En los primeros y duros tiempos a los que nos enfrentamos después de una ruptura amorosa de una relación atormentada, llena de problemas y altibajos, es normal que nos enfrentemos a los siguientes cuestionamientos: “Nadie me querrá nunca como el (ella)”, “no encontrare a nadie más”, “me quedare solo(a) para toda la vida”, “era la mujer (hombre) de mi vida” y demás mantras poco aleccionadores que no son más que las alertas con las cuales la mente se encarga de anclarnos a una idea fija para no enfrentarse al cambio de patrones mentales y emocionales que siguen al momento del shock.
Ya superado el momento del duelo, estos pensamientos comienzan a perder fuerza, al tiempo que se empieza a salir más, a conocer a nuevas personas, y a plantearse cuando será el momento propicio para introducirse de nuevo al mercado del amor.
Después de una ruptura dolorosa es normal sentir miedo, aun que sea con una persona distinta. Pero después de una relación de las llamadas toxicas, ese miedo se multiplica por el número de recuerdos negativos que se empeñan en quedarse en nuestra memoria. Muchas personas tienden a activar todos sus sistemas de alarma en el momento de conocer a otra persona o de planteárselo siquiera, confeccionan una lista imaginaria que Cristina Lagodenomina la lista “quenosea”. Que no sea egoísta, que no sea mujeriego, que no sea manipuladora, que no sea alcohólico, que no sea histérica, entre algunos otros…
No es negativo tener claro que valores se desean, pero sí lo es dotarse de miedos, en lugar de certezas, por eso es bueno cambiar la lista “que no sea” por la lista “yo seré”:
1.- Yo seré autosuficiente. Dejare de esperar que llegue alguien para responsabilizarse de mi felicidad.
2.- Yo seré autoconsciente. Si no me conozco, tampoco conoceré a los demás.
3.- Yo seré fuerte. Ser víctima no es una imposición; es una elección.
4.- Yo seré yo, me daré mis tiempos de soledad y recogimiento para escucharme, saber lo que siento y lo que realmente soy y quiero.
5.- Yo seré mi mejor pareja. Seré una persona plena, para no volver a caer en una mala relación sólo para recibir un substituto de cariño.
6.- Yo seré inteligente y utilizare mis emociones como brújula de mi discernimiento. Si me siento mal, ansiosa (o), angustiado (a), triste, sin energía, desvalorizado(a) de cualquier manera, considerare que es la relación no me beneficia y tomaré la decisión de no aceptarla en mi vida.
Cumpliendo los preceptos anteriores, valoraremos mejor lo que tenemos, de modo que ya no aceptaremos a cualquiera en nuestra vida que nos quite una sola brizna de ese bienestar.
Fuente: http://psicoterapiaonlinegratis.blogspot.mx/2015/03/amar-despues-de-una-relacion-toxica.html