"Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias." John Lodke |
Descubre tu propia capacidad de comprensión de la vida, contestando SI o NO a cada pregunta del siguiente test de uso personal:
Si tuvieras el poder para lograrlo:
1. ¿Eliminarías la delincuencia, para que las ciudades sean seguras para sus habitantes?
1. ¿Eliminarías la delincuencia, para que las ciudades sean seguras para sus habitantes?
2.¿Cambiarías muchas cosas del vecindario y de tu entorno familiar, social y laboral?
3. ¿Recogerías a todos los mendigos y les proporcionarías un sistema de vida digno?
4.¿Cambiarías algunas cosas de la organización estatal y de los sistemas políticos?
5.¿Cambiarías, en algunas personas, sus comportamientos con los demás y contigo?
6.¿Cambiarías el dinero, por otro sistema de distribución de productos y servicios?
7.¿Apoyarías a quienes se esfuerzan por trabajar honestamente?
8.¿Harías algo para que a ningún niño le falte techo, alimento, educación y salud?
9.¿Cambiarías el sistema penitenciario, por una rehabilitación a través del trabajo?
10. ¿Construirías sistemas adecuados de vivienda, para reemplazar los tugurios?
11.¿Ayudarías a muchas personas a tener un nivel de vida más satisfactorio?
12. ¿Cambiarías las características de algunos de los gobiernos del mundo?
13. ¿Protegerías las especies vegetales y animales, en vía de extinción?
14. ¿Establecerías una justicia social, donde no hubiera pobres ni ricos?
15. ¿Le darías una ayuda muy especial a todos tus seres queridos?
16. ¿Cambiarías, total o parcialmente, tu sistema de vida actual?
17. ¿Cambiarías algunas cosas de las enseñanzas religiosas?
18.¿Cambiarías algunas normas o costumbres de comportamiento social?
19. ¿Cambiarías algunas cosas de tu cuerpo físico?
20. ¿Reforestarías todas las zonas erosionadas del planeta?
21.¿Limpiarías el país, de todas las formas de corrupción?
22.¿Cambiarías el sistema de aplicación de la justicia?
23.¿Cambiarías algunas leyes de los hombres?
24.¿Eliminarías la prostitución y la pornografía?
25. ¿Eliminarías la maldad de la faz de la tierra?
26.¿Cambiarías el sistema educativo nacional?
27.¿Limpiarías la contaminación ambiental?
28.¿Modificarías el sistema económico?
29.¿Cambiarías de lugar de trabajo?
30.¿Cambiarías tu actividad actual?
31.¿Sanarías a todos los enfermos?
32.¿Te irías a vivir a otro lugar?
33.¿Cambiarías de profesión?
Como ya sabemos que la Aceptología es una ciencia y que lo que no estoy aceptando causa sufrimiento, vamos a dejar de luchar contra la vida, para aceptar la realidad.
Son bien interesantes las situaciones de nuestra experiencia humana, nosotros luchamos contra la vida sin saberlo. La idea es que aprendamos que la vida tiene un orden que necesitaremos respetar en lugar de luchar contra ella; las diferentes formas de lucha contra la vida son lo que estamos trabajando en el tema tres.
El test tiene el propósito de descubrir tu propia capacidad de comprensión de la vida, si yo comprendo la vida no lucho contra ella, lucho contra la vida precisamente porque no la comprendo.
Por ejemplo, cuando un político está en campaña, él está convencido de que eso que propone puede hacerlo. Solamente que él no ha verificado esto con la ley del universo. Seguro que cuando una persona hace un planteamiento, lo está haciendo desde un convencimiento personal de que eso puede hacerse y propone solucionar una serie de cosas que nosotros llamamos problemas: terminar la delincuencia, cambiar el vecindario, recoger los mendigos, cambiar las organizaciones estatales, cambiar los comportamientos, que a ningún niño le falte nada... Esa puede ser una intención muy linda, muy loable, y la persona inclusive puede estar convencida de que va a lograr eso. Por lo tanto, no puedo decir yo que la persona que está haciendo eso esté engañando a nadie. Lo que pasa es que la realidad es otra cosa.
A veces nosotros mismos podemos interpretar o juzgar mal a las personas que se dedican a la política, porque decimos, “Pero cómo es posible que usted hace un planteamiento de unas cosas que nos parecen maravillosas y ahora, que lo hemos elegido y que usted esta en el poder, no cumple nada...”. ¿Saben por qué? Porque una cosa es lo que yo deseo hacer, y otra cosa es la realidad de la vida.
¿Se ha dado cuenta que esto sucede todos los años en las campañas? Pero no vamos a culpar a los políticos de eso, ni a ninguna otra persona. Simplemente, cada cual trata de hacer lo que cree correcto y lo que mejor pueda hacerse, pero la realidad de la vida y el orden del universo nos muestra otra cosa.
Hay algo importante. El propósito del test es medir tu propia capacidad de comprensión de la vida porque para medir tu poder sería de otra manera. Por eso, para el test damos por supuesto que todos tenemos el poder. La pregunta es: si yo tengo el poder, ¿haría esto o no lo haría? Suponiendo que tengo el poder, y sí lo haría. Entonces esto me va a demostrar si tengo comprensión o no la tengo.
Definitivamente, si los maestros y Dios que tienen el poder absoluto del universo, no hacen estas cosas que nosotros consideraríamos una excelente plataforma política, la pregunta es: si no es falta de poder, ¿por qué razón no se hace? Porque si yo cambiara estas situaciones sería lo mismo que quitarles las tareas a los niños en la escuela. Supongamos un colegio donde no hay ejercicios, donde no hay tareas, donde no hay necesidad de descubrir nada, ni de hacer ninguna cosa... No hay que aprender nada... A usted, ¿cómo te parece ese colegio? ¡No es un colegio! Los métodos pedagógicos pueden variar, pero un colegio donde nadie va a aprender nada no es un colegio.
Las personas que no tienen ninguna respuesta afirmativa al test tienen dos opciones: o comprenden excelentemente el orden del universo o no ha entendido nada.
Si tú dices, "Yo tengo el poder pero no tengo la sabiduría", eso me lleva a responder “NO” a todo. Entonces no sé nada. Porque si tengo el poder y respondo “NO” es porque tendría la sabiduría o respondí así por físico miedo a equivocarme... Si tú comprendiste que al hacer estas cosas es interferir con la pedagogía del universo, si tienes la sabiduría, este ejercicio es para medir la comprensión no el poder, pues obvio que no tenemos el poder, no somos Dios, la pregunta es; Si tengo la comprensión de porque razón el universo dirigido por Dios y los Maestros funciona de una manera diferente a como yo supongo que debería funcionar.. Si comprendo o no. Para eso es el universo.
Veamos esto: Una persona que no le importa lo que le pasa a los demás y como no le importa, no le hace nada, independientemente de si tiene poder o no. Otra persona que si le importa pero si no hace algo no es porque no le importe sino porque comprende que eso que esta sucediendo es necesario y si hace algo es porque comprende que es necesario hacerlo es decir no se sale del orden del universo. No podríamos pensar en una persona con desarrollo espiritual que no le importaran los demás. Sería una incoherencia tan grande como decir un médico que no le importa sanar al paciente.
Es obvio, que a una persona -por pequeño que sea su desarrollo espiritual-, si le importa lo que pasa con las demás personas y no tiene sabiduría suficiente, trate de solucionar problemas que no son problemas, es decir, que trate de modificar diseños pedagógicos porque creyó que eran un problema... Esa es la persona que llega y le hace la tarea al niño porque le importa el bienestar del niño y si no, no la haría... Entonces el niño está con un problema de regla de tres y está con ganas de irse a jugar, pero, como le dijeron que hasta que resuelva el problema no puede hacer eso... Está llorando, porque ni puede jugar, ni puede resolver el problema. Entra una persona a quien sí le importa el niño y le dice, “Pero Juanito, ¿qué te pasó? Ah... esa reglita de tres... Mira, éste es el resultado. Ve a jugar”. ¿Le hizo un favor? Definitivamente no. Si no le hizo un favor, ¿por qué lo hizo si le importaba el niño? Lo hizo por ignorancia, porque que creía estarle haciendo un favor. Sí le importó, pero no sabía...
Miremos otro personaje, uno que ni sabe ni le importa. Ve al niño llorando y lo ve sufriendo, y dice, “A mí qué me da si llora o no llora”.
Ahora miremos el personaje que sí sabe y sí le importa. Pasa por ahí y ve al niño llorando. “Juanito, cuéntame por qué estás llorando”. El niño le contesta, “Porque hay una película que la dan ahora, pero mi papá me dijo que mientras yo no resuelva este ejercicio, no puedo verla y se va a pasar...”
“Bueno, mira, el ejercicio es para ti. Sin embargo, ¿qué es lo que no has entendido? Yo te voy a dar herramientas para que puedas resolver el ejercicio, pero no lo voy a hacer por ti...”
No hace el ejercicio por él porque así Juanito no aprende; y no es que no le importe sino que no le va ha hacer el ejercicio. Le va dar herramientas o le puede decir: “Aun en el caso de que no lo hagas, no es grave no ver una película hoy. Seguramente es más importante para ti asumir que no siempre en la vida yo puedo conseguir lo que quiero, y que eso no tiene porque quitarme la felicidad...” Quizás esa lección le serviría mejor que ver la televisión o que resolver el tal ejercicio de aritmética...
(Ante una pregunta) Cuando el Maestro Jesús resucitó a Lázaro o enderezó un paralítico, no lo hizo porque a él le hubiera dado lastima. Ni lo hizo tampoco porque no le importara o sí le importara... Lo hizo por otra razón muy diferente, ajena a la que nosotros suponemos. Todo lo que hizo el Maestro Jesús desde que llegó hasta que se fue, era todo un modelo pedagógico de enseñanza a través de algo que podríamos llamar una representación teatral... Nosotros no podemos observar lo que pasa en el espíritu con los ojos físicos, porque el espíritu está en una dimensión no física. Entonces para ver lo que pasa en el espíritu, necesitamos representarlo o que alguien lo represente en un plano físico tridimensional, eso es lo que hace un Maestro. Todas las representaciones del Maestro Jesús -no sólo él, sino otros maestros. Es más, todo lo que está en la Biblia o en los Libros Sagrados-, es un escenario físico tridimensional para tratar de mostrarnos algo que ocurre en una dimensión no física, en nuestros campos espirituales. De manera que cuando el Maestro le devuelve la vista a un ciego, no es porque ese ciego tuviera algo más especial o menos especial que otro ciego, sino simplemente porque el quería que nosotros viéramos que eso puede hacerse. Cuando él resucita a Lázaro no es porque no hubiera podido resucitar a cualquier otro personaje, sino porque él quería mostrarnos que la muerte no era una limitación... Igual cuando hace cualquier milagro como la multiplicación de los peces y los panes. Lo que nos está mostrando es que no hay algo que para un Maestro pueda llamarse imposible, porque ni para los Maestros ni para Dios la palabra imposible existe... y finalmente cuando él mismo resucita después de la muerte en la cruz, es para demostrarnos que la muerte no existe. Pero no lo hace porque alguien sea más o menos especial para él, porque el amor no funciona de esa manera. Para el amor no hay una persona más importante que otra. Si hay veinte ciegos y yo le voy a devolver la vista a un ciego no es por que uno de esos ciegos sea más o menos importante para mí, sino porque yo quiero mostrar que esa limitación puede salvarse desde un proceso de comprensión profunda. Esa es la enseñanza del Maestro Jesús.
Ya más allá de eso, nosotros, como seres humanos como no comprendemos la razón por la cual suceden ciertas cosas en el universo desde nuestros sentimientos, desde la cultura, desde lo que se nos enseñó como sentimientos de bondad como principios de bondad, quisiéramos cambiar cosas con las que no estamos de acuerdo y ahí es donde cometemos un error.
Es el mismo error interferir la experiencia de una persona que interrumpir la de quinientas personas. Es como cuando una persona mata a otra. Es el mismo error si mata a una persona que si mata a cincuenta millones. De hecho, por ejemplo, en el caso de Hitler, se le condena mucho porque en la guerra mundial murieron cincuenta millones de personas pero una persona que no respeta la vida de una persona comete el mismo error que el que no respeta la vida de cincuenta millones. Igual es un error. Igual hay algo por aprender ahí...
Allí donde usted marco “sí” en el cuestionario anterior, la respuesta es muy sencilla. No he comprendido ni aceptado que en el universo todo tiene un propósito, que detrás de toda situación hay una enseñanza y que la sabiduría no es sacar a las personas de su enseñanza, sino darles herramientas para que la aprovechen. De manera que no cambiaría nada si pienso desde sabiduría.
Me gustaría que comprendiéramos bien algo de fondo: imaginemos que una persona tiene una empresa cualquiera y genera unos empleos, y la empresa tiene buenos recursos y les da un buen sueldo a esas personas.
Él podría decir, “Yo les estoy ayudando a mejorar la vida a ellos”. ¿Cree usted que eso es cierto? En realidad no es cierto. ¡Es lo que yo creo! Lo que hice fue crear una empresa y empezar a comercializar un producto, pero a las personas que vinieron a trabajar a esta empresa yo no les mejoré la vida; ellos eran correspondientes con ese trabajo, y de hecho son capaces de funcionar dentro de esa empresa, porque si alguno de esos empleados no funciona correctamente dentro de lo que la empresa espera, lo cambio por otro que sí funcione.
Y cuando lo cambias no es porque lo perjudicaste, y cuando recibes uno no es porque lo beneficiaste. Es solamente porque hay una correspondencia. No es que ninguno de nosotros le mejore la vida a nadie, eso es lo que el ego cree que hace. En realidad lo que hacemos es compartir correspondencias. Si yo entro a trabajar en una empresa es porque yo soy correspondiente con el servicio que esa empresa necesita de mí. Si yo recibo una persona para mi empresa es porque esa persona es correspondiente con lo que yo necesito que se haga en mi empresa. Hay un compartir de beneficios y de actividades y de cualidades, pero yo no le hago un favor a él ni él me hace un favor a mí. Compartimos cualidades que los dos ya tenemos. El ego a veces cree cosas que no son, cree que esta haciendo algo por otro y no es así. Cada quien lo hace por si mismo, nadie le da nada a nadie. Cada quien genera su propia correspondencia dentro del universo.
Mientras yo crea que puedo hacer feliz a alguien o mejorarle la vida a alguien, me equivoqué. Porque es lo mismo que si yo creyera que alguien puede hacer eso por mí. Lo que si podemos hacer es compartir valores. Si yo tengo amor en mi corazón, capacidad de servicio, si tengo capacidad de aceptación, eso puedo compartirlo con otro pero no puedo darle lo que ellos no son capaces de recibir, en eso es donde está la sabiduría del Universo y allí es donde empieza la Aceptología.
Hagan lo mejor que saben hacer pero aquello que no está en sus manos hacerlo, es porque no corresponde. Si puede hacerse es porque corresponde y será perfecto. Pero cuando yo empiezo a sufrir por lo que no puedo cambiar, entro a luchar contra la vida.
El proceso de comprensión del test tendría que ser éste: las respuestas correctas son todas NO, pero la razón por la que son no, no es por ausencia de poder sino por comprensión de la necesidad de una experiencia pedagógica de quien está en una situación determinada. Y toda experiencia pedagógica termina en el mismo instante en que la persona comprende lo que el ejercicio le enseña.
Hagamos una reflexión: ¿Luchas contra aquello que no aceptas? ¿No aceptas porque no comprendes? Entonces no comprendes cómo está organizada la vida. No comprendes cómo está organizado el universo. Si entendemos como está organizado el universo, no tendremos que luchar contra él.
Las dos luchas son:
Las dos luchas son:
* Lucho contra lo que hago, cuando no estoy satisfecho con lo que estoy haciendo, cuando no valoro lo que hago, cuando no valoro la función que tengo, o,
* Lucho contra lo que no puedo hacer, porque no tengo los recursos, porque eso no me corresponde hacerlo y porque no es necesario hacerlo.
Puedo luchar en dos formas: o contra lo que esta sucediendo en mi vida, o contra lo que quisiera que sucediera. La idea es: no luchen contra ninguna cosa; ni contra lo que hacen ni contra lo que quisieran hacer. Lo que hacemos es lo que corresponde con nosotros. Disfrútenlo. No se quejen de ello. No luchen contra eso. Y lo otro, lo que no pueden hacer, es porque no corresponde con usted; por lo tanto no sufra ni luche contra eso.
Si yo dejo de hacer una cosa, eso no va a hacer que el universo se desequilibre. El universo pondrá a otra persona para que la haga. Las razones para que yo deje de hacer algo pueden ser muchas... Porque dejé de tener un cuerpo físico, porque deje de tener los recursos, porque comprendí que no necesitaba hacerlo, o por cualquier otra razón. Igual, si eso es necesario, el universo colocará a alguien en ese cargo y así, no es que yo vaya a desorganizar el universo por mis decisiones; lo que voy es a organizar mi vida frente al universo.¿Puedes ver la diferencia? Mientras yo no comprenda que no tengo la capacidad para desorganizar el universo, ni para “organizarlo” tampoco, que lo que sí tengo es la capacidad para fluir con el orden que ya existe en el universo... Mientras no comprenda eso, la lucha será interminable y el sufrimiento y el conflicto también.
Lo más sencillo para salir del conflicto y de la lucha, es comprender que el Universo es un Orden Perfecto regido por Dios y por los Maestros, no por los discípulos o por los alumnos... por los niños... Los niños lo que estamos es aprendiendo del universo, no dirigiéndolo. Ese es el principio fundamental.
Vamos a referirnos a los seres humanos. Todos los seres vivientes tienen una función, pero específicamente, nosotros los seres humanos, tenemos una función que es exactamente la actividad que nos corresponde desarrollar en el plano físico de la materia. No hay nadie que no tenga una función. Para no confundirnos, la vida sabe exactamente cual es la función de cada uno de nosotros. La función es algo de pronto completamente diferente de lo que yo quiero, de lo que a mí me gustaría, de lo que a mí me parece, de lo que yo considere justo o injusto, adecuado, inadecuado o no... Eso no tiene nada qué ver con ello. Eso es el problema humano. Cuando yo comienzo a orientarme en la vida por mis creencias, por mi ego, por mis gustos, si no acierto -podría hacer que de pronto mis gustos o mis creencias estén de acuerdo con mi función y diría “Qué rico”, pero como esto no sucede con tanta frecuencia...-, lo más probable es que yo empiece a orientarme desde allí y empiezo a encontrar una cantidad de bloqueos y de problemas. Como decíamos hace un rato, en el universo todo es necesario y todas las funciones son importantes pero no todas las funciones son para las mismas personas, entonces yo necesito saber cuál es la mía y no me puedo orientar para mi función diciendo: “Bonito el trabajo de Fulano o de Fulana. A mí me gustaría hacer lo de Zutano...”. Eso no me sirve de orientación. A mi me sirve de orientación es ver para mí o para una persona específicamente, qué le funciona a ella, porque eso es lo que le corresponde hacer a ella. Por eso cuando hacíamos el test veíamos que hay una buena cantidad de cosas que no podemos hacer.
Lo primero que debemos hacer es determinar, con una medición real, qué es lo que cada uno de nosotros necesita hacer. Para ello vamos a responder dos preguntas, y esas dos preguntas nos van a dar una orientación de qué es lo que realmente necesito hacer para no luchar contra la vida. Se trata de aprovechar la vida, de trabajar en la vida, de tener una actividad pero no de luchar ni de pelear ni de sufrir. Eso no es necesario. Hay una actividad que nos corresponde a cada uno de nosotros. Esa actividad, la idea es disfrutarla, aprovecharla. Darle a esa actividad lo mejor que tenemos. El problema es cuando trato de hacer lo que no me corresponde, y entro en la lucha y en los conflictos. O estoy haciendo algo que sí me corresponde pero no me gusta, entonces lucho contra ello. Quiero hacer algo que me gusta pero no me corresponde, entonces lucho por conseguirlo. Estoy luchando contra el Orden del Universo y lo que necesito es fluir con el Orden del Universo, no en contra de él.
Para poder determinar esto, necesitamos observarnos en nuestras particularidades. Esto no se puede generalizar; es absolutamente individual.
Preguntas: ¿Por qué crees que no tienes el poder para cambiar ciertas situaciones, y, aquellas donde no tienes el poder, por qué crees que no lo tienes?
¿Como podrías determinar realmente la función que te corresponde realizar a ti?
Cuando tú estás haciendo algo y tienes los recursos para hacerlo, esa es tu función. Cuando quieres hacer algo y no tienes los recursos, esa no es tú función. Independientemente de que el universo tenga porcentajes o asignaciones para cada cosa. A algunas personas les corresponde hacer ciertas cosas y a otras cosas diferentes. Cuando trato de hacer las que no me corresponden, pues voy a generar una cantidad de bloqueos.
No hay obras ni buenas ni malas, todas son necesarias, cuando alguien dice: “Yo trabajo por la niñez, yo trabajo con los enfermos o yo trabajo con los ancianos”, todas esas son funciones necesarias hasta que él tenga los recursos o las posibilidades.
Alguien dice, “Yo tengo un Hospital, y tengo la posibilidad de tener ochenta camas pero a mí me gustaría tener quinientas”, pero no tiene más recursos... Hay que decirle, “De manera que ochenta son las que te corresponden; trabaja y siéntete feliz con las ochenta”. Esto no es cuestión de luchar ni de sufrir ni de hacer ninguna cosa diferente a ponerle mi entusiasmo, mi amor y mi energía a lo que hago, hasta donde la vida me muestre que es el punto correcto y exacto.
Muchas veces queremos hacer cosas más allá de lo que corresponde a nuestras funciones o de los porcentajes que están asignados en el universo, y allí es donde empiezan nuestros fracasos. Lo que tú estés haciendo, si lo puedes hacer, es lo que te corresponde. Por ello, disfrútalo. No vayas a sufrir por ello. Si sufro por lo que estoy haciendo, quiere decir que estoy luchando contra la vida. Si sufro porque no puedo hacer cosas que me gustaría hacer, estoy luchando contra la vida.
¿Cómo sé que estoy viviendo correctamente y no luchando? Primero, porque no trato de hacer cosas que no me corresponden, es decir, aquellas para las cuales no tengo los recursos para hacerlas; esas no me corresponden. Y aquellas para las cuales si tengo los recursos, aquellas en las que estoy trabajando, esas son las que me corresponden... A esa, ponle tu entusiasmo, tu alegría, tu amor... Todo lo mejor de ti.
Los Maestros dicen algo supremamente simple: “A cualquier cosa que tú hagas ponle lo mejor que tienes”. No hay ninguna razón para que una persona dé menos del ciento por ciento de su capacidad en la función que hace. Si alguien llega a poner menos del ciento por ciento, lo que tiene es una limitación mental.
Una vez alguien a colocado el ciento por ciento de sus cualidades, de sus virtudes, de sus conocimientos y de su entusiasmo a algo que está haciendo, de allí para adelante no puede hacer nada más porque ya está usando todos sus recursos, el resto ya son de las leyes de correspondencia o de armonía o de cualquier otra ley del universo. Por lo tanto, sufrir por lo que no se dé, después de que tú haces lo mejor, es absolutamente inútil porque cierra posibilidades y genera bloqueos. Lo sabio es lo que dicen los Maestros, “Da siempre lo mejor de ti y ábrete a recibir los resultados, jamás te cierres a recibir lo que la vida tiene para ti”. Pero no quieras hacer cosas que no te corresponden, porque entonces te irás en contra del universo.
En el fondo es algo muy sencillo lo de la aceptación: lo que necesito es acomodar mi mente al orden del universo, y no tratar de acomodar el universo a mi propio ego.
Lo que Usted estén haciendo, háganlo con el mayor entusiasmo aún en las labores en que de pronto siento que no es lo mío. En esas con mayor razón, porque ahí se trasmuta el destino en misión y si les gusta lo que están haciendo, maravilloso, porque habrá necesidad simplemente de valorar cada vez más eso.
Si me encanta lo que hago corresponde con la misión. Igual ponle todo el entusiasmo y serás cada vez mejor. Si no te gusta lo que haces, pero eso es lo que la vida te colocó hacer, ponle todo el entusiasmo y terminarás con tu destino y se volverá misión. O sea, siempre haremos misión si le ponemos entusiasmo a lo que hacemos. Lo demás, simplemente acéptalo. Primero, no te corresponde si no tienes como hacerlo y, segundo, para el universo no hace falta que ninguno de nosotros haga algo diferente a lo que hace, porque lo que hace es lo que ha sido asignado dentro de un Orden y un Plan Perfecto.
Si logramos comprender esto tan simple nos liberaríamos de todos los sufrimientos, luchas y angustias, y seríamos mucho más eficientes tanto para nosotros como para los demás.
Por supuesto, que cuando decimos “da lo mejor de ti” nos estamos refiriendo a una acción, porque cómo hago para dar lo mejor de mí cuando no estoy haciendo nada. En la inercia no puedo. En la inercia si no estoy dando ni lo mejor ni lo peor .
Ver capítulos anteriores del Taller de Autoestima
Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capítulo 282 Volumén 2:Diferentes Formas de Luchar vs. La Vida
Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capítulo 282 Volumén 2:Diferentes Formas de Luchar vs. La Vida