Las causas emocionales que la generan y mantienen
Hablamos principalmente de: “Tener que PROTEGERME”, “sentirme abandonado”, como conflicto estructurante, y del “CONFLICTO DE SILUETA”, por el que cada día nos reafirmamos nuestra obesidad al mirarnos al espejo y desvalorizarnos diciéndonos que no nos gusta lo que vemos.
Habrá que tener en cuenta siempre en qué zona se localiza la obesidad o dónde empezó y desde cuándo.
Nadia Giraudo: Existen cinco conflictos biológicos que programan la obesidad y el sobrepeso. A esos cinco conflictos hay que agregarle la posibilidad de que la obesidad tenga un origen glandular, para lo cual hay que arreglar primero el conflicto relacionado con las glándulas y luego el de la obesidad en sí misma.
El tejido que se altera para manifestar la obesidad es la hipodermis, Mesodermo antiguo = PROTECCIÓN (las grasas). Debemos siempre partir, al igual que en todas las demás enfermedades, con la lógica de supervivencia: ¿Para qué me sirve tener tanta grasa? La respuesta racional es normalmente “para amargarme la vida” pero hay que encontrar la utilidad inconsciente, la que el cerebro podría utilizar para un programa de supervivencia.
La obesidad o sobrepeso se genera como respuesta de supervivencia a los siguientes conflictos:
-El Conflicto de ABANDONO
-El Conflicto de sentirse BAJO AMENAZA
-El Conflicto de SILUETA (desvalorización estética)
-El Conflicto de LACTANCIA TRUNCADA O MAL VIVIDA
-El Conflicto de lDENTIDAD
Nadia Giraudo: Existen cinco conflictos biológicos que programan la obesidad y el sobrepeso. A esos cinco conflictos hay que agregarle la posibilidad de que la obesidad tenga un origen glandular, para lo cual hay que arreglar primero el conflicto relacionado con las glándulas y luego el de la obesidad en sí misma.
El tejido que se altera para manifestar la obesidad es la hipodermis, Mesodermo antiguo = PROTECCIÓN (las grasas). Debemos siempre partir, al igual que en todas las demás enfermedades, con la lógica de supervivencia: ¿Para qué me sirve tener tanta grasa? La respuesta racional es normalmente “para amargarme la vida” pero hay que encontrar la utilidad inconsciente, la que el cerebro podría utilizar para un programa de supervivencia.
La obesidad o sobrepeso se genera como respuesta de supervivencia a los siguientes conflictos:
-El Conflicto de ABANDONO
-El Conflicto de sentirse BAJO AMENAZA
-El Conflicto de SILUETA (desvalorización estética)
-El Conflicto de LACTANCIA TRUNCADA O MAL VIVIDA
-El Conflicto de lDENTIDAD
-El conflicto de RECHAZO AL CONTACTO SEXUAL
Su sentido biológico, su lógica de supervivencia es la “PROTECCIÓN”, ya que, más allá de lo que podemos deducir de forma práctica, podemos ver también que desde el punto de vista biológico/embriológico, el tejido adiposo deriva de la misma capa embrionaria que las serosas (Mesodermo Antiguo), las cuales tienen finalidad de protección de los órganos (lo correspondiente al desarrollo de las capas embrionarias y su relación con los conflictos emocionales que las afectan, se desarrollan en otro capítulo del libro y por eso no está en este extracto).
Beneficios psico-biológicos de tener sobrepeso:
La grasa proporciona varias utilidades al ser humano, pero… ¿Por qué almacenar en forma de grasa y no de músculo o de hueso por ejemplo?– Porque la grasa es más voluminosa y menos pesada de transportar que los huesos o los músculos. Es más liviana, puedo cargar más.
– Es también el mejor material para no pasar desapercibido, para que me vean.
– Permite una mayor combustión (más reserva de energía en una misma superficie):
1 glúcido = 4 calorías
1 prótido = 4 calorías
1 lípido = 9 calorías
– Es aislante, lo que evita la pérdida simbólica del calor humano que me ha faltado.
– Al mismo tiempo, al ser aislante, nos ayuda a “aislar” y proteger a nuestros órganos internos.
Protege varios de mis órganos vitales sin ser esta grasa un órgano vital si se viera atacado. Es decir que protege real y simbólicamente de un contacto que podría resultar peligroso.
Conflicto de sentirse “bajo amenaza”
En la naturaleza, el combate no es algo muy popular en ningún animal y la razón es muy simple: cualquiera sea el resultado del combate, incluso el vencedor puede resultar lesionado y transformarse en presa fácil.
Los lobos, por ejemplo, cuando pelean por la supremacía de la jauría, se tiran dos o tres mordiscos nada más. Eso les alcanza para saber si el adversario es más rápido o más fuerte. Inmediatamente, aceptan la supremacía del adversario cuando deben hacerlo: la prioridad es la supervivencia de la especie, de la jauría y del individuo, no el dominio del clan.
Entonces, en el hombre, que no tiene plumas ni puede erizar los pelos, ni ser más alto, y si abre los brazos no va a asustar a nadie, la única solución de emergencia que encuentra para intimidar a su adversario con su tamaño es aumentando su tamaño a través de la grasa.
Conflicto de abandono
Por otro lado, cuando se es abandonado en la naturaleza, la muerte está siempre al acecho. Somos animales sociales, de “manada”, es muy difícil para nosotros sobrevivir absolutamente solos.
Por este motivo, el estrés de abandono será canalizado principalmente comiendo y almacenando. Si se siente solo, tenderá a almacenar la mayor cantidad posible de alimento porque no sabe cuándo será la próxima comida, cuándo volverá a conseguirla.
También, cuando somos abandonados, somos frágiles, estamos sin defensas. Podemos ser atacados y devorados por lo que el hecho de ser “más grandes” también influye en este sentido biológico.
Siendo gordo, mi madre quizás me encuentre más fácilmente. Si soy demasiado delgado, no me verá y moriré. (Esta misma lógica sirve para explicar los chicos chillones y para niños cuyas heces huelen muy fuerte: es para que la madre los encuentre).
Si no se puede ser imponente, entonces hay que hacerse “chiquito” para poder escaparse más rápido entre las piedras, los agujeros, para escapar del predador. En ese caso tendremos DELGADEZ EXTREMA en lugar de gordura. Es decir que en un estrés de agresividad, tendremos dos posibilidades: Ser obeso en situación de ataque o ser muy delgado en situación de huida.
Dr. Salomòn Sellam: ¿Se ha dado cuenta de que los recién nacidos se quedan pegados a su madre desde que nacen y hasta el momento preciso en que deben explorar los alrededores inmediatos y progresivamente vivir su vida adulta y desplegar toda una serie de estratagemas para vivir y sobrevivir en la naturaleza, bella por supuesto, ¡pero tan y cuánto más peligrosa!?
El potro sigue paso a paso a su mamá durante un paseo en el campo. El ballenato o bebé tiburón sigue a su madre, a la cual está pegado muy de cerca. A penas ella cambia de dirección, él hace lo mismo por miedo a encontrarse solo
Lo mismo ocurre con el pequeño león, futuro rey de los animales, el más poderoso de todos y gran predador. Si está solo, todos los animales más grandes y más fuertes que él se deleitarán, ¡aunque se trate del futuro rey!
Para los HUMANOS , es exactamente lo MISMO: apenas me siento abandonado, real o simbólicamente por mis padres, mi familia o mi madre, se instala instintivamente una sensación de soledad, junto a un sentimiento de estar permanentemente en peligro, y completamente aislado de mi tribu, clan o familia; sólo puedo contar conmigo mismo para arreglármelas.
Se pueden encontrar dos actitudes: la actitud femenina y la actitud masculina:
– La actitud femenina está principalmente caracterizada por la huida frente a un eventual predador (Mujer diestra – Hombre zurdo). Debo esconderme y pasar lo más desapercibida posible. Para la huida, también debo ser bastante rápida. La consecuencia biológica desemboca en un físico más bien longilíneo, e incluso en un adelgazamiento que puede llegar hasta la anorexia: no tengo que ser visto, ¡así que disminuyo mi masa adiposa al máximo!– Veamos la actitud masculina, la que muestra mucho más a las personas con sobrepeso (Hombre diestro – Mujer zurda). Para esto, les pido que se pongan psíquica y físicamente en el lugar de nuestro sistema general de protección. Apenas la persona tiene esta sensación de ser abandonada en un ambiente hostil y peligroso, varios mecanismos instintivos de protección se posicionan automáticamente durante la superación de los umbrales de tolerancia.
Estos mecanismos, estas invariantes psicosomáticas son siete, de las cuales las dos primeras comparten la mayor parte de la sobrecarga ponderal: el AGUA y la GRASA:
1- La sensación de estar solo en este mundo hostil, la sensación de existencia profunda, de derrumbe de la existencia y de confrontación con la nada van a solicitar la función renal en general, y los canales colectores en particular, para retener el máximo de agua en el interior del organismo, indispensable para sobrevivir. La traducción biológica de esta invariante corresponde a los fenómenos de retención de agua.
2- Crear reservas alimenticias, produciendo y almacenando las grasas para aguantar el mayor tiempo posible y construirse tanto física como mentalmente.
3- La sensación de estar perdido, de no saber dónde ir, por miedo a equivocarse de dirección, solicitan las glándulas suprarrenales e influencian en la secreción de cortisol.
4- El sentimiento de ser desvalorizado, de no poder hacer nada más que soportar esta situación de abandono junto a una situación de impotencia.- Dificultades en Huesos , mùsculos y articulaciones.-
5- El camuflaje y la transformación física representan las consecuencias del síndrome del abandono del lado masculino. Están a menudo en el origen de nuestro comportamiento general, sobre todo en el caso de un encuentro con un eventual predador. Pànico, depresiòn.
6- El sentimiento de temor de encontrarse solo frente a un predador en cualquier momento conduce al conflicto llamado miedo frontal. La noción de peligro permanente encuentra aquí su apogeo. Falta de oxígeno, dificultades en aparato respiratorio.- Angustia.-
7- Relacionado con el anterior, el sentimiento de que a cada momento tendremos que huir por peligro: el conflicto que hace intervenir la TIROIDES (hipotiroisdismo, hipertiroidismo), nuestro reloj biológico.
El colesterol, relación emocional
El colesterol es un lípido (grasa) necesario para el organismo humano. Una de sus funciones es proteger las paredes de los vasos sanguíneos del desgaste ocasionado por la sangre que circula sin cesar por ellos. Usualmente el hígado sintetiza el colesterol que el organismo necesita. El exceso de este lípido obtenido a partir de los alimentos va a la vesícula biliar, la cual lo devuelve a los intestinos para su eliminación. Cuando esta función natural se bloquea se produce una excesiva concentración de colesterol en la sangre, conocida como hipercolesterolemia. A raíz de esto pueden formarse depósitos en la piel y los tendones, alrededor de la córnea y los párpados y, sobre todo, en las paredes arteriales, donde ocasiona más daños, pues afecta la buena circulación sanguínea. Las arterias están también vinculadas a todo lo que se llama la “vida”. Hacen correr la alegría de vivir y me permiten comunicar, expresar mis emociones, guardar el contacto con el universo. Si la tensión nerviosa sube más, provoca un desequilibrio emocional que puede resultar de un conflicto interior entre mi “mundo físico” y “mi mundo espiritual”.Cuando tengo dificultad o cuando dejo de expresar mis emociones, me cierro (bloqueo) y a consecuencia de ello, pueden ocurrir diferentes enfermedades vinculadas con el corazón tales como la arteriosclerosis, la trombosis, la angina de pecho, las varices. La alegría de vivir deja de circular en mí. Puedo desvalorizarme frente a las acciones que cumplo. Para que la energía fluya más regularmente e impida el desarrollo de ciertas esclerosis, representando bloqueos energéticos, debo hacer prueba de una apertura más constante a la alegría y a la circulación de esta alegría quedando abierto al nivel del corazón, aceptando cambiar de actitud y abrirme al amor, para que este amor se encamine por todo mi cuerpo.
Ha llegado el momento de que dejes de preocuparte por todo y dediques un tiempo a preguntarte qué te complacería. No siempre tienes que oscilar entre los placeres físicos y los del espíritu, es decir, entre tus deseos y tus valores espirituales. Concédete todos esos placeres, aunque al principio sean mínimos. Debes aprender a dejar circular en ti toda forma de alegría de manera frecuente y no sólo en breves momentos. La vida es demasiado importante para tomársela tan en serio.
La circulación sanguínea está vinculada al corazón y a la sangre, símbolo de vida. La sangre pasa por todos los canales del cuerpo: arterias, arteriolas, venas, venillas, capilares. Estos canales son necesarios a la distribución del amor, de la alegría y de la vida en todo el cuerpo. Mi corazón (centro del amor) acepta dar la sangre (energía) a cada parte de mi ser, cualquier sea su importancia, sin discriminación. La sangre representa mi vigor, mi placer de vivir y lo que soy actualmente en este universo. Todas las dificultades circulatorias están vinculadas con la sangre y la totalidad de mí ser. Si vivo una situación difícil en el plano emocional o mental, la energía que anima mi ser se debilita. Esta debilidad de la sangre y de la circulación sanguínea significa que me retiro emocionalmente de una situación que me afecta por el instante porque no tengo bastante “energía” para ir hacia delante. Me protejo de mis emociones demasiado energéticas porque es doloroso sentirlas presentes hasta tal punto. No dejo circular bastante amor en mi vida. Me auto–critico severamente, estoy apenado, siento mucha tristeza interior. Mi alegría de vivir y mi buen humor disminuyen, mis ideas se vuelven confusas, tengo una vida social poco excitante, insípida y llana. Tengo necesidad de hacer “circular” muchos proyectos, ideas, sensaciones. Sino, todo se “congelará” a causa de mis preocupaciones, mis penas, mi cansancio, mi ira; una sobre excitación o una obsesión que desequilibra la circulación sanguínea tendrá el mismo efecto. La falta de alegría me lleva pues a huir de mis responsabilidades. Tengo bloqueos que me hacen evitar ciertas situaciones. Es un modo de decir “no” a la vida. Así, diversos esquemas de pensamiento corren el riesgo de aflorar en superficie (el control, la negligencia, la indiferencia frente a la vida, la necesidad exagerada de atención, el deseo de querer morir…).
Los trastornos de la circulación sanguínea se manifiestan primero en las manos y las piernas, en las partes más externas y activas de mi cuerpo, las que me dirigen en el universo. Una mala circulación que afecta mis piernas está vinculada a mi dirección emocional, a las emociones en las cuales puedo contar y que amo. Cuando están afectadas mis manos, es la expresión de mis emociones y un deseo de cesar lo que estoy haciendo. En ambos casos, se trata de una retracción en el plano interior, la retracción de la plena participación emocional a mi universo. Las diferentes aflicciones sanguíneas son la aterosclerosis, la arteriosclerosis, la elevación del porcentaje de colesterol, la trombosis…
NUEVO MODELO MENTAL: ¡Acepto mirarme a la cara y sobre todo observo mi actitud frente a la vida! ¿No es la vida bastante extraordinaria como para aprovecharla plenamente? Abro mi corazón al amor, me asumo y me dejo guiar por la vida. Siempre sucederá lo que hay mejor para mí.
Por: Mireya Larruskain
mireyalarruskain@gmail.com
Por: Mireya Larruskain
mireyalarruskain@gmail.com