Si sabes de qué hablo cuando te menciono el resentimiento sabrás que causa mucho dolor, malestar e incluso puede hacer enfermar a quien lo padece. Esta emoción puede surgir en cualquier ámbito de la vida de una persona ya sea en el entorno social, personal o laboral. ¿Te imaginas que en tu trabajo tu jefe no te valora cómo te mereces y le da un mejor puesto a quién no ha trabajado tanto y tan duro como tú? Esto te generará resentimiento.
Esta emoción hará que se sienta rabia, enfado o enojo por algo que ha sucedido y se manifestará en las actitudes o la hostilidad hacia algo o alguien. Esto causará que la persona afectada con resentimiento sienta una ira que no se resolverá adecuadamente y pasará a sentirse enfurecido y la capacidad de perdonar se puede anular siendo la persona que lo sufre la que salga más afectada y sufra más las consecuencias. Pero el resentimiento es una emoción que debe aprenderse a controlar porque sino logrará consumirnos por dentro.
Evita los resentimientos
Para evitar los resentimientos primero deberás evitar sacar los “trapos sucios” continuamente porque esto además de generarte malestar interior a ti no solucionará nada en tu entorno agravando por tanto mucho más el problema y el malestar que te aflije. Existe una frase que dijo Carrie Fisher que explica claramente qué es el resentimiento:
El resentimiento es como tomar veneno esperando a que la otra persona muera.
Mantener un buen diálogo
Volver a conflictos que pasaron en el pasado estando ya resueltos es meter el dedo en la llaga innecesariamente provocando de nuevo malestar. Es mucho más práctico mantener un diálogo adulto con la persona implicada e intentar llegar a acuerdos que sirvan para que ambas partes estés contentas.
Además no hay que responsabilizar a nadie de las propias frustraciones ya que las decisiones que has tomado en tu vida son decisiones que has tomado tú y no los otros por ti. Si te dejas influenciar por lo que digan los demás eso ha sido también decisión tuya. Si cometes errores en tus decisiones deberás asumirlos y mejorar aquello que no te guste pero no culpar a los demás posicionándote en el rol de víctima.
Perdona y libérate
Perdonar es liberarse y sentirse mejor con uno mismo y con el entorno, pero debe ser un perdón real que te ayude a pasar página y a vivir tu vida sin resentimientos ni odio. Así ni haces daño de nuevo a los demás ni te lo haces a ti mismo.
Fuente: Psicología para ser Feliz