La amistad entre mujeres: una forma sensacional de combatir el estrés


La amistad entre mujeres nos ayuda a conseguir esa complicidad y a aplacar miedos, a la vez que conseguimos relativizar nuestros problemas y olvidar nuestras angustias

Podríamos dar mil argumentos de por qué la amistad es beneficiosa, saludable y necesaria para el ser humano, y aun así, nos quedaríamos cortos.

Sin embargo, son muchos los estudios y trabajos realizados por parte del campo de la psicología social y de la salud que nos demuestran algo mucho más particular e interesante a la vez.
La amistad entre mujeres tiene un impacto mucho más intenso y positivo que en los hombres, tanto, que esa sensación de conexión y complicidad establecida es un mecanismo muy adecuado para reducir el estrés y la ansiedad.

Por otro lado, conviene dejar claro un aspecto esencial: no se trata de tener muchas “amigas”, lo que más revierte en nuestra salud y en nuestro bienestar es contar con amistades auténticas y significativas, esas que apenas caben en los dedos de una mano.

Hoy en nuestro espacio queremos hablarte de ello.


En un mundo de vacíos lo que cuenta son las conexiones positivas

A día de hoy todos nosotros estamos más conectados que nunca pero, a su vez, más distanciados que siempre.

Contamos con decenas de amigos en nuestras redes sociales, nos comunicamos mediante esa mensajería donde todo es inmediato, pero donde hacemos uso de los emoticonos para representar las emociones que, más tarde, en la vida real no mostramos con tanta agilidad.

Organizamos grupos de Whatsapp, nos damos los buenos días y las buenas noches mediante este tipo de canales y sin embargo, a mayor interacción, mayores son los vacíos y la sensación de que nos “falta algo”.

Ese algo es una vida personal satisfactoria, ahí donde estemos rodeados de personas especiales, personas que nos dan felicidad cara a cara, seguridad con su cercanía, seres especiales a los que ofrecer nuestra amistad y nuestra complicidad a cambio de nada.

A su vez, un modo sensacional de combatir ese conocido vacío existencial es fomentar las buenas relaciones sociales, ahí donde la amistad es algo muy relevante si hablamos del género femenino.

Las mujeres reaccionan al estrés de manera diferente

Para entender cómo y de qué manera afrontamos el estrés hombres y mujeres, debemos adentrarnos en el siempre fascinante mundo de la neuropsicología.

  • Así, cuando una mujer experimenta ansiedad y estrés durante una larga temporada, se vierte en su torrente sanguíneo un auténtico “cóctel” de neurotransmisores formado en su mayoría por cortisol y epinefrina.

  • Con ellos, se eleva además la presión arterial y el azúcar en sangre.

  • En el caso de la mujer, hay una hormona que a la vez funciona como neurotransmisor y que es clave para reducir el impacto de los antes citados: hablamos de la oxitocina.

  • La oxitocina, además de contrarrestar la producción de cortisol y la epinefrina, nos aporta calma, aplaca el miedo y nos confiere una grata sensación de seguridad.

Por su parte, en el caso de los hombres, el estrés impacta de una forma más compleja.

  • Para empezar, hay un aspecto que es de por sí interesante: ellos producen menos cantidades de oxitocina.

  • Al no beneficiarse de la presencia de la oxitocina de forma tan armónica como las mujeres, sienten con más necesidad el deseo de huida o de lucha.
  • Asimismo, y por término medio, hacen un uso mayor de la contención emocional. No se abren con tanta facilidad para hablar de ese universo íntimo y personal como son las emociones.

Todo ello hace que el estrés sea una dimensión más profunda y crónica en el género masculino.

La amistad, gran proveedora de oxitocina

Las mujeres tienen la necesidad genética de “conectar” con los demás, de construir vínculos basados en la empatía y el reconocimiento.

Todo ello se explica, sin duda, por la elevada presencia de oxitocina en el cerebro femenino, una hormona que tiene como finalidad favorecer el cuidado y la atención por los demás.

  • Así, cuando la vida se hace un ovillo, cuando el estrés nos golpea y los miedos nos atenazan, la mujer busca la amistad con otras mujeres para regular esos miedos y conseguir esa complicidad reconfortante con la que escampar angustias, y relativizar los problemas.

  • Por otro lado, cabe destacar que la amistad es una dimensión que le aporta al género femenino aspectos diferentes –y, a la vez, complementarios– a una relación de pareja o al vínculo con un familiar.

  • Si cuenta con una amistad sólida y significativa, sabe que va a poder desahogar sus pensamientos y emociones sin ser juzgada como puede ocurrir al abrirse con algún familiar.
  • Sabe, a su vez, que esas amigas no están obligadas a solucionar sus problemas. No es su función ni tampoco lo buscan. Lo que necesitan es sentirse escuchadas y saberse comprendidas.

Para concluir, un círculo de amistades positivo, sólido y respetuoso es clave de salud y de plenitud de vida en todos nosotros, tanto en hombres como en mujeres.

Sin embargo, en ellas, ese vínculo emocional es más intenso y más necesario. Porque, admitámoslo, nada es tan terapéutico como tomarnos un café con las amigas de siempre para que los problemas se escampen casi al segundo…

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Fuente: Mejorconsalud.com