mail en su celular. Sin embargo, más que una forma de socializar, ser escuchados es una necesidad. Al ser escuchados, nos sentimos valorados, aceptados y queridos, porque cuando alguien nos escucha con atención, nos hace saber que nos aprecia.
¿Sueles pasar por alto alguno de estos consejos cuando hablas con alguien: estás atento al celular, sueles descalificar al otro, o te cuesta mantener la atención en la charla?
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Autor: Julio Bevione
Fuente: Selecciones Argentina