¿Existe algún test capaz de encontrar la verdad? Y lo que es todavía más difícil, en el supuesto de que existan esas verdades, ¿hasta qué punto somos capaces de identificarlas?
1.- ¿Qué es la verdad? Tal vez lo que llamamos “verdad” sólo sea una tierra sin caminos, según afirmaba Krishnamurti, algo que nunca debemos confundir con la opinión de la mayoría.
Confucio observaba la verdad como cuatro esquinas de las que conocemos sólo una y depende de cada uno de nosotros encontrar las otras tres.
2.- ¿Cómo podemos llegar hasta la “verdad”? Las palabras indican el camino de la verdad, pero no son la verdad, apunta Alejandro Jodorowsky.
También dice que cada ser tiene una parcela de la verdad. Que aceptemos la multiplicidad de puntos de vista y que ante infinitas soluciones es preferible no buscar la verdad, sino la autenticidad.
3.- ¿Cómo discernir lo “verdadero” de lo que no lo es? Algo es verdadero por su utilidad momentánea, al hilo de las palabras de Buda: “verdad es lo que es útil”. Cuando deje de sernos útil dejará de ser “verdad”.
Dudemos de todos aquellos que digan estar en posesión de alguna verdad -y de todo aquello que no podamos experimentar de primera mano- porque puede que sólo estén tratando de vendernos algo.
4.- ¿Crees haber encontrado la tienda de la verdad? Entonces, tal como sucede en el cuento, cuando preguntes al dependiente es posible que te responda: -¿Qué tipo de verdad anda buscando: verdad parcial, verdad relativa, verdad estadística, verdad completa…?
Muchos de los grandes maestros cuando un discípulo pregunta sobre la verdad responden con una enorme y sonora carcajada.
5.- ¿Ya eres seguidor de alguna verdad? Afirmaba Ryszard Kapuscinski que si de entre las muchas verdades eliges una sola y la sigues ciegamente, ella se convertirá en falsedad, y tú en un fanático.
¿Por qué seguimos escuchando el sonido de una sola campana … si como apunta un dicho africano la verdad no puede estar contenida en una sola cabeza?
6.- ¿La verdad está diseminada? Dice Juan Trigo que la verdad está diseminada por el mundo, y el buscador ha de ir recopilando los fragmentos.
Añade Ibn Arabi, un sufí hispano del siglo XIII, que un verdadero buscador no puede quedarse atrapado en ninguna forma de creencia.
7.- ¿Qué tiene más fuerza la realidad o la fantasía? Lo real se impone por más que tratemos de escapar o de evadirnos por los infinitos caminos de la fantasía.
A veces, como acto psicomágico inspirado por Alejandro Jodorowsky, pueden venirnos muy bien unos pesados zapatos con suelas de plomo que nos mantengan unidos a la tierra.
Confucio observaba la verdad como cuatro esquinas de las que conocemos sólo una y depende de cada uno de nosotros encontrar las otras tres.
2.- ¿Cómo podemos llegar hasta la “verdad”? Las palabras indican el camino de la verdad, pero no son la verdad, apunta Alejandro Jodorowsky.
También dice que cada ser tiene una parcela de la verdad. Que aceptemos la multiplicidad de puntos de vista y que ante infinitas soluciones es preferible no buscar la verdad, sino la autenticidad.
3.- ¿Cómo discernir lo “verdadero” de lo que no lo es? Algo es verdadero por su utilidad momentánea, al hilo de las palabras de Buda: “verdad es lo que es útil”. Cuando deje de sernos útil dejará de ser “verdad”.
Dudemos de todos aquellos que digan estar en posesión de alguna verdad -y de todo aquello que no podamos experimentar de primera mano- porque puede que sólo estén tratando de vendernos algo.
4.- ¿Crees haber encontrado la tienda de la verdad? Entonces, tal como sucede en el cuento, cuando preguntes al dependiente es posible que te responda: -¿Qué tipo de verdad anda buscando: verdad parcial, verdad relativa, verdad estadística, verdad completa…?
Muchos de los grandes maestros cuando un discípulo pregunta sobre la verdad responden con una enorme y sonora carcajada.
5.- ¿Ya eres seguidor de alguna verdad? Afirmaba Ryszard Kapuscinski que si de entre las muchas verdades eliges una sola y la sigues ciegamente, ella se convertirá en falsedad, y tú en un fanático.
¿Por qué seguimos escuchando el sonido de una sola campana … si como apunta un dicho africano la verdad no puede estar contenida en una sola cabeza?
6.- ¿La verdad está diseminada? Dice Juan Trigo que la verdad está diseminada por el mundo, y el buscador ha de ir recopilando los fragmentos.
Añade Ibn Arabi, un sufí hispano del siglo XIII, que un verdadero buscador no puede quedarse atrapado en ninguna forma de creencia.
7.- ¿Qué tiene más fuerza la realidad o la fantasía? Lo real se impone por más que tratemos de escapar o de evadirnos por los infinitos caminos de la fantasía.
A veces, como acto psicomágico inspirado por Alejandro Jodorowsky, pueden venirnos muy bien unos pesados zapatos con suelas de plomo que nos mantengan unidos a la tierra.
8.- ¿Con tanta moneda falsa en circulación somos capaces de identificar la moneda verdadera? Puede que te revelen una pequeña verdad para venderte una gran mentira. Las apariencias no son la verdad. Parecer es una cosa, ser es otra.
Las verdades guardadas como secretos son tóxicas.
9.- ¿Buscamos respuestas fáciles? ¿Huimos de todo lo que nos obligue a un trabajo personal? ¿Hablamos de cambiar el mundo sin ser capaces de transformar ni uno sólo de nuestros hábitos tóxicos? Todos tenemos un poco de verdad. Pero nadie la tiene toda. No hay una sola verdad sino verdades y además los hechos no se explican a sí mismos, sino que quien los cuenta los redefine.
10.- Un cuento sufí para terminar:
Un gato pasó junto a una asamblea de perros cuyo líder decía: -¡Hermanos, recemos juntos y pidamos con fervor que el Gran Dios Perro nos envíe del cielo buenos y abundantes huesos!
El gato se alejó de allí, diciendo para sí: -¡Estúpidos idolatras, ignorantes infieles! ¿Cómo es posible que le recen a ese dios de paganos y no al verdadero Gran Dios Gato, y cómo es posible que en vez de huesos no pidan ratones?
Las verdades guardadas como secretos son tóxicas.
9.- ¿Buscamos respuestas fáciles? ¿Huimos de todo lo que nos obligue a un trabajo personal? ¿Hablamos de cambiar el mundo sin ser capaces de transformar ni uno sólo de nuestros hábitos tóxicos? Todos tenemos un poco de verdad. Pero nadie la tiene toda. No hay una sola verdad sino verdades y además los hechos no se explican a sí mismos, sino que quien los cuenta los redefine.
10.- Un cuento sufí para terminar:
Un gato pasó junto a una asamblea de perros cuyo líder decía: -¡Hermanos, recemos juntos y pidamos con fervor que el Gran Dios Perro nos envíe del cielo buenos y abundantes huesos!
El gato se alejó de allí, diciendo para sí: -¡Estúpidos idolatras, ignorantes infieles! ¿Cómo es posible que le recen a ese dios de paganos y no al verdadero Gran Dios Gato, y cómo es posible que en vez de huesos no pidan ratones?
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Fuente: Planosinfin.com