Una separación es complicada para la pareja, pero más aún para los hijos, porque son quienes más sufren al ver que su familia se fragmenta y no saben el porqué.
Es complicado explicar esta situación a los pequeños, pero el tiempo irá haciendo su trabajo y después podrán comprender que el divorcio no tuvo nada que ver con ellos.
Los hijos se enfrentan a un sinfín de sensaciones, como el duelo y la pérdida del padre, ya que es él quien generalmente se va del hogar, y muchas veces lo hace para refugiarse en los brazos de otra mujer.
Esto es aún más doloroso si la nueva pareja tiene sus propios hijos. Los que dejó sufren trastornos depresivos, crisis de identidad e inseguridad, y disminuyen su autoestima y su valor. Surgen preguntas como “¿Por qué papá prefirió a otra familia? ¿Qué hice para que papá ame más a otras personas? ¿Por qué no puedo verlo tanto como antes?”
Esto se preguntan miles de niños y jóvenes tras el divorcio de sus padres o, lo que es peor, la infidelidad y el abandono emocional y físico del que son víctimas. El dolor que sienten no tiene comparación. Hoy quiero compartirles la emotiva carta de una pequeña que sufrió una situación semejante tras la separación de sus padres, dedicada al hombre que le dio el regalo más grande, el que después de todo prefirió hacer su vida en otra parte.
La carta dice así:
“Papá, quiero que sepas que pienso en ti todo el tiempo, y me pregunto todos los días qué pasaría si no te hubieras ido nunca, pero supongo que es mejor así. Aprovecho esta carta para decirte que he encontrado mi pasión: el arte. Si estuvieras conmigo te pediría que me llevaras a museos, exposiciones fotográficas y galerías, también a obras de teatro, conciertos de orquestas y presentaciones de libros. Apuesto que sería fantástico.
El arte me ha ayudado a descubrir muchas cosas, a observar a las personas y a echar a volar mi imaginación; hoy lo único que quisiera poder adivinar es cómo será tu sonrisa, me pregunto cómo lucirán tus ojos cuando te pones triste, o cómo se arruga tu frente cuando estás molesto. ¿Sabes?, te tomaría muchísimas fotografías, porque por fin tengo la cámara que siempre quise, la que tanto te pedía cuando era niña.
A veces sueño con caminar contigo del brazo, ir juntos y pasear por la calle mientras recargo mi cabeza en tu hombro, porque hoy ya soy más alta y te alcanzaría perfectamente.
Ya no soy esa niña que no quería crecer y sé que estarías orgulloso de eso. Siempre me quedé con las ganas de saber qué se sentiría que dijeras ¨luces hermosa¨; debe ser algo que todo padre diga a su hija al menos una vez en la vida; lástima que nunca pudiste hacerlo. Pero está bien, entiendo que estás muy ocupado en tus asuntos.
Sé que te fuiste, y después de todos estos años no entiendo el porqué, aunque ahora soy grande y sé que no fue mi culpa, ni tampoco de mamá. Siempre he querido ser tan fuerte como ella, pero no puedo, porque a pesar de todo te extraño mucho, aunque les digo a todos que ya no me importa tu ausencia. Aún recuerdo el día en que partiste, sólo me hubiera gustado saber que jamás te volvería a ver, para poder abrazarte más fuerte y decirte que siempre te voy a amar. ¿Por qué no me dijiste la verdad? Si lo hubieras hecho, hoy todo esto sería más fácil.
Quisiera que nos hubieras elegido a nosotras; yo te necesitaba para escuchar las palabras de aliento de cada mañana, para que me aconsejaras y dejaras claro que ningún hombre debía tratarme mal, para que me dijeras lo especial y valiosa que soy. Hoy soy consciente de todo eso, pero hubiera sido más fácil para mí escucharlo de tu parte.
¡Pero no te culpo!, no te culpo de mis inseguridades, del miedo terrible al abandono, tampoco de pensar que mis defectos son mayores que mis virtudes. La verdad es que todo eso está en mi mente y debo aprender a lidiar con ello, es sólo que de cualquier manera siento un vacío profundo que tal vez jamás podré llenar, y lo he intentado de muchas maneras, incluso de algunas que no me hacen sentir orgullosa. Sé que mis relaciones con chicos han sido desastrosas por temor a que me dejen, a veces lloraba al pensar que no llegaría al altar del brazo de mi padre y eso me ha vuelto muy cobarde en el amor pero, la verdad, no me gustaría sufrir lo que mamá pasó a tu lado. ¿De qué sirven los votos si no se cumplen?
De verdad espero que estés bien. Mamá y yo nos las arreglamos bastante bien, y yo la admiro muchísimo, porque a pesar de todo siempre ha estado a mi lado, me enseñó que no importa lo difícil que es la vida, siempre es mejor cuando uno sonríe. Ella es una mujer de verdad y cuando la veo me cuesta trabajo entender tu partida, a veces pienso que le tenías miedo a ella, a su fortaleza y a sus ganas de salir adelante, y al no sentirte capaz huíste, pero no me corresponde juzgar. Sólo digo que si tuviera que elegir de nuevo con quién quedarme, siempre la escogería a ella; y también sé que volverías a quedarte con la otra familia.
Sólo me queda agradecerte la vida, porque es el regalo más grande que me has dado, y espero de todo corazón que seas para tu esposa y tus otros hijos lo que no pudiste ser para nosotras: un padre y un compañero fiel.
Me despido con los ojos secos, porque las lágrimas ya no son necesarias hoy, espero que estés bien y que seas muy feliz. Sé que dije que siempre te iba a amar, pero hoy estoy convencida que lo único que amo es la idea de lo que pudiste ser en mi vida.
Te mando un abrazo y un beso de despedida donde quiera que te encuentres. Hoy he sanado”
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Recuerda cada día sonreír, agradecer y apreciar tu preciada vida
Fuente: Vuntu.net