Que le dio Dios a cada signo


Y entonces, en aquella mañana Dios compareció ante sus 12 criaturas y en cada una de ellas sembró la semilla de la vida humana. Uno a uno, cada niño dio un paso adelante para recibir el don que le correspondían.

A ARIES: le dio la capacidad de ser la flecha que nos impulsa a luchar, a comenzar lo que fuere que nos surge como una idea o una chispa que pone en movimiento al corazón.
Es el verbo HACER por excelencia, y el hacer es hacerlo todo ya, ahora, y si es posible antes de ayer. De esto se desprende fácilmente que su don no es la contemplación, la quietud ni la observación, sino la sangre que circula por las venas a gran velocidad y el hombre que siempre va con la cabeza semigacha por la calle como si supiera de antemano que va a chocar contra algún muro. Es verdad, no podemos entronizar al carnero como el máximo exponente de la paciencia, la mesura ni la capacidad para sostener lo que inicia. Pero como todo está dentro de un círculo que crece y se va perfeccionando, Dios creó a...
TAURO: y a este signo lo hizo firme, práctico y le enseñó a dar forma a las  ideas del Carnero que con tantos golpes de su cabeza contra la pared, enseñó al Toro a no gastar energía en vano. Tauro sabrá cómo llegar a determinado lugar por el camino más corto, y no desperdiciará tiempo en cometer nuevos errores. Para él lo fiable y lo que se puede comprobar es ley. Lo nuevo es siempre algo que le genera desconfianza, igual que la velocidad típica de Aries y causante de sus choques. La paciencia taurina y su quietud le llevan a saber de lo bello de la vida. Pero algunas veces se queda tan quieto que tiene que venir...
GÉMINIS, a quien Dios dio la movilidad y la pregunta, la curiosidad para ir más allá de los lugares seguros del toro y aventurarse a introducir cambios a través del intelecto. Géminis te preguntará cosas todo el día, pero no permanecerá horas como Tauro sentado sobre un mismo tema. Será tan inquieto que ya desde bebé aprende que estar en brazos de uno u otro da lo mismo con tal de pasear. Mirará al jardín como el paraíso porque querrá saltar de la cuna al perímetro de su casa y de ahí al negocio del vecino para aprender a comprar y vender y a todo tipo de intercambio que pueda tener con su entorno. Será tan preguntón que parecerá no notar que los demás se cansan un poco de su vitalidad mental y por eso Dios creó a...

CÁNCER, en donde el pequeño necesitará comprender que además de las preguntas existen las emociones y los demás: mamá, papá, los hermanos y todas las personas que evitarán que el bebé se vaya a poner las manos en las espinas de las rosas o los dedos en el enchufe para saber que sucede.

Cáncer resguardará del peligro al inexperto bebé a través del sentimiento, y aunque al niño no le resulte de lo más divertido, le brindará protección y un colchón mullido con el amor de la familia para que no se extravíe ni se pierda, ni viva solo en la superficie de su inconsciencia. Aquí empezará a conocer que en todo razonamiento hay cosas que no se razonan y solo se sienten, y que la unión de todas las cosas pasa por tener una raíz común. Las iniciativas se tomarán ahora por amor, por construir una base emocional para el alma, pero cuando la familia, los hermanos, los primos y toda la mar en coche se convierte en un impedimento, Dios pone en el siguiente escalón a...
LEO, ¡el rey! Y aquí ya el niño ya tiene una personalidad única y sabe que sus monerías serán aplaudidas en honor a sus importantes cualidades que espera le sean reconocidas. Ya no quiere ser "el hijo de", sino él mismo, con sus propias peculiaridades, sus dotes artísticas y creativas y su capacidad de brillar por los dones que le han sido otorgadas como si fueran una corona de oro sobre su cabeza. Ahora querrá jugar, ir solo al colegio y no parecer un "nerd" o un niñito faldero yendo de la mano de papá y mamá a todos lados. No!, eso era Cáncer!, "ahora hago todo yo solo para que los demás noten mi presencia y mi capacidad de autonomía", se dice. Y así lo hace porque si no notarás su disgusto con un gran gesto de desprecio digno de la realeza. Cuando ya se pone insoportablemente egocéntrico, llega...

VIRGO: Y es momento de bajar el copete. Acá no podemos seguir siendo la estrella y la individualidad que está por sobre el resto de las cosas en el mundo, pero aprendemos que crecemos en tanto que aprendemos que somos un eslabón más en una cadena social. De estar en el pedestal debemos apoyar los pies en el suelo, bajar el último escalón y servir. La búsqueda de brillo se cambia por la búsqueda de perfección y se introduce la consciencia de un orden que hay que cumplir para poder evitar caer en los abismos del ego. Virgo enseñará al desprevenido león a no ser ególatra, a ser simple y mesurado, y a saber cómo moverse por las calles de una jungla. Le brindará al hombre guía y una forma de participar en la sociedad, porque ya es hora de trabajar y no de abrir la boca para que otros te nutran o te aplaudan como a un polluelo recién nacido. No obstante, si ya nos hemos pasado de humildes, llega nuevamente Dios y nos muestra las balanzas de...
LIBRA: nos da un compañero, alguien con quien no tener que ponernos "a la orden de", sino "frente a". La paridad, la igualdad, la ecuanimidad y todas las cualidades de la relación "tú y yo", serán aprendidas en este séptimo escalón de la personalidad, teniendo en cuenta que no existo solo sino en compañía de. Nos volvemos más conscientes de nuestra individualidad y de la individualidad del otro, y en algún modo comenzamos a oscilar en la búsqueda de lo justo, porque no es bueno que siempre estemos pensando en nosotros ni siempre en los otros. Y Libra se debatirá siempre en encontrar el punto medio que haga justicia entre lo que yo quiero y lo que otros quieren, entre lo que soy yo, y lo que son los otros. Este ejercicio de continuo ida y vuelta se termina cuando aparecen los puntos que nos parecen infranqueables, y entre él y yo o ella y yo nace el conflicto que nos hará más sabios a través de...

ESCORPIO, el Signo en donde ya no nos guiamos por la mente que nos dice que la razón es a medias, sino por las emociones que se exaltan y sienten el dolor de saber que no hay forma de ser tan justo ni tan ecuánime, ni de ser uno con el otro. Igual buscará esa unión perfecta, esa cercanía que se transforme en la fusión de dos corazones que volverán a encontrarse con la imposibilidad de la unión eterna. Nos separan los conflictos, pero luego de pasar por la experiencia de la unión profunda con un otro, renaceremos sabiendo mucho más hondamente quienes somos. El mudar de piel y el renacimiento solo pueden darse una vez que hemos atravesado las llamas heladas de las más grandes pasiones, broncas, rencores y cuentas emocionales pendientes que habremos de resolver a esta altura del camino. Y luego, para saber si deseamos seguir subiendo o quedar atascados en el rencor, Dios trae a...
SAGITARIO, con su arco y su flecha señalando el camino del cielo, el lugar que siempre está tan lejano a dónde estamos y que parece ser la tierra prometida. Sagitario tratará de buscar aquello que le dé sentido a todo lo que pasó, a todo el tiempo de muerte y resurrección escorpiana para mirar al futuro pleno, nuevo y con la fe de que existe un por qué y sobre todo un para qué. Sagitario tendrá en sus manos el don de la perspectiva, de mirar las escenas desde cierta altura, tal como cree que dios nos mira para poder entendernos y guiarnos.
Por eso buscará, explorará y encontrará algo que sirva de pilar sagrado en donde el alma encuentre apoyo, consuelo ante la finitud y conocimiento de que siempre hay algo más allá que nos espera con los brazos abiertos. Pero como no todo en la vida es solo fe..., aparece la lección de...

CAPRICORNIO: el deber. Debemos ahora poner en práctica todo lo que hemos atisbado en Sagitario. Ya la cosa no está en sentarnos sobre una piedra a filosofar, puesto que es tiempo, -una palabra muy apreciada por el Signo de la Cabra-, de tener que cargar con esa piedra y fundar nuestro propio edificio de creencias. Intentaremos ser aquello que pregonamos, e intentaremos jugar un rol social que de testimonio de nuestra efectividad y autoridad en el mundo. Capricornio exige que no vivamos de teoría sino de práctica, y todo lo que inicie lo hará en pro de hacer funcionar a la sociedad como antes Cáncer hizo todo para que la familia se una. Por supuesto, mientras que el cangrejo pegaba todo con emociones, Capricornio lo hará con trabajo y esfuerzo, porque a la sociedad no hay nada más que la una que una autoridad que reta a los que se salen de la raya. Será un jefe durísimo, sin piedad y exigente, pero siempre en el mundo habrá algunos que desafiarán al padre y se salgan del molde. Es allí cuando aparece

ACUARIO, que con mirada extraviada, loco por las imposiciones de su padre, su jefe, la cultura y todos los mandatos sociales dirá: REVOLUCIÓN!.
El rebelde con o sin causa se encargará de tirar abajo todo edificio construido con las piedras, los ladrillos y los materiales capricornianos, y dirá que no le interesa participar de los formalismos ni de los organismos oficiales bajo las órdenes de NADIE. Olerá a naftalina cuando vea ortodoxias, cuando intercambie modales, cuando se le exijan obediencias y sufrirá de una gran urticaria nerviosa si permanece sujeto a las reglas de convivencia tal como fueron dictadas. Por fuera de la ley verá si puede jugar a ser un justiciero a su manera, un creador de nuevas formas de vivir, y es posible que de la cima de la montaña a la que ha llegado, se lance para buscar alas que no tengan antecedentes. Suele ser el que descubre nuevos métodos de viajar y comunicarse, y todo descubrimiento se hace cuando uno puede desasirse de todo lo aprendido. Pero claro, des-asirse desde lo mental es el primer paso del genio inventor, pero falta algo más y esto es...

PISCIS, en donde ya no queda otra que admitir que todo es unidad, y que las musas impagables de la incondicionalidad nos colocan en un lugar de entrega en donde no se debe esperar retornos. Dios exige que cuando llegamos a este signo, amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, despojándonos de todo lo que es de este mundo y preparándonos para conocer las aguas más profundas de la vida: aquella de la que venimos y hacia la que vamos a volver sin llevar ya siquiera nuestro nombre. La más difícil tarea es imaginarnos que al entrar en una nube perdemos todo lo que sea individual, esa es la lección de Piscis, y solo podrá rendir bien el examen quien pasa por un poco de locura, mucho de sufrimiento y carradas de la mejor poesía para redimir el dolor de la humanidad. Si el inventor es Acuario, Piscis es el artista, el poeta, el que puede vivir mil vidas en una porque contendrá un poco de todos los signos para no ser ninguno de ellos. Por eso es un ser tan "tornasolado", difuso y versátil, al punto de que se lo cree un poco perturbado y fuera de la realidad. Y sí, está fuera de la realidad y habita una paralela en donde lo que se toca, ya no tiene sentido. Por ello encontramos a muchos que se escapan de este mundo a través de los estados alterados de consciencia, el alcohol o las drogas, pero también hallamos al mejor poeta, al filántropo y al generoso amigo que no hace diferencia entre ricos y pobres, altos y bajos, gordos y flacos. Sin su toque compasivo el mundo sería un páramo de egoísmo. Al fin y al cabo pueden ser un poco delirantes, pero son los que abren la puerta a lo que siempre queda más allá de nuestra vista.

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Fuente: http://noticiasastrologicas.blogspot.com/2014/07/que-le-dio-dios-cada-signo.html