Salir de las sombras del Ego parte II


Ejemplos de comportamientos en el lado oscuro



Vemos y escuchamos mentiras en todo momento. Los medios de comunicación son uno de los principales responsables de esta creencia limitadora del ego: todos mentimos, incluso lo debemos hacer para lograr lo que queremos. Hoy que siento estar avanzando poco a poco en mi senda espiritual, no me extraña que ya no me inviten a determinados programas de televisión como hace unos años (afortunadamente hoy me invitan a otros). Hoy que la vida me ha dado la oportunidad de estudiar todo lo relacionado con la Medicina Vibracional, he comprendido que cuando uno visita un lugar donde reina la mentira (ejemplo de vibración baja) uno se siente mal en general. Y no es necesario visitar un set de televisión con un programa donde se idolatra al ego, incluso puede pasar en la casa de una familia donde reine la mentira. Uno entra y de inmediato se siente mal. Quizá no encuentres razón lógica para sentirte así, pero cuando descubres la tremenda interacción molecular y el nivel de vibración de energía en un recinto, lo comprendes de inmediato y con sorpresa. Urge salir de ahí.

El mensaje es claro: lo que muchos medios de comunicación nos muestran es totalmente falso, por lo menos en la forma. Es mentira. Si hablo de los noticieros me extendería redundando inútilmente en el tema cuando se entrevistan a ciertos políticos. Gobernantes que prometen algo y resulta mentira. Un tema por demás manifiesto y que no pienso ahondar por una verdad tan sabida. Mi comentario al respecto lo quiero sintetizar en una conclusión: todos, en alguna medida, nos hemos habituado a las mentiras. Es un momento donde empezamos a ver las mentiras como lo normal, pero sólo cuando uno empieza a caminar por la senda espiritual, es cuando uno ya no lo empieza a ver tan normal a pesar de su frecuencia.


Cuando empieces a sentirte mal por tus mentiras, por pequeñas que éstas sean, será un hermoso indicio de que estás dominando a tu ego y tu yo espiritual demanda emerger. Mientras tanto, tan sólo para recordarte (ya mí también), aquí te nombraré algunos comportamientos del lado oscuro, gobernados por nuestro ego:


• Engañar para salvamos de alguna llamada de atención o evitar la vergüenza. Inventar una historia para convencer a alguien de que eres inocente de alguna mala acción es una de las más poderosas fuentes para mentir. Este tipo de mentiras se puede hacer complejo porque implica citar datos, fechas, nombres, lugares o breves historias que no son verdad, y luego hay un gran estrés al intentar recordadas para cuando se vuelve a indagar. Se van sumando más y más mentiras para que el falso argumento original se mantenga. Esto es tremendamente desgastante para todas las partes y más para quién miente. Mi consulta, en varias ocasiones, ha estado repleta de motivos así que llevan al paciente a buscar terapia, con la necesidad que les ahoga por decide la verdad aunque sea a alguien.


• Fanfarronería. El ego inclina a miles de personas a llamar la atención, exagerando sus éxitos o sus posesiones. Personas que piden un auto prestado para presumir que es suyo o sintiéndose bien por manejado aunque no sea propio. Sujetos, hombres y mujeres que son tan poco en su interior, que se sienten mejor si usan determinada marca de ropa y "se ve la marca", aunque aún la deban o si su interior no está acorde con la fineza de la prenda. Gente que cree que con ropa fina se hace fina. Mucha gente todavía vive a oscuras creyendo en la imagen del éxito. La práctica de exagerar los hechos para llamar la atención puede ser encantadora cuando se es niño, pero los adultos que han decidido evolucionar como personas, ya no requieren de esta clase de mentiras al eliminar la necesidad de sentirse importantes ante los ojos de los demás.

•  Pasar algo por alto en beneficio propio. Ser honrado requiere que uno diga la verdad con independencia de si uno se beneficia o no de determinado error. Por ejemplo, cuando alguien recibe un cambio de dinero erróneo a su favor, y se suele callar, eso es mentir. Eso sin duda nos aleja de la paz y tranquilidad verdaderas. Pero cuando se aprende que mentir o callar un error en beneficio propio es algo que nos quita la tranquilidad, entonces preferimos no mentir.


• Tender trampas en beneficio propio. Como dicen los abogados, cuando se actúa con toda premeditación, alevosía y ventaja, el acto tiene las tres agravantes que generan culpabilidad. Existen estudios que demuestran que existe una gran cantidad de negocios que cobran un pequeño excedente de más en sus facturas, en mi experiencia personal ha sido con compañías telefónicas; hay gran cantidad de páginas en Internet que tienden trampas para sólo obtener tu número de tarjeta de crédito y hacer cobros constantes sin que te des cuenta o hasta que sea demasiado tarde; en mi país hay gasolineras que presumen orgullosamente vender "litros de a litro" ya que hay otras que no. Con estos y muchos más ejemplos del comportamiento del lado oscuro, se empieza a gestar un inconsciente colectivo donde existe la idea de que engañar a los demás está bien por ser una práctica tan común, al grado que incluso es justo por lo que le hacen unos a otros. De esta manera siempre se vivirá apartado de la búsqueda espiritual, y lo único que lógicamente encontrarás es que también los otros te engañan a ti. Se cierra un círculo vicioso, se perpetúa la oscuridad. Pero cuando uno está en sintonía con Dios, viviendo el verdadero éxito en la vida en su dimensión espiritual, no se tiene necesidad de nada que no sea auténtico.


• Autoengaño. Éste es uno de los colmas de la mentira. Mentirse a sí mismo y ¡creerlo! Cada vez que alguien se compara con los demás y se siente inferior, su ego sufre, por tanto, puede empezar a tratar de autoconvencerse de que también es especial y a creerse el más guapo o guapa, el o la más inteligente, el o la más espiritual, y todo ello, sin verdaderamente serlo. El ego intentará competir todo el tiempo, al grado que querrá hacerte creer a ti mismo tus propias mentiras. Mira, hablando sinceramente, tú bien sabes quién eres y de lo que eres capaz. Si eres honesto, también sabes cómo se sufre cuando quieres convencerte de algo que no eres y de tu esfuerzo por convencer a los demás de lo que tú mismo sabes que no es así. Se vive con toda la sintomatología del sufrimiento cuando hay autoengaño. El cuerpo grita por más que tú quieras callar.


Éstos son algunos de los comportamientos en el lado oscuro de tu ser, guiados por tu ego, tratando diaria-mente de que aceptes tu yo falso. Una vez que hayas identificado este tipo de comportamientos en ti y "algo" te empiece a hacer sentir mal cuando mientas, quizás hasta entonces llegó tu momento de despertar y pasar a lado de la luz. Una de mis mayores ilusiones es que este libro que ahora tienes en tus manos favorezca de alguna manera tu interés por conocer otro estado de conciencia más puro y en verdad vigorizante. Por eso aquí te presento algunas sugerencias para evolucionar pasando al lado de la luz


• Adquiere el compromiso de experimentar una Nueva Conciencia de la verdad. Aquí quiero re-comendarte que establezcas una nueva relación con tu idea de verdad. N o pienses que la verdad es que todos mienten, la verdad es que tú no mientas, ésa sí es verdad. La forma de lograr esto es atrapándote a ti mismo cuando sepas que estás mintiendo y detenerte. Esta práctica funciona. Luego de reconocer ante uno mismo que se estaba mintiendo o se estaba a punto de mentir, surge una sensación de libertad que no querrás cambiar ni por la mejor mentira. Toma la decisión formal de relatar los hechos tal como fueron sin mentir en ninguna parte de ello. Verás qué bien se siente, fíjate en la sensación que te produce incluso horas después. Cuando recurras a esta poderosa estrategia que te estoy compartiendo, irá aflorando tu verdadero yo, surgirá "El David" que todos llevamos dentro, conocerás a tu ser espiritual en acción. Te garantizo que empezarás a disfrutar de una vida más profunda y rica, experimentarás una sensación que de ninguna manera es equiparable al placer que siente un mentiroso al salir de un problema mediante sus embustes.


• Detén esa voz interior que te dice que el mundo es un lugar peligroso donde sólo te quieren engañar. Una de las más poderosas razones que argumentarás para seguir mintiendo es que el mundo es un lugar amenazante y que hay gente que sólo quiere aprovecharse de tu inocencia y buena voluntad. ¡Falso! En el mundo hay gente buena y con hermosas y sublimes intenciones de ayuda al ser humano. Aquí te quiero recomendar una de las estrategias más útiles para eliminar la errónea creencia de que "todo el mundo es malo". Busca a un amigo o familiar, busca a un terapeuta que te inspire total confianza, únete a un grupo de apoyo o asiste a terapias de grupo donde puedas ser sincero acerca de tus miedos, de tu vida. ¡Busca tan sólo un lugar, una sola persona, con quien puedas ser tú! Con ello será suficiente para entender que no todo el mundo es malo y nos quiere engañar. Quizás una de las más maravillosas experiencias en mi vida es haber tenido la fortuna de conocer a ese alguien a quien le pude decir abiertamente: " ... ¡éste soy yo!", y me aceptó tal cual soy. Ahí el ego se derrumba y surge un estado de espiritualidad que me es muy difícil explicarte en palabras. No las tengo. Al permitirte reemplazar la idea de que el mundo es malo con la divina experiencia de que en él hay gente buena que te acepta y te quiere tal cual eres, recordarás que Dios vive en ti y se manifiesta en tu propia liberación. La lección: Mientras menos tengas, sentirás menos necesidad de mentir.


• Ten disciplina mental y emocional. Así como un atleta forja sus músculos mediante la disciplina del ejercicio, un ser espiritual avanza mediante la disciplina de cuidar su mente y emociones conscientemente y de forma constante. Por ejemplo, la lectura de este libro, o de libros de este tipo, están generando en ti una disciplina mental, desde la lectura en sí misma hasta los conceptos que pueden ser nuevos para ti. Cuando "haces algo" para crecer emocionalmente, entonces y únicamente así, creces. El crecimiento espiritual no es como el del cuerpo, donde éste prácticamente crece solo. Si te das cuenta, para que tu cuerpo crezca no tienes mucho que hacer, no conozco a nadie que puje para que le crezcan las uñas o el pelo. Eso sucede casi en automático. Pero crecer en tu interior sí requiere de tu voluntad. Tienes que hacer algo, no sucede solo. La disciplina mental la gestas al fomentar buenas amistades, en la lectura de libros que eleven tu espíritu y dignifiquen tus actos, al escuchar música que te alegre y te deje algo bueno en verdad, al elegir programas de radio y televisión que sólo te aporten crecimiento en tu interior, siendo ésta una poderosa herramienta consciente para eliminar tu tendencia al engaño. En menos de lo que te esperas se convertirá en un hábito esta disciplina y habrás destronado a tu ego. Súbitamente te atraparás disfrutando de nuevas y muy distintas amistades, escuchando música que antes no creías que existiera, leyendo libros que nunca te interesaron, hablando de temas que no pensaste antes citar. Tu vida da un vuelco hacia la verdad y se siente tan, tan bien.


• Guarda silencio. Cuando tengas la duda de decir o no la verdad porque supones que ésta será muy abrumadora, mejor calla, pero no inventes una historia falsa como salida. Callar en estos casos es mejor para todas las partes. No hacer ni decir nada es más gratificante para tu espíritu que mentir: tienes todo el derecho a guardar silencio y aprender, en silencio, alguna lección. No estás obligado a revelar a todo el mundo todos los aspectos de tu vida. Tu vida, como quiera que sea, es un santuario y te recomiendo que la trates como tal.


• Entabla un código de honor contigo mismo. Aquí te quiero invitar a que saborees la exquisita experiencia de tener una verdad personal y hacerla inexpugnable para cualquier fuerza exterior. Sencillamente sigue la verdad por el placer exclusivamente personal de hacerlo y no por temor a la reprimenda por no hacerlo. No mientas sintiendo que al fin nadie se enteró, mejor no mientas porque eso es algo que ya no va contigo, ya no hay espacio para la oscuridad donde aparece •la luz. No busques la aprobación exterior de tus actos, recuerda que eso quiere tu ego, sólo disfruta de tu propia aprobación al saber que lo que hiciste, aunque nadie lo sepa, fue bien hecho y en honor a la verdad. Si logras hacer esto, j aunque nadie lo sepa!, te juro que experimentarás una armonía con tu yo espiritual que no existen palabras para describir el momento.


• Resiste la necesidad de fanfarronear. Esfuérzate por vivir una misión, tener un noble propósito en todos tus actos, y ello te ayudará a no caer en la tentación de hacerte el interesante. ¿Te has fijado cómo la gente más fanfarrona o arrogante no tiene una misión en su vida ni un noble sentido en su diario quehacer, y muchas veces ni siquiera tiene qué hacer? Pon más atención en las relaciones sociales y lo podrás ver claramente. Si te atrapas exagerando en algo o fanfarroneando, simplemente detente y corrige. Haz una pausa, y sigue con tu verdad. Experimentarás las interesantes consecuencias de una vida más en paz cuando dejas de fanfarronear. Irradiarás tu espiritualidad y conocerás una manera de vivir más gozosa.


• Ten la plena certeza de que carece de toda importancia llevase el mérito. El ego tiene tanta necesidad de ser reconocido que el uso de la mentira es una fórmula que le da muchas veces resultado. Recuerda: nadie aprueba a quien busca aprobación. Cuanto más necesidad de admiración o aprobación tengas, menos sentirás obtener. Cuando aprendí hace años a abandonar la necesidad de aprobación externa, por primera vez me sentí en la libertad de mostrar mi verdad. Y algo irónico de la vida es que, mientras menos aprobación busqué, más obtuve.


El paso hacia la luz, el apasionante viaje espiritual de nuestro ser, implica abandonar al ego. Pero mientras estemos en forma de humano, con un cuerpo material, el ego siempre nos merodeará. Se trata de que lo haga cada vez menos, poco a poco. Mientras seamos humanos la tentación de mentir siempre se nos presentará como una opción. Quizá, como te dije desde un principio, este libro lo escribí también para mí, para recordarme el camino por donde ando y de lo que me he comprometido a ser mientras transito como humano. Me emocionan las palabras de Rumi cuando dice:

Cuando por fin veáis a través de los velos cómo son las cosas en realidad, no dejaréis de decir una y otra vez: "Desde luego, esto no es como pensábamos que era" .


Mi invitación es igual para ti, a quitamos los velos que desde hace muchos años otras generaciones nos pusieron. Mi invitación es a un cambio desde dentro, a una nueva Conciencia, y es bien sabido por estudios formales del comportamiento humano, que todo cambio da miedo. Por ello, ahora debemos pasar ...


"DEL MIEDO AL AMOR..."  Continúa en el siguiente capítulo.


Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capítulo 291 Volumén 2: Salir de las sombras del Ego