Todos somos únicos, pero a veces no lo valoramos. Vivimos en un tiempo en el que nunca ha habido más presión para convertirse en una copia. Parece más fácil ser igual a otro que ser uno mismo.
Programas de televisión, películas, revistas, anuncios, redes, medios sociales e incluso los compañeros, constantemente nos bombardean con quién lo está haciendo bien, qué es mejor y qué necesitamos hacer para tener eso en nuestra vida.
Debido a esto, la autenticidad se ha convertido en una experiencia extraña. Si tenemos miedo de ser quien realmente somos – miedo a que no se nos acepte – estamos abiertamente cambiando quien verdaderamente somos por una copia, un clon. Normalmente, porque alguien nos ha vendido que ser así nos reportará más beneficios (sociales, económicos..etc) que ser nosotros mismos. Alguien te ha hecho parecer más atractivo ser otro que ser tú mismo
Mientras que el proceso de ser auténtico es algo con lo que aún tengo que lidiar en ocasiones, mi radar en identificar cuando alguien es o no es su verdadero yo, nunca ha sido más nítido. Aquí hay 8 rasgos que comúnmente identifican a estas personas:
1. Saber cómo decir "no"
Si bien hay un poder maravilloso que se puede encontrar en decir "sí", hay una fuerza aún más notable que se encuentra en la capacidad de decir "no". Parece de sentido común, pero es algo que nos crea una lucha interna, mayor de lo que podemos Imaginar.
Es únicamente a través de decir "no" cuando se nos presenta algo que no se alinea con nuestro verdadero yo, que somos capaces de permanecer auténticos. No es que nos volvamos incapaces de comprometernos o nos cerremos a nuevas experiencias, sino que nos aseguramos de no convertirnos en un felpudo para las demandas y expectativas de otras personas.
2. Aceptar y aprender de los enemigos
Incluso si hacemos un esfuerzo consciente para ser tan socialmente aceptables como sea posible (que es completamente no auténtico), siempre habrá personas que nos desagraden y a las que desagrademos.
En lugar de estar desconcertados por estos "aparentes enemigos", algunas de las personas más auténticas que conozco no sólo aceptan y entienden su existencia, sino que también buscan maneras de aprender de sus críticas.
3. No tienen miedo de ser abiertos y honestos
Aunque hay ciertas partes de nuestra vida privada que deben permanecer privadas, también hay un gran poder en la voluntad de abrirse a los demás. Algunas de las personas más auténticas que conozco son abiertas, se adentran en sus experiencias de primera mano sin miedo a ser juzgadas, pues no consideran mejores los juicios de otros a los suyos propios. Por ese mismo motivo, también te responden de una manera honesta, pues no encuentran razón para responder de otro modo.
Si en algún momento necesitas oír un relato de sus propios miedos, no tienen ningún problema en dártelo, aunque eso los obligue a cavar en las profundidades de su propia experiencia.
4. Son grandes oyentes
Esto ciertamente va de la mano del punto número tres, esa manera de realmente escuchar lo que otros tienen que decir. Así es como son capaces de ofrecer un feedback efectivo, aprender de los demás y procesar completamente todo lo que se les dice.
Si te preguntas si eres o no un gran oyente, el mejor indicador para saberlo, es notar con qué frecuencia te encuentras pensando en tu próxima respuesta cuando alguien más te está hablando.
5. Abierto a Cambiar
Ser abierto al cambio puede parecer contraproducente para permanecer auténtico, pero en realidad es completamente necesario. Nadie en este mundo tiene exactamente las mismas opiniones y sistemas de creencias a lo largo de toda su vida, y es importante no cerrarse en "siempre he pensado así, debo seguir así", pues estas dejando que tu yo pasado dicte tu yo presente, y eso hace que tampoco seas el tú actual. El auténtico.
Algunas de las personas más genuinas que conozco, no sólo están abiertas al cambio, sino que también están tan conectadas a sí mismas que saben cuándo el cambio es real o es producto de la presión social o del entorno.
6. Valorar tu tiempo
Mientras que algunos pueden argumentar que el dinero es el recurso más valioso de este mundo, el hecho de que necesitamos tiempo para producir dinero lo coloca el primero de la escala de los recursos. Aquellos que son y permanecen auténticos reconocen el valor de su tiempo y eligen gastarlo sabiamente.
Hacen tiempo para las cosas que son más importantes para ellos, incluso si no lo hacen necesariamente el sentido más lógico a una mente analítica. También optan por dar su tiempo, en lugar de simplemente cederlo porque están disponibles.
7. Hacer trabajo personal
Ya sea invirtiendo tiempo en un curso de desarrollo personal, en leer un libro de autoayuda, o incluso en dedicarse a una práctica de bienestar como la meditación, los más auténticos del mundo tienden a dedicar tiempo a regular a su propio bienestar.
Hay tantos recursos maravillosos en este mundo para aprender y crecer, y dedicar tiempo a ellos puede ser una clave para no sólo ser, sino también permanecer auténtico.
8. Ser selectivamente perezoso
Ser perezoso es una parte de la vida, pero creo que aquellos que son auténticos no sólo reconocen eso, sino que también eligen selectivamente cuándo van a serlo. Ellos encuentran el impulso y la determinación necesarios para realizar las cosas cuando son necesarias, y también se permiten tomar un descanso cuando sienten que es el momento correcto.
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Fuente: Despierta Magazine.com
Fotografía: Pixabay.com
Fotografía: Pixabay.com