Rendirse al amor



"Lo femenino tiene un talento especial para el amor, la rendición, la profunda comunión emocional y sexual.

Sexualmente, el deseo básico de la mayoría de las mujeres con esencia sexual femenina es sentirse sobrepasadas por el amor, pero pocos hombres pueden estar a la altura de su poder, de su capacidad sexual, de su fuerza emocional. Una mujer cuya pareja pueda estar a su altura es una mujer feliz. No se trata simplemente de que la mujer quiere sentirse totalmente amada, penetrada por el amor y deslumbrada en el amor. Más bien, cuando se siente querida así es cuando la plenitud de su capacidad innata de ser amor adquiere plena expresión.

Una mujer con una esencia sexual femenina puede tener talento en muchos ámbitos, ya se trate de logros profesionales, de la crianza de los hijos o del despliegue de la creatividad en cualquiera de sus formas. Pero la entrega de tales virtudes seguirá llevando aparejada un vacío sutil, una necesidad sutil, en el corazón femenino. El único don que no deja sentimiento de necesidad es el don del amor total e ilimitado, expresado desde el corazón y a través del cuerpo. En el momento de dar un amor total, de rendirse en la entrega amorosa, de sentirse sobrepasada por el amor y de morir en la fuerza del amor, al talento femenino le es otorgada plena expresión corporal.

Lo masculino puede hablar todo lo que Él quiera con lo femenino; lo que Ella quiere es bailar. Ella quiere rendirse totalmente en danza de amor, en la comunicación corporal, emocional y a veces sexual del amor, con un compañero igualmente rendido. Y cuando ella conoce el amor en plenitud, cuando su cuerpo está lleno de amor, cuando ella es movida y respirada por el amor, su búsqueda acaba."

En íntima comunión. David Deida. Editorial Gaia