Los refranes no son solo palabras; son destilados de sabiduría pasados de generación en generación.
Encierran verdades profundas sobre la naturaleza humana y ofrecen guía para vivir de manera ética y consciente.
Este artículo explora cómo estos proverbios tradicionales, desde enseñanzas sobre el ego hasta lecciones de hipocresía y honestidad, siguen siendo relevantes en nuestra vida moderna, guiándonos hacia el autodescubrimiento y el crecimiento personal.
Los sabios, antiguos y personas de profundo pensamiento crearon los llamados “Refranes” que escritos a modo de proverbio, son expresiones especiales que encierran siempre un mensaje para ser mejores y mirarse por dentro.
Por otro lado, muchos de ellos encierran decretos de las llamadas “leyes del karma y dharma”
Karma para aprender...
Dharma para recibir bendiciones por el buen proceder .
Desde Día por día me supero, les invitamos a reflexionar sobre algunos importantes.
Sobre la mentira y honestidad
“La verdad permanece, la mentira, perece”
“La mentira busca el rincón, la verdad, la luz del sol
“En boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso”
“En boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso”
“La integridad del hombre se mide por su conducta, no por sus profesiones”
“El hombre honesto no teme ni la luz ni la oscuridad”
“Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad”
“La mentira se posa sobre un pie, la verdad sobre los dos”
“Las mentiras del corazón comienzan desde la cara”.
Los refranes citados exponen en pocas palabras que la honestidad, veracidad e integridad hacen de un hombre alguien que vive y vivirá en paz, pero con expresiones como “la mentira perece”, tenemos claro que tarde o temprano, alguien que vuelve sus temores pretexto emocional para ser incorrecto (a) en todas esfera: laboral, interpersonal y afectiva camina por la vida siendo el único responsable de sus desgracias, frustraciones e historias que se repiten. Mas es claro que cuando el dolor no enseña, encanalla, amarga y construye miserables sin conciencia.
La deshonestidad nace del mal ejemplo en casa, del miedo patológico, de la esencia perversa y maquinadora, del entorno social y grupo donde el ego y egoísmo se mezclan para crear actitudes donde solo se piensa en sí mismo. También es la venganza contra heridas no sanadas desde la infancia, esas donde se fue dañado (a) y se busca entonces caminar por la vida con la necesidad de manipular, dominar, humillar, para solo así sentirse valioso y ganador antes que reconocer la falta de fuerza y fe para ser alguien limpio (a) y justo.
Las personas deshonestas y mentirosas son lo mismo, porque no logran ver y siempre le dan y darán la espalda a las enseñanzas divinas. Y es impresionante por ejemplo que algunas personas dedicadas a profesiones de servicio, como docentes, directores académicos, especialistas en salud y de los oficios que menos imaginas pueden ser tan oscuros, pero sencillamente, donde hay servicio y luz, también existe perversidad y oscuridad, porque el bien y el mal camina uno al costado del otro, pero cada quien elige que fila tomar.
Las leyes Kármicas siempre serán para los deshonestos, la ausencia de plenitud, no poder sentirse realizados (as) en algún logro o sueño porque no lo merecen y mirar siempre por la ventana la vida ajena, la dicha, la plenitud y la justicia, siendo generalmente el “Sr tiempo” quien hacer correr el calendario y ni con mil mentiras y argucias, la sombra toca a los hombres y mujeres de fe y honestidad.
Y con los años, los deshonestos pueden pasar terribles pruebas de fe, porque un día a quienes más ama les pueden jugar sucio, como ellos son expertos (as) y entonces no sabrán cómo reaccionar y entonces mirar al cielo por clamar ayuda y perdón sonará hipócrita y sin embargo, a su modo y manera, la divinidad verá como sanar, aun quitándole lo que más ama así no lo comprenda.
Refranes sobre hipocresía
“El arrepentimiento del hipócrita es de por sí, hipocresía”
“El malo, cuando se finge bueno, es pésimo”
“Dios os ha dado una cara y vosotros os hacéis otra”
“La hipocresía es el colmo de todas las maldades”.
Una cosa es ser diplomático (a) y proceder con educación y otra ser hipócrita, siendo la segunda una actitud vinculada a la deshonestidad del hombre que así la elije como actitud de vida y con esta intentar obtener beneficios en la vida.
Por ejemplo, existe tanta gente que pide ayuda en todos los aspectos, pero se acerca a ti sabiendo que el fondo solo desea lo que puedes darle, pero no te respeta y en el fondo hay mucha envidia y mentiras sobre lo que piensa de ti, pero no importa, proceden de modo incorrecto porque por detrás siempre habrá beneficios.
Por ejemplo, que nítida es la diferencia de alguien limpio (a) cuando te brinda un obsequio que le nace del corazón y es suyo y cuando su rostro se transforma en máscara en segundos y te dice algo o da algo de la manera más hipócrita. Se siente en el aire, se lee en los ojos, la forma de hablar, se canta la verdad desde el alma, se lee la verdad pese a quien le pese y entonces llega esa sensación de pensar “Dios mío, otro (a) judas más que ya me habías avisado hace tanto, pero la espada tenía que llegar”. Y toca para no mancharse, echar al tacho y romper esos sucios presentes o lo que fuese que deseen dar para no perder tu integridad y dignidad.
Y es entonces que gracias al cielo, existe la ley del libre albedrío, esa donde eres libre de elegir quien se sienta en tu mesa, está en tus momentos importantes y felices, con quien celebras y con quien, jamás”. Y todo hipócrita que busca usarte o tener un beneficio de ti por intereses detrás es solo un bufón del destino, semejante a pequeñas serpientes con las que tenemos que aprender a lidiar en el camino, sin pedir ya explicaciones, porque nacimos para ser felices, crecer y esa gente solo debe quedar atrás y se avanza, se cierra la puerta y el tiempo avanza y nunca llegan a estar cerca de lo que no merecen.
Los hipócritas maliciosos (as), cómplices de la mentira, bajeza, etc., no posee capacidad de arrepentimiento genuino si observas como viven y sino desarrollan una real reflexión sobre el sentido de sus existencias. Y es que detrás de ellos siempre existe arribismo, egoísmo, vivir del chisme, ganar favores, traspasar puertas y sentarse donde no les corresponde y les queda
¡Amores!, ser tajantes y firmes con estas personas. Puedes sonreír a un o muchos (as) hipócritas, pero no para ser como ellos sino para decirles “Pobre camaleón, te conozco, te veo, te leo y reconozco en tus mil disfraces y tu veneno ni tu mentira me toca, porque te la muestro en la cara y dejo que el cielo y las leyes Kármicas operen sobre ti, doy vuelta y si ves mi rastro, nunca podrás ver mi corazón”. Y recuerda siempre que si Jesús echó a los fariseos del templo, cuando veas hipocresías, mentiras y maldad, también puedes echar esa gente de tu vida y avanzar sin detenerte hacia tus sueño y con quien amas y tus almas afines.
Sobre el ego
“Las personas con un gran ego necesitan ser centro de atención, ansían reconocimiento y les preocupa muy poco los demás”
“Recortas y moldeas tu pelo, pero siempre olvidas recortar y moldear tu ego”
“El ego es sordo; sordo y ciego. El ego debe ser domado”.
Del ego se desprenden los peores errores y las grandes actitudes insanas del hombre, pero es este mundo moderno donde todo es competir, buscar dominar y sentir placer y mostrarse omnipotente, el ego crea sus propios malos caminos y genera su caída día con día.
Ego que nace de la carencia de humildad y valor para mirarse y reconocer errores, ego que camina con la certeza de que las cosas deben ser como se piensa porque no se podría soportar de otro modo. Ego para elegir en la vida personas para manipular, reírse de estas a escondidas y jamás valorarlas porque solo se piensa en sí mismo, ego para esconderse de sí mismo y proceder justificando siempre mentiras o actitudes tiranas donde no se respeta a los demás. Ego para creer que se quiere algo o alguien, cuando en realidad, el reto de “tener y ser aceptado” por no soportar uno “No, nunca, jamás, adiós” como destino es un aprendizaje que los ciegos del alma no pueden ver.
Como ven, hoy abordé estos aspectos, pero hay miles de los que escribiré y siempre le diré a todo aquel que lea este blog: “Mira para que has nacido y a quien te debes” y no insistas en algo si todo el tiempo te estrellas contra una ventana y repites las historias.
Pero si deseas retar al cielo, recuerda que un día, cuando menos lo esperas, cuando la lluvia incesante moje tus pasos, será el anuncio de que vivirás aquello que necesitas para aprender y no burlarte de la luz y sentirás quizá deseos de huir una vez más y de esconderte, pero no lo harás, porque estarás tan ocupado (a) intentando encontrar los trozos que hay de ti que pasará la vida, que el tiempo habrá hecho cumplir un destino y el dolor inmerecido de todos aquellos a quien dañaste habrá cesado.
Y si eres alguien limpio (a) de corazón, honesto (a), calma siempre, porque puedes mirar a los ojos, sonreír sin culpa, dar a manos llenas sin vergüenza, hablar sin templar, dormir y soñar, rezar y sentir ángeles cerca, ser amado con el alma y despertar amor donde pises en todos los aspectos y brillar desde el servicio por mano divina.
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Autor: Rosa María Cifuentes ©
Fuente: zefirodelcielo.blogspot.com