Todos los seres vivos estamos formados por un cuerpo físico y un campo de energía. La vida misma se conforma por actividad eléctrica y por campos electromagnéticos que dan perfil al Aura humana.
Cada individuo está formado por una cantidad infinita de campos electromagnéticos que se encuentran en constante interacción de fuerzas.
En muchas culturas y a lo largo de la historia se ha conocido y nombrado a este tipo de energía. Los chinos la llaman “Chi” y los japoneses por su derivado “Ki”; los polinesios la llaman “Mana” y los indígenas americanos “Orenda”; los hindúes “Prana”, los hebreos “Rauch” y los países islámicos “la Baraka”.
Todos comparten la creencia de que esta energía es la que da forma a nuestras vidas y que si la cuidamos y administramos podremos hacer un buen uso de ella para lograr cosas increíbles.
Todos comparten la creencia de que esta energía es la que da forma a nuestras vidas y que si la cuidamos y administramos podremos hacer un buen uso de ella para lograr cosas increíbles.
Esa energía puede ser transferida de una persona a otra en caso de carencia de la misma. Así también si un individuo padece de algún dolor o algún cuadro de enfermedad también podemos usar nuestra energía para curarlo. En este tipo de situaciones hablamos de una energía sanadora que ayudará a restablecer el nivel de Ki de esa persona. De esta manera se pueden curar enfermedades, depresiones y un sinfín de otras afecciones.
Toda esta energía puede escasear o abundar por motivos variados y complejos, puede ser por mala intención de otros, por desconocimiento o simplemente por algún acontecimiento que nos cree una fuga de la misma.
Por medio de nuestro tacto somos capaces de curarnos a nosotros mismos en la zona donde se halle la fuga, pero para esto, primero deberemos localizarla.
Esto se logra limpiando el aura.
¿Cómo se limpia un aura?
Lo primero que hay que lograr es un lugar tranquilo y relajado. Con luces tenues y con buena circulación de aire. Podemos ayudarnos prendiendo velas e incienso para tranquilizarnos. Aquí lo que tiene que hacer es relajarse y respirar profundamente hasta que logre un cambio de conciencia. Hasta que no logre este cambio, debe permanecer lo más quieto posible, cualquier movimiento puede romper la concentración. Una vez lograda la transición debe imaginar que tiene un gran cepillo cilíndrico, como los que se usan para limpiar las mamaderas de los bebés. Visualice ese cepillo hecho de luz blanca muy brillante. Divida la parte frontal de su campo de energía en cuatro secciones y friegue cada sección con ese cepillo. Debe limpiar con especial ahínco las zonas donde esas cuatro secciones se unen. Haga lo mismo con la parte posterior que todavía no limpió. No olvide limpiar también las junturas entre la parte anterior y posterior del aura. Durante el transcurso de esta limpieza detectará si tienes fugas o bloqueos. Las fugas son escapes importantes de energía que hay que evitar a toda costa o deteriorarán nuestro ánimo, nuestra salud y la de quienes nos rodean. Los bloqueos son lugares a los que nuestra energía, por algún motivo, sea trauma o mala intención de otros, no puede llegar.
Habiendo finalizado dicho ejercicio busque una vez más llegar a ese estado mental de relajación y de cambio de fase de conciencia. Encuentre los lugares donde parezca haber daños, agujeros, fugas. Puede ser que se vean, que perciba el movimiento de energía o las diferencias en la temperatura. Donde haya agujeros grandes, primero tiene que usar un empaste de luz para taparlos. Una pasta de luz ayudará a cubrir los pequeños agujeros y las grietas. Haga un trabajo minucioso para enmendarlos.
Habiendo finalizado dicho ejercicio busque una vez más llegar a ese estado mental de relajación y de cambio de fase de conciencia. Encuentre los lugares donde parezca haber daños, agujeros, fugas. Puede ser que se vean, que perciba el movimiento de energía o las diferencias en la temperatura. Donde haya agujeros grandes, primero tiene que usar un empaste de luz para taparlos. Una pasta de luz ayudará a cubrir los pequeños agujeros y las grietas. Haga un trabajo minucioso para enmendarlos.
El empaste de luz
Ahora imagine que tiene un rodillo de pintura hecho de luz blanca brillante y un cubo con pintura blanca brillante. Cubra el rodillo de pintura de luz blanca, permita que se absorba dentro del rodillo y páselo dando una gruesa capa alrededor de su aura.
Este ejercicio deberá realizarlo tantas veces como sea necesario hasta haber remendado toda el aura.
Deje que se seque y luego sienta la gloria del brillo y la paz de su recién restaurado cuerpo energético. Si lo hizo bien y a conciencia se encontrará en un estado de bienestar nuevo, que no había sentido antes, lleno de energía que fluye dentro de todo su ser y a su alrededor.
Este ejercicio deberá realizarlo tantas veces como sea necesario hasta haber remendado toda el aura.
Deje que se seque y luego sienta la gloria del brillo y la paz de su recién restaurado cuerpo energético. Si lo hizo bien y a conciencia se encontrará en un estado de bienestar nuevo, que no había sentido antes, lleno de energía que fluye dentro de todo su ser y a su alrededor.
Vídeo de relajación
Fuente: Revista Predicciones- Chile