¿Tienes el Perfil de Víctima? .[Taller Autoestima]


En distintas situaciones en la vida podemos llegar a sentir que nos maltratan, que no nos aprecian, que no nos dan lo que necesitamos, que no se vale, que no es justo, que “,cómo es posible?” culpando a los demás de sus malas acciones y sintiéndonos víctimas inocentes de todas esas arbitrariedades.
En ningún momento discuto que existen personas e instituciones intolerantes, abusivas, agresivas e injustas. Aquí lo importante es analizar que lleva a una persona a convertirse en víctima porque es evidente que nadie (conscientemente) quiere ser tratado mal.
"Perdonar es un instrumento de compasión que nos libera de  nuestras viejas heridas y resentimientos, eliminando  por completo el complejo de víctima"; 
Rebeka Pina
De nada sirve compadecer o tratar de salvar a la víctima porque eso refuerza su autoimagen de persona débil e impotente ante los demás, pero tampoco es útil el regañar o devaluar a quien muestra ese perfil “Eres una tonta, tu lo permites” “No tienes dignidad, te aguantas porque quieres” o inclusive cosas peores supuestamente para que la persona “reaccione” y adopte conductas más funcionales. Por el contrario, este tipo de llamadas de atención únicamente hace que la víctima se sienta peor, más confundida, devaluada e incomprendida.

La realidad es que la víctima, no siempre sabe que lo es, por qué lo es o como cambiar y no necesariamente es una masoquista a quien le gusta sufrir.
Entiendo lo desesperados que se puedan sentirlos familiares, amigos e inclusive parejas cuando se topan con víctimas al no entender su conducta aparentemente ilógica ni saber cómo ayudarlos.

Ojalá que las reflexiones que haré a continuación puedan ser de utilidad.


A lo largo de mi práctica profesional he detectado varios tipos de victimas:
Analicemos los más comunes:


Víctima Sufrida  
Aquí entra la clásica persona abnegada, demasiado buena gente, ingenua y creída, que no tiene malicia, con pánico a los conflictos, que siempre desea llevar la fiesta en paz, que tiene una gran necesidad de aprobación, que está llena de miedos (a que la abandonen, a que la critiquen, a que la maltraten mas, a que la juzguen), que se siente inferior e insegura, que es fácilmente manipulable, sobretodo a través de la culpa, que no soporta ver sufrir a los demás y que prefiere anteponer las necesidades de otros a las suyas.

Normalmente le gusta quejarse y andarle contando a todos sus problemas y busca inútilmente que alguien la saque del hoyo. Hay momentos en que parece sentirse ufana de su abnegación como si sus múltiples sufrimientos la hicieran ver como una mujer ejemplar por todo lo que sacrificadamente aguanta.

Víctima Heroína 
En esta categoría entraría la que se siente supermujer, orgullosa de ser muy luchona, de vencer obstáculos, de sacar adelante a su familia, de seguir intentando cuando todo va en contra, la que quiere a la vez rescatar a otros (por ejemplo la pareja de un alcohólico) a la que no le importa sacrificarse y hacer esfuerzos sobrehumanos para el bienestar de los suyos, pero que en el fondo se siente cansada, resentida, con la impresión de que los demás no la valoran y son malagradecidos. Suele ser metiche, controladora, criticona, juzga mucho, con el pretexto que tiene que preocuparse por los demás porque si no, quien lo haría. Ayuda mucho, pero “pasa factura” fastidiando a los demás y hasta metiéndoles culpa. Cree que los demás son tontos, ineptos o irresponsables que no hacen las cosas o se comportan “como se debe”.

Víctima Cabrona
Esta es la mujer que generalmente reacciona con agresión o violencia cuando se siente lastimada, ofendida o agredida. Es muy partidaria de decir “ojo por ojo”, trata de sacar su coraje gritando, insultando, reclamando o amenazando con hacer algo igual o peor a lo que provocó su enojo. Por ejemplo, si su marido la engaña con otra, su manera de actuar sería vengativa, diciendo que ya se la hicieron una vez, pero que ahora va la suya y hará lo mismo para desquitarse. Constantemente reprocha y con frecuencia se pelea creyendo que se está defendiendo, pero es incapaz de salirse de la situación que la agobia. Insulta, se desespera, se frustra porque no quiere “dejarse” pisotear y cree estar defendiendo sus derechos, pero lo único que consigue es generar más pleitos y agresiones y tal vez hasta sentirse culpable cuando se le pasa la mano o cuando los demás le echan en cara lo neurótica y agresiva que es cuando se enoja.

Víctima Chantajista 

Es la mujer que se coloca a sí misma en posición de víctima, siempre señalando lo buena que es, sus cualidades o virtudes y la manera como los demás no la saben apreciar, o abusan de su ingenuidad e inocencia para aprovecharse o lastimarla. Usa la lástima que puede llegar a inspirar para desquitarse y hacer sentir muy mal a los demás o a quien la haya ofendido, siempre colocándose en la posición de mártir, incomprendida y abusada. Su modo puede ser amable y bondadoso pero se las ingenia para hacer sentir mal a los demás y con frecuencia logra manipularlos.



Víctima Fantasiosa 
Es aquella que siente que todo el mundo conspira en contra de ella, que tiene mala suerte, oque los astros no le favorecen. Cree que de sus problemas solamente la puede salvar un superhéroe, una.persona extraordinaria que se convierta en su príncipe protector porque ella es dulce y frágil y no puede valerse por si misma. Con frecuencia tiene actitudes supersticiosas (las cartas, los psíquicos, etc.), o infantiles e inmaduras con conceptos idealizados del amor. Se siente la chica buena rodeada de villanos pero que al final triunfa el amor (muy común en las telenovelas) con las cuales se identifica en el papel de la heroína.


Víctima Niña Buena 
Es aquella chica de buena educación, buenos principios y con altos valores morales, que tiene una clara idea sobre como deben ser las cosas. El rasgo más destacado es que no se considera a si misma como víctima y siente que todo a su alrededor está funcionando bien. 

El problema radica en que su buena educación y valores no le permiten detectar la malicia o el engaño en los demás. De cierta manera es inocente e ingenua, lo que la hace fácil presa de los canallas vividores, explotadores y abusivos que saben aprovecharse de este tipo de personas para sacarles lo más que puedan.

NOTA: Una persona se convierte en víctima porque sus rasgos de carácter y personalidad “atraen” a la persona que sabe explotar esas debilidades, es decir, que atraen a su propio victimario.

¿Qué provoca que alguien tenga el perfil de la víctima? 
Varios factores contribuyen a esto.

- Antecedentes familiares — Con mucha frecuencia provienen de hogares disfuncionales, donde el padre o la madre jugaban ese papel y la persona copia o se identifica con las actitudes que vio durante sus años formativos y repite el mismo esquema. En el caso de las víctimas cabronas su motivación es hacer todo lo contrario y no caer en el sometimiento, pero no tiene las herramientas adecuadas para asumir una conducta sana. 

- Carencias afectivas — La mayoria de las víctimas tienen una enorme necesidad de sentirse amadas, aprobadas y protegidas. Son ilusas al creer que alguien de afuera puede llenar el enorme hueco de amor que sienten por dentro.
- Miedos — Su miedo principal es a la soledad. También tienen miedo a la vida, a salir adelante por su propia cuenta tanto económica como afectivamente, miedo a que los demás se enojen con ellas y las priven de su compañía, afecto o protección.

- Baja autoestima — Como no tienen una buena autoimagen y se quieren muy poco, requieren ser validados por otros. Son extremadamente susceptibles a las críticas, que toman de manera personal, aunque con resentimiento.

- Dan justificaciones — Ante las acusaciones de otros constantemente tratan de explicar que no es así. Por ejemplo, si las celan o les critican su manera de vestir, de inmediato tratan de convencer a otro que no están haciendo nada malo, sin darse cuenta que así le dan más poder para continuar criticándolas.

- Ideas distorsionadas del amor y la pareja — No distinguen entre el amor genuino y el enfermizo apego emocional. Son extremadamente codepend[éntes y no tienen la menor idea de cómo es una relación sana, solo la idealización que promueven las canciones, películas y telenovelas.

- Hacen méritos — Creen que a más buenas, obedientes, complacientes y comprensivas sean, más las van a valorar y por lo tanto disminuye el riesgo a que las dejen.

- Creen Que los otros van a cambiar — Aunque toda la evidencia les demuestre lo contrario, no pierden la fe de que con su cariño (o sus reproches) pueden lograr milagros o de que el otro/otra tarde o temprano va a recapacitar y a corregir su conducta.

- Temor a lastimar — Prefieren que las humillen y victimicen o que sus necesidades no sean tomadas en cuenta. Creen que se deben de sacrificar con tal de no incomodar o hacer sufrir a otros. “Me aguanto por mis hijos”


Algunas frases típicas de las víctimas
“Cómo es posible que... ?“, “No es justo o no se vale.” “Debo luchar por salvar mi matrimonio.” “Tengo que retener a mi pareja.” “No soporto estar sola.” “No me merezco lo que me están haciendo.” “Como puede haber gente tan crueles e insensibles.”” Sin mi pareja me muero”


¿Qué se puede hacer para dejar de ser víctima? 
1) Reconocerte como tal, pero NO para provocar lástima o para que alguien venga a salvarte o defenderte, sino dándote cuenta que con tus pensamientos y actitudes, tu también formas parte del problema.

2) Buscar ayuda no a través de quejas o de pedir opíniones a familiares y amigos, sino acudiendo a profesionales, leyendo libros de superación, escuchando programas de radio donde te brinden soluciones prácticas y no nada más te regañen.

3) Hacer un análisis profundo de tu historia de vida (de preferencia por escrito) para detectar de donde vienen esas pautas de conducta y sanar las huellas negativas que te dejo tu infancia. 4) El deseo intenso de cambiar TÚ y no de cambiar a los demás, pero que ese cambio no sea para complacer o adecuarte a las necesidades de otros.

5) Aprender más sobre el amor y las relaciones de pareja con la apertura y flexibilidad de cambiar tus opiniones rígidas y anticuadas.

6) Vencer el miedo a la soledad, dedicando más tiempo, atención y amor a tu persona.
Estoy totalmente convencida que la actitud de víctima se puede superar, porque lo he confirmado con varios de mis pacientes, y que la vida puede ser maravillosa, productiva y satisfactoria si buscamos y desarrollamos nuestro poder interior y nos quitamos la ignorancia.

Afirmación: 
No soy una víctima, soy el responsable de todo lo que sucede en mi vida y tengo la capacidad de cambiarlo”.
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Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capítulo 247 Volumén 2:¿Tienes el Perfil de Víctima?