Hay una gran diferencia entre las personas que prefieren dormir con calcetines a las que prefieren dormir sin ellos. Los del primer grupo, se sienten más inseguros sin calcetines, por lo que casi les es imposible conciliar el sueño si sus pies están descubiertos. Para los que duermen sin ellos, es algo incómodo tener los calcetines puestos una vez están tapados en la cama, sienten calor en exceso e incomodidad. Aunque puedas pensar que simplemente es un simple hábito, la respuesta va más allá, pues dice mucho de la persona que lo realiza.
Dormir con calcetines
Si optas por dormir con calcetines, quizás sea porque no soportas el frío sobre tus pies. Pero esto puede deberse a varios factores, como el grosor de tu piel y el ritmo metabólico del cuerpo. En algunas personas, la circulación de la sangre es más rápida, o los ciclos naturales del cuerpo se realizan de forma más acelerada, y esto les hace emitir calor constantemente. Sin embargo, otras personas, al tener la piel más fina o una circulación lenta, pueden ser más sensibles al frío.
Aunque ser sensible al frío no tiene nada de malo, pues es una condición asociada a tus características físicas y biológicas, también es una sensación relacionada con tu percepción del espacio y la temperatura. De ese modo, dos personas con características físicas similares, perciben el clima de formas muy diferentes. De acuerdo a esto, es posible que nuestro cuerpo emita constantemente la señal de “sentir frío” como un mecanismo para buscar contacto y contención a través del calor.
Las personas que necesitan dormir con calcetines o abrigados, buscan normalmente ser protegidos. Si eres uno de ellos, lo más probable es que adores los lugares acogedores y busques tener alguna relación profunda e íntima con otras personas. No te incomoda ceder algo de tu espacio personal a los otros, y el contacto físico como los mimos, las caricias y los abrazos, pueden hacerte feliz.
Sin calcetines
Si por el contrario, no soportas la idea de dormir con calcetines, y sólo pensar en tus pies cubiertos dentro de la cama ya te genera algo de incomodidad, es probable que se deba en parte a que conservas por naturaleza una alta temperatura corporal. Quizás se deba a que tienes un metabolismo más acelerado que otras personas, al grosor de tu piel o a que la sangre corre con fuerza y velocidad por tus venas.
Tu cuerpo ya viene predispuesto biológicamente a conservar y general calor, y por ello te sobran los calcetines bajo las cobijas. Además de sentirte en libertad y a gusto en el contacto con las sábanas, dejas que tus poros de la piel respiren libremente, relajas los músculos de tus pies y no hay ningún tipo de ropa que pueda castigar a tus tobillos o piernas dificultando la circulación de la sangre.
Pero no todo es algo físico. Ser menos sensible al frío también está relacionado con la forma en que te relacionas con tu entorno y percibes los estímulos externos. Probablemente seas un tipo de personas más independiente. Valoras muchísimo tu espacio personal y entras en contacto con los demás sólo cuando estás dispuesto a interactuar.
En una relación, tenderás a asumir el rol protector, eres sincero y en ocasiones retador, esa es una de las maneras en que expresas tu cariño a los demás, aunque no siempre lo entiendan. Aunque pueda parecer contradictorio por tus actitudes de persona independiente, sabes muy bien cuidar de los demás.
Recuerda que lo importante es tener un sueño plácido y tener un número suficiente de horas de sueño, para que nuestro cerebro descanse adecuadamente y no se tenga fatiga al día siguiente. ¿Y tú, qué tipo de persona eres? ¿Eres de los que duerme con calcetines o sin ellos? ¡Deja tu comentario para saber tu opinión!
Fuente: Para los curiosos.com