Arthur Schopenhauer afirmaba que perdemos tres cuartas partes de nosotr@s mism@s para ser como los demás. Una de las razones por las que lo hacemos es para intentar complacer a todo el mundo. Para los seres humanos es natural querer el respeto y la aprobación de los demás. El problema no es nuestro deseo de obtener respeto y la aprobación de unos cuantos amigos y conocidos. El verdadero problema empieza cuando intentamos complacer a todo aquel que se cruza en nuestro camino.
Mucha gente derrocha demasiado tiempo y energía, en lugar de concentrarse en sus propias esperanzas, planes y sueños. No sea uno de ellos. Los aplausos, las felicitaciones y los elogios son una prima en la vida y no deberían ser una necesidad.
No es posible gustar y recibir la aprobación de todo aquel que le conozca. La buena disposición para aceptar la desaprobación y el rechazo es una peculiaridad esencial de los individuos que tienen confianza en si mismos. Es inevitable que haya gente a la que usted no le guste. Es imposible complacer a todo el mundo, todo el tiempo. Tampoco es posible complacer a alguien, todo el tiempo. Y haga algunas personas que desaprobaran todo lo que usted haga todo el tiempo.
No hay nada de malo en haber un enemigo o dos. Elbert Hubart dijo: “Si no tienes enemigos, lo más probable es que tengas el mismo problema respecto a los amigos.” Abraham Maslow descubrió que los individuos con el nivel más alto de desarrollo psicológico están dispuestos a hacer enemigos siempre que lo que hagan sea lo correcto para ellos mismos. Se dan cuenta de que no puede complacer a todo el mundo, por mucho talento que tengan y por mucho que lo intenten. Querer gustarle a todo el mundo es otra forma de codicia, y la gente autorrealizada no es codiciosa.
Si quiere dejar su marca en el mundo, no desperdicie su precioso tiempo cortejando a todos los de su alrededor para conseguir su aprobación. Usted no puede serlo todo para todo el mundo y no debería intentar ser aquello que los demás quieren que usted sea. Si está siempre, intentando complacer a los demás, sentirá ansiedad, tendrá miedo y no será natural. No existe nada tan difícil como estar a la altura de lo que los demás creen que sería ideal que fuera un amigo o familiar. A la larga, su salud física y mental pagará el precio.
El éxito consiste en hacer lo que es correcto para nosotros. Debe recordar que se debe siempre a sí mismo. Es importante ser el numero uno. Si quiere cuidar de su familia, ser generoso con sus amigos y servir a su comunidad, debe cuidarse usted primero.
Si siempre ha tenido la inclinación a complacer a todo el mundo, tiene que fijarse en la fuerza impulsora subyacente. Es importante que se enfrente a las emociones concomitantes que hacen que sea usted esa persona encantadora que intenta complacer a todo el mundo. Si intenta complacer a todos, puede que acabe por no complacer a nadie. A medida que va pasando por la vida, es inevitable que atraiga gran cantidad de desaprobación. Este es el precio que ha de pagar por estar vivo y ser un individuo único.
Si está convencido de que está haciendo lo correcto con su vida, conseguirá que lo que los demás digan de usted sea, no solo, insignificante, sino también completamente irrelevante. Es usted quien debe decidir lo que es importante en su mundo y por ello, cuando finalmente supere la necesidad de complacer a todo el mundo, experimentará una satisfacción sorprendente y se preguntara por qué esta sensación se le había escapado hasta ahora.