Cuando observamos las injusticias de nuestro mundo, siempre nos viene a la mente, la pregunta de Si habrá un castigo, si quienes hacen mal a otros pagaran ese daño. Hay otras personas más impulsivas, que les llega planes vengativos y es posible que si en sus manos esta lo lleve a la práctica. Sin embargo, hay algo que existe más allá de nuestros actos y pensamientos y de esto se trata este cuento.
"La primera vez que escuché esta historia fue de labios de un occidental que se retiró a practicar meditación a la India con sus maestros tibetanos.
Sin duda es tan significativa como asombrosa. Se le atribuye a Sariputra y debo decir que era uno de los más avanzados, sagaces y predilectos discípulos del Buda, hasta tal punto que era conocido como el "León de la Doctrina".Pues bien, Sariputra alcanzó la santidad, y su conquista de la iluminación le permitió abrir el ojo de la Sabiduría, aquél que puede ver más allá del tiempo y del espacio.Cierto día en que el monje estaba viajando para propagar la Enseñanza, al pasar por una aldea vio, a través del ventanal de una casa, que una mujer sostenía en uno de sus brazos un bebé, mientras que con la mano del otro brazo estaba dando una sardina a un perro. Con su visión clarividente y atemporal, el monje pudo ver quiénes fueron todos ellos en una pasada existencia.
Sin duda es tan significativa como asombrosa. Se le atribuye a Sariputra y debo decir que era uno de los más avanzados, sagaces y predilectos discípulos del Buda, hasta tal punto que era conocido como el "León de la Doctrina".Pues bien, Sariputra alcanzó la santidad, y su conquista de la iluminación le permitió abrir el ojo de la Sabiduría, aquél que puede ver más allá del tiempo y del espacio.Cierto día en que el monje estaba viajando para propagar la Enseñanza, al pasar por una aldea vio, a través del ventanal de una casa, que una mujer sostenía en uno de sus brazos un bebé, mientras que con la mano del otro brazo estaba dando una sardina a un perro. Con su visión clarividente y atemporal, el monje pudo ver quiénes fueron todos ellos en una pasada existencia.
Se trataba de una mujer casada con un cruel marido que la golpeaba a menudo. Se enamoró de otro hombre, pero entonces el padre de la mujer y su marido se pusieron de acuerdo para matar al amante. Le dieron muerte.
En la presente existencia todos habían vuelto a reunirse; claro que las condiciones eran bien distintas por efecto del karma. Ahora la mujer mantenía a un bebé en sus brazos, que era su antiguo amante asesinado. La sardina no era otro que su despiadado marido en una existencia previa y, el perro, su padre.
En la presente existencia todos habían vuelto a reunirse; claro que las condiciones eran bien distintas por efecto del karma. Ahora la mujer mantenía a un bebé en sus brazos, que era su antiguo amante asesinado. La sardina no era otro que su despiadado marido en una existencia previa y, el perro, su padre.
Moraleja:
"Nadie puede escapar a las consecuencias de sus actos."
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Addais;Via: WiccaReencarnada