¿Cuántas veces nos pasa que leemos sobre nuestro signo y con muchas características nos identificamos pero con muchas otras no?
Por lo general, cuando leemos alguna reseña o explicación básica de las características de nuestro signo, hay muchas características con las que nos identificamos pero también hay otras en las que no nos reconocemos y sentimos que somos muy diferentes.
Dentro de nuestra Carta Natal, hay muchas más información de la que tenemos conocimiento. Hay tres puntos básicos que delinean específicamente el perfil de una persona:
-El Sol (el signo del que somos) que representa nuestro Yo profundo.
-La Luna que es nuestra identidad psico-emocional.
-El Ascendente que es lo que tenemos que integrar.
Por ejemplo, podemos ser de Aries, tener la Luna en Piscis y el Ascendente en Tauro. Parte de nuestro trabajo evolutivo es integrar estas tres energías muy diferentes y encontrar un equilibrio, dentro de la complejidad que tiene cada persona. Este punto de integración siempre se hace desde el nivel básico de la energía que representa el signo solar y desde ahí debemos empezar a elevar esa energía a niveles más evolucionados. ¿Cuál es la línea de trabajo primaria para que cada signo encuentre su armonía? Uno por uno, las contradicciones y los consejos para superarlas y equilibrarnos.
Aries
El signo de Aries es la porción del zodíaco en la que encontramos una enorme energía vital que puede dirigirse a escenarios tanto heroicos como criminales; a acciones defensoras de la justicia, como a aquellas que degradan el ser humano a través de la violencia, la guerra y la dictadura del más bruto; y, en fin, a acontecimientos de lucha sincera en la búsqueda de la verdad, como a los esfuerzos del instinto animal del hombre por dominar a su prójimo más débil.
Demás está decir que estos dos extremos no son difíciles de reconocer pero, en el caso intermedio, encontramos con frecuencia dos fuerzas mezcladas: el ideal y la pasión, la sinceridad y la indelicadeza, la vitalidad y el descontrol, la autoridad y el autoritarismo, la fuerza y la brutalidad, el apasionamiento y la pasión, la valentía y la temeridad, la energía y la violencia. En el signo de Aries hallamos al guía que es capaz de arriesgarse y de seguir adelante sin sentimentalismos. Su gran fortaleza le permite abrir brechas y reaccionar adecuadamente en los momentos de mayor peligro. A un ariano el entusiasmo lo recorre al vencer los obstáculos que ha de superar en su camino.
Sublimando la agresividad, se mueve con firmeza pero sin brusquedades, con disciplina pero sin imposición y, en definitiva, con don de mando pero sin soberbia. Su amor es directo, sacrificado, entregado, vital y espontáneo.
El punto de equilibrio está en poder canalizar de manera conciente toda esa energía vital y agresiva en acción, cuando Aries puede convertir la agresión en acción; es la línea de trabajo en su evolución.
Tauro
El signo de Tauro puede ser delicado o terco, apacible o sensual, amoroso o lujurioso, trabajador incansable o comodón, estético o basto, pacífico o rencoroso, constante o testarudo, sabio o sin sentido común, firme o inflexible, práctico o materialista, prudente en el gusto o amante de cargados lujos, sensible o terco y, en definitiva, natural o recargado. Por todo ello, este signo da tendencia a la estabilidad en lo material o al aprisionamiento bajo el dinero; al amor fiel y materno o a la pasión ciega e inútil; al concepto natural de la belleza y el arte o al materialismo de lo bello y estético; a la actitud tesonera para lograr lo que se quiere o a la terquedad pasiva que distorsiona la voluntad según pasa el tiempo; y, en fin, al uso sano del dinero y el amor o al apego ignorante a éstos.
Cuando equilibra estos aspectos. Su amor es llano y sin complicaciones pero siempre íntimo. Usa los bienes materiales, los crea y los conserva haciendo que cumplan su misión y que le obedezcan. Pero él no se apega a ellos, sino que pretende que duren, satisfagan las necesidades humanas y le posibiliten disfrutar de una apacible paz terrena. Esa paz es imaginativa, estable, feliz, amorosa, bella, confiada, pacientemente ganada y con sabiduría afianzada. Así pues, esta feliz situación goza de una belleza verdaderamente recogida de la naturaleza. Cuando el proyecto de vida va de la mano de cómo generar medio económicos, es un signo de que la persona pudo elevar a nivel más evolucionado la energía básica de Tauro.
Géminis
En el signo de Géminis se manifiesta la duda por buscar la verdad o la incertidumbre mental por demasiada superficialidad; la adaptación mental o la dispersión de propósitos; la palabra que se da y se cumple o la charlatanería y el enredo, en este segundo caso sin practicar lo que se dice; el amor basado en la comunicación verdadera o la infantilidad y frialdad sentimental; la búsqueda creativa del conocimiento o el estudio racional sin aportación personal; el uso de la inteligencia para ganar dinero por méritos propios o el mercantilismo engañoso sin escrúpulos; la amistad sincera o el cinismo mezquino; la versatilidad cultural y humanista o el sofismo de los ignorantes ilustrados; y, para terminar, el equilibrio del pensamiento o la mente nerviosa, inestable .
Cuando la persona de Géminis encuentra el punto de equilibrio, sirve de puente y relación entre las altas esferas mentales y el mundo de la expresión comunicativa-educativa. Él pretende conocer, pensar rápidamente y establecer una visión de conjunto para luego crear sistemas educativos, informativos y publicitarios. Todo conocimiento ha de tener un fin práctico en el mundo material o en el filosófico y, en este segundo caso, que sirva de eslabón en la búsqueda mental de la verdad. La expresión de su conocimiento es útil, intuitiva y lógica. Su sabiduría es el mantener equilibrada la polaridad, especulación mental llevada a resultados prácticos. Su fortaleza es poder interrelacionar toda la información que recolecta para crear un razonamiento propio y salir de la repetición automatizada de lo que aprende. Cuando encuentra este punto de equilibrio, Géminis entra en un nivel más elevado de su energía representada en comunicar. Pero ahora desde los conceptos propios que desarrolla a partir de la información que recolecta, este es punto de equilibrio evolutivo.
Cáncer
En el signo de Cáncer podemos encontrar dos polos, los cuales describimos dando parejas de características opuestas entre sí: amor a la familia o incapacidad para guiarla; carácter hogareño, o bien, noctámbulo, fiestero y superficial; dulzura o apego tenaz; diplomacia sentimental o lloriqueo de penas sin fin; sentimientos sinceros o tendencia al chantaje emocional; cualidades maternas correctas o naturaleza aprensiva que forma niños acomplejados y dependientes; inspiración poética o imaginación enfermiza; intimidad o comodidad en el hogar, o bien, glotonería y neurosis en el mismo; vejez sensible y creativa, o bien, apatía y debilidad en esa edad; ambiente de afecto en la niñez o inestabilidad; sensibilidad exquisita en las relaciones sociales o timidez e inexpresión; popularidad sana en el círculo de conocidos o comunicación chismosa y sensiblera; sentimiento maduro o sentimentalismo infantil.
La persona de Cáncer es la cuna del afecto familiar y materno íntegros. Ciertamente, es capaz de endulzar la vida, haciéndola romántica, soñadora e ingenua, apartando a la mente sufrida de la parte fría, impersonal y materialista de la existencia.
Su sensibilidad es, en alta escala maternal, tan abarcadora que pone notas de intimidad poética al universo entero. Este signo, al ser fuente de sentimiento puro, cuando puede superar el nivel de simbiosis inicial como manera vincular, puede mantener a la persona anclada emocionalmente en sus afectos sin necesidad de sufrimientos ni sentimentalismos. Y es aquí donde encuentra su punto de equilibrio.
Leo
Leo como signo es un símbolo de poder y luz como, por otro lado, de ambición, orgullo desleal y despotismo. Este signo puede usar su enorme energía y vigor de forma creativa y autoconsciente, o bien, dirigirla a un ocio instintivo que le desgasta su propia vitalidad.
La polarización del signo la vemos en los siguientes pares de opuestos: nobleza generosa o teatralizar el honor y la dignidad; claridad en la voluntad y la conciencia o abandono de sí a los placeres mundanos; don de mando patriarcal o reafirmación del poder ostentosa; idealismo práctico o pragmatismo sin ideales; optimismo sano y divertido o fanfarronería en el centro de la reunión; amores nobles o mezquindades del corazón; amor por los hijos o desprotección a los mismos; creatividad material, artística e idealista u ocio falto de creatividad; vigor sexual controlado o imprudencia sexual; reconocimiento social merecido o medallas perseguidas sin ética; individualidad fuerte o fuertes cóleras.
Cuando puede encontrar y reconocer que la creatividad es su centro, entra en otro nivel de equilibrio en su desarrollo personal, es activo y osado, toma su fuerza de una individualidad poderosamente desarrollada que expresa a través de la actividad creativa que desarrolle. Con su sinceridad aplasta a las fuerzas obscuras y, con su autoconfianza, espanta de sí cualquier pensamiento de cobardía. Además de llevar a cabo un liderazgo noble y espiritual y hacer llegar su luz a los demás. Un reinado de nobleza, verdad, grandeza y exento de mezquindades es el que pretende el signo del Leo, cuando encuentra su equilibrio.
Virgo
En el signo de Virgo los conceptos de orden, lógica, limpieza y organización son fundamentales. El orden puede ser realmente aplicado a la vida propia o exigido con intransigencia a los demás sin dar ejemplo de ello y, el racionalismo y el sentido común, se pueden tornar en una búsqueda sin fin de detalles para ocultar la falta de limpieza en las propias características de personalidad. Pasando a los pares de cualidades opuestas: el servicio o la tacañería intelectualizada; la optimización de los recursos personales o la eficiencia en criticar los defectos de los demás; la obsesión por el trabajo o la racionalización para no trabajar; el amor a hacer servicio o caer en el servilismo; la adaptabilidad amistosa o la división del círculo de conocidos en simpatías y antipatías; el racionalismo lógico o el intelecto mezquino, escéptico y egoísta; el éxito laboral e intelectual o la falta de propia iniciativa; el compañerismo en el trabajo o la envidia a los que suben más. Cuando la persona de Virgo trasciende su impulso básico de sentirse útil y lo lleva a un fuerte sentimiento de servicio es cuando encuentra su eje, desde este punto de equilibrio hace que los frutos de la materia terrestre sean abundantes y de calidad, para que así presten un servicio eficaz. Estos se hacen optimizando el trabajo para conseguirlos y repartiendo las tareas para obtenerlos. En su rol de eje coordinante prestará servicio a los otros dándoles los métodos y técnicas necesarias para que su labor se alivie: lógica, orden, disciplina, clasificaciones, metodología. El razonamiento puro que lo caracteriza analiza cómo hacer de lo concreto y material un medio para fines humanistas.
Libra
El desafío para Libra es mantener el equilibrio siendo una energía altamente influenciable por el entorno. Los pares de cualidades complementarias que se pueden manifestar en este signo son: alegría o melancolía, entusiasmo o indecisión, sentido común o estupidez insensata, amor serio o vanidad amorosa, popularidad social o superficialidad en las relaciones sociales, sensibilidad estética o seguir la moda, voluntad en el estudio o mente voluble, cooperación correcta con los socios o confrontación con enemigos, gusto por la relación social educada o adulación interesada, delicadeza amorosa o mansedumbre sensiblera, sentido de la justicia o parcialidad en sus juzgamientos basados en caprichos, gustos refinados o pedantería burguesa, búsqueda de un ideal de justicia o la ley del menor esfuerzo. Cuando la persona de Libra deja de verse a través de la mirada de los demás, cuando puede sostener su punto de vista sin sentir que va a dejar de agradar por decir algo contrario a lo el afuera dice y es fiel a lo que piensa o siente; es cuando encuentra su verdadero punto de equilibrio. Ya instalado en este punto interno nos encontramos los conceptos mentales del arte, la belleza, la justicia, la relación social y la unión matrimonial, todo ya en un punto equilibrio, la felicidad y un idealismo entusiasta.
Los proyectos se crean, fluyen, se perseveran y se finalizan con prudencia, con talento social y sin dar lugar al desánimo. La creatividad artística y la búsqueda de circunstancias realmente felices y sin confrontaciones, se unen a un agudo pensamiento sobre los conceptos de la estética de la relación humana y la ética de la unión emocional.
Escorpio
El signo de Escorpio puede dar contrastes especialmente acusados, pues su naturaleza es muy intensa psíquicamente. Sus polos opuestos son: amor intenso u odio vengativo, sana sexualidad o pasión desenfrenada, amor ardoroso o amorío morboso, alta espiritualidad o esoterismo oscuro, afán de autodesarrollo o tendencia a la autodestrucción, conciencia de la propia energía psíquica o vivencia obsesiva de los propios instintos, autocontrol equilibrado o desgaste por excesos, sentido de lo místico o forma de actuar sombría y tenebrosa, afán de lucha en la vida o desánimo suicida, personalidad atrayente o pensamiento sádico, relación sexual clara y sincera o relación tormentosa y escondida, sentimientos sublimes o emociones denigrantes y, como resumen, el cielo o el infierno.
En general, para las personas de Escorpio, el punto de equilibrio pasa por la búsqueda de poder. Pero del verdadero poder, que es sobre sí mismo. Cuando deja de buscar el poder al ejercerlo sobre otros a través de la manipulación, que en definitiva es un falso poder, y lo puede tomar para sí, es cuando puede hacer la transmutación de su energía básica, en algo mas elevado. En otro nivel transmuta su energía magnético-sexual en energía psíquica, amor intenso, profundidad mental y creativa mística. El hombre superior escorpiano se somete a la muerte simbólica voluntaria, superando el plano de las bajas pasiones para renacer en el mundo de la transformación interna. En este signo se encuentra implícita la dualidad regeneración-destrucción, la cual es vivenciada, primero de manera cruda, y luego de forma mística o trascendental. El siente cómo las emociones y pensamientos nefastos o pasionales se van transformando poco a poco y, no sin dolor, en ideales, emotividad sublime y conciencia de ser.
Sagitario
En el signo de Sagitario se manifiesta la dualidad entre su parte humana y su parte animal. Esta polaridad la definimos a continuación: generosidad o derroche, idealismo o fachada superficial, altruismo u ostentación vanidosa, espíritu filosófico o fe falta de convicción, ansias viajeras universalistas o viajar por viajar, integración social o hundimiento en la banalidad social, independencia personal o rebeldía animal, gusto por las cosas hechas a lo grande o exageración pomposa, cultura liberal o ideología partidista, negocios internacionales o grandes fortunas hechas con el trabajo de otros, buena fortuna o vida perezosa, fuerte creencia religiosa o conjunto de supersticiones, facultad para arriesgarse con prudencia o ligereza para arriesgar en los juegos de azar, pensamiento abstracto o pensamiento superficial, amores idealizados o caza de trofeos en lo sexual. La clave del equilibrio para la persona de Sagitario es cuando encuentra un sistema de creencias al cual sienta que pueda adherir por convicción y desde ese punto desarrollar su crecimiento espiritual y personal; seguramente el medio será una religión o alguna corriente filosófica. Encontrar estos pilares le dará algunas respuestas al sentido del Ser que es una de sus inquietudes básicas, pero lo más importante es que le dará un camino que hará propio por donde transitar en la búsqueda de su sentido de trascendencia. Una vez encontrado el equilibrio, el sagitariano es un representante de la filantropía, la generosidad, el idealismo, la filosofía, la libertad y el orden social. Su mentalidad es optimista, en la vibración superior del signo hay un acuerdo entre lo humano y lo instintivo, funcionando ambos aspectos al unísono. El fin es la búsqueda de un orden social jerarquizado y, a la vez, que brinde a cada uno de sus miembros la suficiente independencia personal.
Capricornio
Pasamos a enumerar por parejas las cualidades opuestas del signo de Capricornio: tenacidad en el trabajo o profesionalismo frío, rigor intelectual o escepticismo materialista, sentimiento maduro o frialdad sentimental, autocontrol equilibrado o auto represión exagerada, responsabilidad o persecución mezquina de intereses egoístas, disciplina y orden o inflexibilidad, control de la imaginación o falta de sensibilidad, pragmatismo y realismo o usura material, respeto y sabiduría o métodos malignos con fines mezquinos, afán de escalar en lo profesional o ambición material desmedida, dotes de ejecutivo consciente o dotes de dictador inconsciente, soledad reflexiva y trascendental o soledad ermitaña, carácter sereno o personalidad antipática y lúgubre, mente matemática o mente calculadora y egoísta, naturaleza respetable o esencia de frialdad. Cuando la persona de Capricornio reconoce el propio valor y no espera que todo el reconocimiento venga de afuera, cuando madura y a aprender a poner los limites es cuando encuentra su punto de equilibrio. De esta manera tomar el rol de autoridad es algo que fluye con naturalidad entiendo que la estructura que el creo para si mismo, cumple una función social. En este nivel de la energía Capricornio organiza la materia y carga con las responsabilidades que el uso de éstas proporciona. No escatima en esfuerzo, tiempo o sacrificio para hacer de guía silencioso en la lucha contra la resistencia y el razonamiento que oponen las estructuras en el plano profesional. Si es necesario sortea los obstáculos con tacto y diplomacia pero, su voluntad, firme e inquebrantable, no deja de empujar al ser integro hacia la meta marcada. El sentido de lo real ameritado por esfuerzos propios lleva a una calma sabiduría que redunda en espiritualidad ascética, meditativa y reflexiva.
Acuario
En el signo de Acuario encontramos, como polaridad principal, la del humanismo futurista, intelectual y filantrópico, o la del intelectualismo frío, tecnócrata exagerado y despreocupado en los hábitos de la propia vida. Ahora describimos esta dualidad de manera más amplia con parejas de cualidades opositoras: futurismo luminoso o utopía superficial, renovación interna o abandono interno, revolución humanista externa o rebeldía extremista desequilibrada, genialidad intelectual o memorización sin análisis personal, racionalización investigadora o racionalización sin sabiduría, falta de prejuicios o falta de juicios por imprudencia, humanismo trascendente o ignorancia ilustrada, cultura universalista o acumulación de datos teóricos sin practicar nada de lo que sabe, seguridad intelectual u orgullo intelectual, tolerancia o falta de firmeza, naturaleza democrática o falta de personalidad propia, amores platónicos o amores extravagantes, independencia personal o rebeldía irresponsable. La clave para encontrar el punto de equilibrio para la persona de Acuario es el sentido de ser único o diferente del resto, esta necesidad de diferenciarse muchas veces los lleva por el camino de ser un rebelde sin causa, de oponerse por solo mostrarse distinto al resto. No importa cuál sea la actividad intelectual o creativa que desarrolle, él tiene que poner su toque de originalidad, su visión única, utópica y que desafía los convencionalismos. Entendiendo que esos ideales son muy altos para el resto de los mortales, el desafío es poder bajar a lo concreto esos conceptos lo más cercano a la idea original que se planteó. Quizás para sí mismo el resultado que obtenga esté muy lejos de lo que pensó como original pero sí lo es para el resto. Ya en este punto, la persona de Acuario se sitúa en un nivel mental más avanzado que el de la época actual pues, con su genial intuición, vive y actúa de acuerdo con los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad universales.
Piscis
En el signo de Piscis podemos encontrar la dualidad marcada en el plano sentimental o una adaptabilidad receptiva en dicha esfera. Las parejas de cualidades definitorias del signo son: sensibilidad o sentimentalismo apático, mística equilibrada o santurronería traicionera, concepción de lo divino o superchería fantasiosa, dulzura sentimental o caricias empalagosas, fidelidad a la pareja o sumisión ante el ser querido, magnetismo emocional o apego excesivo, imaginación creativa o fantasías recargadas, fe y esperanza o negación extrema, espíritu de sacrificio o dejadez total, elevación espiritual o delirios místicos, sublimación espiritual o evasión mediante adicciones, amores tiernos o líos tormentosos, intuición receptiva o disociación entre el yo y la realidad, sensibilidad al ambiente o recepción involuntaria de influencias extrañas, cuidado de la salud o naturaleza enfermiza, simpatía sincera o envidia chismosa, plasticidad en la expresión o teatralismo para victimizarse. En la persona de Piscis (en su calidad superior) encontramos un sutil equilibrio entre la percepción de lo divino y de lo terrestre. Hay una sensibilidad directa y mística hacia el Todo, cuando deja de sacrificarse por otros como manera de sentir que es querido, cuando entiende que estas actitudes no son más que un nivel distorsionado de su profunda necesidad de hacer servicio y dar amor, en la cual genera una interminable capacidad de abnegación, de sacrificio y de esperanza en los momentos más difíciles de lucha contra los obstáculos de la vida.
La receptividad sentimental y musical acerca de los fenómenos cotidianos sublima las emociones y pone unas notas de romanticismo a la vida, provocando la súbita inspiración artística. De esta forma, el pisciano evolucionado mantiene un equilibrio entre su abundante y sensible mundo interior y la fealdad comparativa del mundo corriente. Así, no se evade de la vida normal sino que se nutre de su conexión con lo espiritual para luego dar amor, ayuda y comprensión a los que la necesitan.
Autor: Pablo Lendero
Fuente: Entremujeres.clarin.com
Autor: Pablo Lendero
Fuente: Entremujeres.clarin.com