¿Estas comiendo más de lo normal? ¿No será que tienes enojos o Disgustos?


Estar “enojado”, encolerizado, es el detonante de muchos para abusar de la comida.

En momentos de cólera, de enojo extremo, la comida se puede convertir en el  medio de “escape”. Comer sin pensar distrae de los sentimientos negativos, sirve como “anestesia” del dolor y angustia.

En la edición reciente del boletín “Food for Thought”, sobre alimentación conciente, la Dra. Ronna Kabatznick explica como mas bien el “anestesiar” el enojo y los sentimientos negativos, lleva a más sufrimiento, y a empeorar los problemas con la comida.

La Dra. Kabatznick explica que según Buddha, “el enojo es como sostener con fuerza un carbón hirviendo con la intención de lanzarlo a otro, al final quien lo sostiene es quien se quema”. Esta sabiduría está respaldada por muchas investigaciones  que han identificado un sinfín de efectos negativos del enojo en la salud física. El enojo se asocia a depresión, ansiedad, presión alta, problemas del corazón y dolores de cabeza.


Usar la comida para evitar lidiar con estos sentimientos, solo empeora la situación. 

Entonces, ¿qué hacer? La Dra. Kabatznick, es experta en mindfulness, meditación que se enfoca en poner atención plena al momento presente, observar las reacciones y emociones sin juzgar, sin necesariamente dar una respuesta. Poner en practica estas técnicas, puede resultar en una de las técnicas más poderosas para detener el ciclo de abuso de comida por enojo, o por cualquier otro estado de ánimo negativo.


¿Cómo aplicar las técnicas de mindfulness contra el enojo?

Cuando ya se está indispuesto, “estallando” puede resultar difícil el lograr respirar, pensar y detenerse antes de salir corriendo al refrigerador, o al supermercado por la “anestesia” de preferencia.

Si bien es retador, no es imposible, aprender a “surfear” con este impulso, y no continuar con los patrones negativos. A continuación se detallan pasos para empezar a aplicar la conciencia en estas situaciones.

Aceptar el enojo.
El primero peso es ACEPTAR el estar enojados. Los problemas surgen cuando se asume que es algo que no debemos experimentar, y se busca comida para evitar estos sentimientos.
Estar enojado es señal de que hay sufrimiento. El sufrimiento es inevitable, es parte de la vida. Por supuesto preferiríamos no sentirlo, pero es parte de nuestra experiencia como humanos experimentar enojo, frustración, estrés. Si creemos que es algo malo que no debe ocurrir, entonces se sigue buscando una forma para evitarlo, anestesiándolo con chocolates galletitas u otros patrones destructivos. 


La forma de liberarse del sufrimiento que pueden ocasionar estas reacciones, no es evitar sentir, sino mas bien dejar fluir y observar, pero sin juzgar o dar una respuesta. 

Observar sin juzgar o reaccionar.


Cuando sienta el enojo o cualquier otro estado de ánimo negativo, antes de buscar como “huir”, tome un momento, respire, y simplemente observe lo que está ocurriendo. Tome la decisión conciente de OBSERVAR el enojo, no de evitarlo.

Empiece por poner atención a las sensaciones del cuerpo: el corazón latiendo, la respiración aumentando su velocidad. Poniendo atención a estas reacciones, empieza a disminuir su preocupación con la historia detrás del enojo. Concentrándose en cada momento de su reacción, le ayuda a reducir su intensidad, hasta que poco a poco el sentimiento se “evapore”.

El enojo, como cualquier otro estado de ánimo, tiene su pico, pero se desvanece, sin ser sustancial.

Si persisten pensamientos obsesivos de juzgar, o críticar, ponga atención a las historias, mensajes, críticas que surjan, pero sin reaccionar. Solo observe.

En el momento que se le da a una experiencia la capacidad de hacerle enojar, le da poder a esa situación sobre su autoestima y dignidad. Recuerde la siguiente frase: “la única forma en que un enemigo puede herir su corazón , es si usted le ayuda enojándose”.

Mantenerse hasta que pase.

Con la respiración profunda y observando, deje que el sentimiento pase. “Como una ola, tendrá su pico, pero pronto llegará a ser espuma”. Una vez que el sentimiento pase, tome inventario. Si ha dejado pasar el “pico” del enojo, ahora tiene la capacidad de tomar el control sobre su decisión.

Probablemente no necesita comer de más, o tener otra reacción que le haga más daño. Si deja fluir sus emociones, es cuando realmente puede liberarse de estas. 


Autor: Rebeca Hernández, Nutricionista
Clínica de Nutrición von Saalfeld