Los mecanismos de defensa son inconscientes (procesos automáticos o puestos en marcha sin conciencia) y tienen el cometido de enfrentarnos con una relidad que percibimos como amenazante. La buena noticia es que nos pueden proteger de las agresiones externas, pero la mala nueva es que, pueden afectar a la visión que tenemos de la realidad. Por ello, es preciso tener mucho cuidado y analizar por qué aparecen.
Para cada acción, existe una reacción. Esto es completamente cierto. En el caso de los mecanismos de defensa, se sabe que la persona trata de protegerse de una agresión o una amenaza a su vida, a sus creencias o a sus sentimientos.
Es un proceso que aparece por la percepción de lo que ocurre y que al mismo tiempo puede modificar esta percepción, distorsionándola o enmascarándola. Pueden "dispararse" sin que nos demos cuenta o lo decidamos, obviamente no avisan. Si bien es cierto que se pueden analizar y reconocer, es probable que eso ocurra cuando ya sea demasiado tarde porque actuan de manera muy sutil, como los ladrones más hábiles o los manipuladores emocionales más expertos.
El oráculo de los gatos paganos, de Claudia Campos T. hoy nos responderá
¿Cuál es el mecanismo de defensa que uso cuando algo me duele?
Escoge entre la patita de color amarillo, verde o rojo. A continuación encuentra el resultado.
Si escogiste la patita de gato amarillo
Cuando algo te duele te conectas con la tristeza más profunda y puedes llorar mucho o entristecerte muchísimo también. Es un mecanismo de defensa porque de esta manera te ahogas en tus propias emociones y no te permites ver en forma más objetiva la vida.
Consejo: Es importante, si lo deseas, aprender ano ahogarte en tus emociones, aprender a mirar las cosas de otro punto de vista, porque así la gente que te rodea sabrás que estás dispuesta al diálogo y que no te esconderás detrás de la tristeza.
Si escogiste la patita de gato verde
La rabia es tu mecanismo de defensa, porque de esta maneras cierras todas las puertas al entendimiento y hasta te ciegas cuando viene hacia a ti ese ataque furioso. Como consecuencia, la gente no tiene deseos de hablarte ni de acercarse a ti porque sabe cómo reaccionarás.
Consejo: Detrás de la rabia, siempre hay pena. Llegó la hora de bajar las defensas, abrirte al cambio, a la opinión de los que te aman quizás, y sanar esa pena disfrazada de rabia.
Si escogiste la patita de gato roja
La actitud que usas como mecanismo de defensa es el amurrarte, encerrarte en ti mismo como lo hace un niño y no escuchar ni hablar con nadie. Lo debes hacer en forma inconsciente, pero así te defiendes de lo que te duele y de lo que no quieres escuchar.
Consejo: detrás de esta actitud, está tu niño o niña herida. Por eso llegó la hora que te des cuenta que ya nada ni nadie puede dañarte a menos que tú lo permitas, que el diálogo es lo mejor para sanar y que debes perdonar tu pasado. Hecho está."
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