Curar el cuerpo, en su totalidad, significa que uno lo reconecta nuevamente con sus principios naturales. El cuerpo es como un sistema eléctrico: si hay corto circuito en algún conducto eléctrico del cuerpo (sistema nervioso y meridianos), esto se reflejara rápidamente en el cuerpo en forma de enfermedad, dolor, impedimento, etc.
Para curar el cuerpo en verdad, y no sólo calmar los síntomas con remedios pasajeros, es necesario comprender que el cuerpo está conectado a nuestras actitudes y formas de pensar. El cuerpo no funciona aparte de esto. Es la extensión de nuestra mente. Así que para sanarlo, debemos comprender tres actitudes de vida que son as que más suelen provocar enfermedades.
Dos actitudes muy comunes que rompen el flujo y armonía del cuerpo:
1. Negación:
Hay personas que niegan con mucha frecuencia, si no es que siempre, sus sentimientos. Estas personas muchas veces no lo notan, porque están tan acostumbradas a negarlos, que se han hecho a la idea de que así debe ser. Una persona que niega sus sentimientos por lo general siempre responde “Estoy bien” “No pasa nada” “Todo está correcto”. Y por otro lado piensan: “Yo puedo aguantarme”, “Tengo que comprenderlo” “Tengo que parecer que estoy contenta y feliz para que no se sienta mal”.
A estas personas no les gusta el lio ni los problemas, y hacen todo un esfuerzo por evitarlos. Pero, habría que empezar a saber que la falta de destreza para expresar y dejar fluir emociones está relacionada con muchas enfermedades. El punto es que si una persona no está consciente de su dolor, o de su tristeza, o de su enojo, el inconsciente si esta con este dolor. Y lo revelara en el cuerpo. Cuando hay negación, hay tensión. Y la tensión se refleja en el cuerpo como bloqueo. Entonces hay dolor, falta de flujo de nutrientes, interrupción de las funciones normales del sistema nervioso, etc. Las personas que niegan sus emociones por lo general son muy serviciales, están al tanto de la familia y de los demás, pero suelen guardar extrema tensión debido a que siempre tienen que fluir en armonía con todos, y no con lo que verdaderamente sienten o piensas. Esto resulta en verdad agotador para el cuerpo, y lo desgasta, con el tiempo, de sobre manera.
Curando la negación: se tiene que empezar por ser más espontáneo, menos racional y menos controlador. Uno niega porque, en el fondo, no quiere perturbar a los demás, porque tiene miedo a la no aceptación o porque le enseñaron que el sentimiento es “malo”. Así que todo siempre debe estar “bien”. Para quitar este bloqueo emocional, durante un día, trata de ser espontáneo. No se trata de que te sueltes enfadado contra todos. Se trata simplemente de que te permitas sentir lo que sea que sientas. A muchas personas, les cuesta empezar a soltar este estilo de vida, porque ya tienen a muchas personas que dependen de su buen carácter y de sus servicios ¿Cómo van a decir que no?
2. Exageración emocional
Estas personas parecen ser el reverso de las que niegan o maquillan lo que sienten. Las personas muy efusivas suelen tener un muy bajo dominio de sus emociones, y suelen perder el control fácilmente. Esto, por supuesto, genera descargas fuertes de energía que van descompensando al cuerpo. Pero ese ni siquiera es el punto que desequilibra. Si no que estas personas no tienen ningún tipo de retroalimentación emocional, por lo cual, piensan que tienen el derecho a ser y decir lo que les plazca, en el momento que así lo sientan. Y bueno. Ellas no consideran que tengan que aprender el dominio de su energía emocional, esperan que los demás cambien, en lugar de ellas empezar a cambiar. Estas personas suelen esperar mucho de los demás, y cuando sus expectativas no se cumplen, entonces estallan fácilmente. Este tipo de personas suelen ser por lo general muy racionales y suelen sentir que tienen la razón en lo que opinan y ven.
Curando la exageración emocional:
Necesita la persona empezar a contenerse y a escribir o desahogar su enojo donde ella decida, y no irse en contra de los demás, lo cual solo le revela que los demás tienen un poder muy fuerte sobre ella, al grado de sacarla de control. Las personas muy efusivas demuestran una fuerte debilidad de carácter, porque son como veletas, cualquier cosa las mueve.
Para curar el cuerpo, uno debe tomar en cuenta que las emociones son naturales en el ser humano, y que uno es libre de sentir “este justificado o no” ese sentimiento. Pero además, uno debe permitirse el sentimiento porque de este se aprenden grandes cosas. Y hay que empezar a comprender que no es cambiando a los demás ni al mundo como cultivaremos una energía emocional saludable, sino aprendiendo nosotros a usar esa energía para cultivar la vida que queremos.
Fuente: Vivir Sabiamente