Hay gente que critica y malmete constantemente. Son artífices del negativismo y difusores de lo que para ellos son errores y malos ejemplos de vida. Critican tu forma de vestir, tus palabras, tus gestos, lo que haces e incluso, lo que no haces también. Nada es correcto si no es acorde a su modo de vida.
Para construir relaciones sanas hay que dejar las críticas a un lado. Puede que no entiendas muchos de los comportamientos, pensamientos o sentimientos de otras personas, pero te aseguro que si tuvieras en cuenta y conocieras sus caminos, pensarías de manera diferente.
Pero también hay gente que en lugar de juzgar para criticar, te mira con los ojos llenos de comprensión y curiosidad. Personas que aunque no entiendan lo que dices o cómo te comportas, deciden escucharte, libre de trasfondos.
Me gusta la gente que intentan comprender a los demás porque saben que hay historias y batallas detrás de cada persona. Ellos hacen más bonito el mundo porque en lugar de juzgar, aceptan tal y como son a los demás.
No permitas que una crítica te afecte
La vida es demasiado corta como para que focalices tu atención en opiniones ajenas que no son útiles ni constructivas. Escuchar críticas dañinas y darles vueltas no te beneficia. Con ello solo estás dando poder a esas palabras y permitiendo que afecten a tu autoestima.
No le des permiso a las críticas para que asuman poder sobre ti.
Piensa que cuando alguien te hace una crítica es como si estuviera haciéndote un regalo. Si no las aceptas, seguirán siendo de la persona que las dijo.
De la gente que critica constantemente es mejor alejarse y si no lo haces, tener claro que quien pierde el tiempo criticando y señalando a los demás, derrocha mucho del que podía dedicar a su crecimiento personal. En un mundo de imperfectos, en el que lo diferente es lo que nos hace únicos, no tiene sentido señalarlo como negativo. Porque la actitud que mejora nuestro bienestar emocional no es la crítica, sino la capacidad de querer mejorar.
Cuando se critica siempre hay una parte que se desconoce de la otra persona, pero aun así se le atribuye una intención a sus actos. Es esta ignorancia junto a la baja autoestima, lo que pasa desapercibido para la persona que critica, la cual construye sus ideas a base de suposiciones.
La crítica constante y destructiva daña las relaciones generando en ocasiones desde la infancia heridas emocionales.
Para construir relaciones sanas hay que dejar las críticas a un lado. Puede que no entiendas muchos de los comportamientos, pensamientos o sentimientos de otras personas, pero te aseguro que si tuvieras en cuenta y conocieras sus caminos, pensarías de manera diferente.
Practica la escucha activa y la comprensión con los demás. Trata de entenderles, sin juzgarles. Ten en cuenta que la mejor opción para ti siempre va ligada a tu forma de ver y experimentar la vida, y que la otra persona tiene otra distinta. Por ello:
- Escucha para atender, no para responder. Las personas que escuchan saben que hasta detrás de los silencios hay un significado, porque sienten a la otra persona sin barreras de forma libre y empática.
- Comprende para conocer otros puntos de vista, otras realidades. Si cultivas la comprensión, tienen la oportunidad de conocer otras formas de ver la vida que quizás puedan complementar la tuya, hacerte descubrir cosas nuevas o simplemente, enriquecerte.
Nadie puede ponerse en tus zapatos
Dicen por ahí que nadie puede ponerse en tus zapatos y claro que no. Tus zapatos están hechos a tu medida y a tu camino, se han moldeado por las piedras y flores que te has ido encontrando, por lo que nadie puede sustituirte en ellos. Tienes tus rozaduras, algunas han sanado pero otras siguen esperando curarse y todo eso justifica tu forma de caminar en la vida.
Al igual que tú, cada persona que te rodea también tiene sus zapatos exclusivos. Perder tiempo en criticarlos parece algo absurdo cuando ni siquiera sabemos todo su recorrido. Por ello, dedica tu tiempo a mejorarte y seguir creciendo, construyendo lazos sanos y fuertes vínculos.
Completa tu círculo de relaciones con gente que sume en lugar de que reste. No olvides que criticar es poner el foco en los demás para crear distancias, pero escuchar y comprender nos acerca.
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Autor: Gema Sánchez Cuevas
Psicóloga, docente, editora y redactora.
Vía: La mente es Maravillosa.com