Una de las relaciones más complejas que las mujeres llegamos a experimentar entre mujeres, es la que forman la suegra y la nuera.
En los países de habla hispana, mediante el juego de sonidos, se dice que en la palabra "nuera" se explica el principio de este conflicto: pues la esposa de mi hijo "nu (no) era" la mujer correcta para él.
Si tú eres, o mejor aún, estás por ser una suegra, será muy interesante que leas de principio a fin este pequeño artículo. Si al leerlo alguno de los puntos no te agrada o hasta te molesta, mi querida amiga, ese tal vez sea tu principal desafío a vencer. Claro, si en verdad te interesa la felicidad de tu hijo y formar una gran familia con los nuevos integrantes que llegarán a ella. ¿Estás lista?
1. Tu hijo ama a su esposa
¿Cómo te explico esto? Tu hijo la ama y la eligió para compartir su vida con ella. En pocas palabras —y por salud mental—, se espera que tus hijos, una vez que están listos, dejen el hogar para formar el propio. A veces desde nuestra perspectiva nuestro hijo podría no estar preparado y el amor y cuidado maternos aparecen para arroparlo y seguir protegiéndolo. Pero créeme, esto no le ayuda ni lo hace madurar, lo daña a él y a su familia. No compitas por su amor: el amor que siente por ti es uno y el que siente por su mujer es otro. Si lo amas, no lo pongas en la disyuntiva de elegir porque los resultados son siempre dolorosos para alguien, más cuando él te elige a ti.
2. Confía en tu hijo, finalmente tú lo educaste
Tú le enseñaste —lo creas o no— qué tipo de mujer debía elegir. Lo hiciste con tu ejemplo, con tus palabras y tu forma de ser. Así que confía en tu hijo, en sus decisiones y en que él saldrá adelante en su matrimonio. Él necesita tu confianza y tu aprobación, y sobre todo, que le hagas saber que apruebas a la mujer que él ama.
3. Tu nuera no es tu hija, por lo tanto, no tiene por qué obedecerte
Es lindo escuchar cuando una suegra llega a amar a su nuera al grado de hacerle sentir como una hija. Pero debe quedar muy claro que ella no es tu hija cuando a ti conviene que te obedezca o haga lo que tú le pediste hiciera. Nuestro papel como suegras es ver y callar, y si nos piden nuestra opinión, preguntarles: ¿qué piensas tú? Y conducirles a que ellos mismos tomen sus decisiones. Si nos piden ayuda, ayudamos de la manera que nos la piden, no de la manera que nosotros creemos o sabemos, es mejor.
4. Tu nuera es una mujer capaz
Ella puede hacer grandes cosas: puede criar y formar una familia, puede ser justamente el complemento idóneo para tu hijo. Solo permítele desarrollarse, permítele sentirse libre de ser quien es y mostrar el gran potencial que ella tiene para ofrecer a toda la familia, sobre todo a tu hijo y tus futuros nietos. ¡Anímala! Dile lo feliz que eres porque ella es ahora parte de tu familia, dale confianza y siéntate a ver los milagros que hará. Nunca la juzgues, ni la critiques, y no permitas que otros lo hagan, ni siquiera tu hijo y mucho menos lo alientes a hacerlo, por favor.
5. Tu nuera es una mujer joven que está aprendiendo, igual que como tú
Sé paciente y si ella te lo pide, muéstrale cómo hacer las cosas y luego deja que lo intente.
6. Ella es o será la madre de tus nietos
¿Hay alguna razón más poderosa para amarla?
7. Sé sabia
Una mujer sabia entenderá que si desea conservar el amor de su hijo, deberá cultivar el amor de su nuera. La mujer mueve el corazón de un hombre, no lo olvides. Muchos hijos se olvidan de sus madres mayores porque la esposa no le permite visitarla o simplemente lo aleja de ella. Muchas personas inclusive juzgan con dureza a la nuera, sin revisar o tener noticia de lo terrible que es o ha sido su suegra. Por favor, no te arriesgues, sé más inteligente y cultiva, si no el amor, sí una buena relación con tu nuera.
8. Tu nuera puede llegar a ser una buena amiga y aliada
Cuando la nuera y la suegra trabajan juntas, las familias florecen, las fiestas abundan, los hijos crecen junto a los abuelos, las parejas se fortalecen y los viejos nunca estarán solos. Vale mucho la pena ganarte la amistad de tu nuera.
9. La casa de tu nuera es sagrada
No te atrevas a criticar su hogar, mofarte o "de muy buena voluntad" cambiarlo. Si vas a visitar a tu hijo, sé amable y sincera en halagos para la comida, el arreglo de la casa y todo lo demás. Esfuérzate por decir un cumplido y ser agradecida, pronto será un buen hábito que desarrollará una buena relación familiar.
10. Tu nuera responde al halago sincero, no a la crítica continua
"Se atrapan más moscas con miel, que con hiel". Tu experiencia es mayor y además tú eres una dama, no lo olvides.
11. Tu nuera, aunque no lo creas, también busca tu aprobación
Sé generosa con ella, en verdad se esfuerza por agradarte. Esfuérzate por iniciar con el pie derecho su relación.
12. Respétala
En toda la extensión de la palabra, respétala. Ella es una mujer como tú, una madre, una esposa, una hija de Dios y sobre todo, la mujer que tu hijo ama. No lo olvides, por favor.
13. Háblale con claridad y sé sincera
La comunicación clara, asertiva y sincera te ahorrará muchos dolores de cabeza. Ahora, ser clara no significa ser "claridosa", cínica o desvergonzada. La claridad es amiga de la amabilidad.
14. Confía en ella
Ora por ella, dale confianza y cariño; cada vez que ella no sepa qué hacer o enfrente una situación compleja, hazle saber que ella lo hará bien y luego deja que ella se encargue. No le digas cómo criar sus hijos, cómo limpiar su casa o alimentar a tu hijo, confía en ella.
15. Aprende a amarla y así asegurar la felicidad de tu hijo
Hazle la vida difícil a tu nuera, y ella se encargará de hacérsela el doble de difícil a tu hijo, a tus nietos y a ti. La vida se acaba en relaciones tan tóxicas como esa. No lo permitas, no lo fomentes y por nada "te enganches" en esas relaciones tan dañinas para todos.
Tengo la fortuna de tener una suegra ejemplar y maravillosa que, sin conocerme, me amó desde que llegué a su hogar. Ahora yo soy una suegra también y mi deseo es ser un poco como mi suegra fue conmigo, porque deseo seguir uniendo a nuestra familia como ella hizo con nosotros. Tu esfuerzo es fundamental. Gracias por ser valiente y leer hasta el final.
Autor: Emma E. Sánchez
Vía: Familias.com