Introducción a los comienzos
Aunque estaba muy entusiasmada con las nuevas enseñanzas, lanzarme de lleno a los cuatro pasos de la Ley de la Atracción, al principio me habría sido imposible. Estaba demasiado sumergida en el temor.Con dieciocho horas al día de ansiedad siempre creciente, estaba tan inmersa en un enfoque, pensamientos y vibraciones negativos...
Que sin un programa de impulso, sé que me habría dado por vencida antes de empezar. Así que me dije: "Muy bien, esto no debe ser tan difícil, sólo tengo que encontrar la forma de dejar de pensar en lo que me pone tensa. No es gran cosa. Dejo de pensar en ello durante treinta días, y entonces sí, puedo ocuparme del resto de los cuatro pasos".
¡Iluso! La mía era una meta muy grande. Pero con una motivación que provenía de querer estar en la cumbre de nuevo, y no tener nada más hacia dónde volverme, me lancé y me negué a darme por vencido. Si realmente deseas embarcarte en este maravilloso viaje de convertirte en un creador reflexivo, que fue a lo que viniste a este mundo, te invito a que, con fuerza y urgencia, te lances a experimentar esos treinta días antes de probar cualquier otra cosa.
Si te decides, esos treinta días te permitirán identificar qué tan profundos son tus hábitos negativos y te darán un valioso punto de partida desde el cual volar. Cuando menos, así fue para mí. Tenía que establecer dónde estaba, antes de planear el camino a seguir. ¡Oh, y vaya que encontré dónde estaba!
Así que ese fue mi inicio. Mi propio afán -aunque totalmente ingenuo- empezó a sacudir los grilletes de vibraciones negativas a los que había estado encadenada durante tantas décadas, sin siquiera saberlo. Este es el programa de treinta días que diseñé, precisamente el mismo día que recibí el material de la Ley de la Atracción. Te voy a explicar, tomándolo directamente de mi diario, cómo funcionó para mí y qué podrías esperar si decides seguirlo.
Existen sólo dos pasos en mi programa de introducción:
1. Retira tu enfoque de cualquier cosa importante que en estos momentos te esté causando algún temor serio (preocupación, inquietud, ansiedad, estrés, etcétera) y ¡MANTÉNLO FUERA!
Ten en cuenta que no dije que quitaras tu enfoque de todas las cosas negativas, sino sólo de las cosas apremiantes del momento, ¡porque son más fáciles de descubrir y de sentir! Son cosas siempre importantes; se trata de "no quiero" de algún tipo, que te están provocando tensión. Si pensar en tu cuenta de banco yacía te pone tenso, deja de pensar en ella ahora mismoy continúa con el paso número dos inmediatamente. Si pensar en tu divorcio genera esa sensación de hundimiento en la boca del estómago, deja de pensar en eso ahora mismo y cambia de conexión tan rápidamente como te sea posible. Si pensar en que ya se acerca tu examen profesional te pone nervioso, deja de pensar en eso ahora mismo y cambia tan rápidamente como puedas.
En mis primeros treinta días no hablé conmigo misma, ni escribí nuevos libretos; eso me resultaba muy complicado al principio. Sin embargo, si quieres, tranquilízate a ti mismo en voz alta, o escribe un nuevo guión y realízalo. Sólo recuerda que en esos primeros treinta días es muy importante tener un tema a tu disposición inmediata hacia el cual puedas cambiar tus vibraciones rápidamente. Ésa fue la única forma que encontré de empezar a vencer a mi insidioso hábito de lo "negativo”.
2. Establece un tema de cambio rápido para cada día, y encuentra algo nuevo que apreciar en ti mismo.
El tema para cambio rápido lo puedes elegir día con día. Tenlo listo de antemano para que lo uses en cuanto descubras que te sientes ansioso, un poco decaído o más o menos desalentado. Es un tema que habrás elegido previamente para tenerlo a la mano, y para que no tengas que buscar desesperadamente en qué pensar para abrir tu válvula. No pienses que encontrar algo que puedas apreciar por ti mismo es "coser y cantar".
Créeme que es difícil. Sin importar cuál pueda ser nuestra posición en la vida, la mayor parte de nosotros sentimos tanta aversión a reconocer nuestros propios atributos y talentos, que sólo pensar que tenemos que encontrar uno distinto para cada uno de los treinta días puede ser realmente inquietante. Afortunadamente, es justo esa aversión lo que hace tan valioso este ejercicio porque el proceso de sacar a la superficie un nuevo tema cada día, junto con el considerable esfuerzo necesario para mantenernos enfocados en ese asunto, o nos absorbe de tal modo mientras refunfuñamos por eso, que a final de cuentas nos olvidamos de nuestras preocupaciones externas.
Así que, ¿qué es lo que hay que apreciar? Bueno, ¿qué te parece tu cabello, lo limpio de tus uñas, tu voz para cantar, tu habilidad con los números, tu amor a los pájaros, o tu cuerpo sensacional, tu capacidad como líder, tu talento para la actuación, tus fuertes manos, lo fantástico que eres con tus hijos, tu eficiencia para un deporte, tu puesto de trabajo en la compañía, o tu habilidad como vendedor?
Aun cuando creas que no puedes encontrar treinta cosas que puedas apreciar de ti mismo, encuéntralas, de cualquier manera. Entonces, cuando alguna preocupación habitual se entrometa en tu día y te sorprendas a ti mismo en ese hipnótico estado de enfocarte -al parecer irremediablemente- en lo que te preocupa, tendrás algo aleteando en espera, para contrarrestarlo de inmediato. Cambia la conexión instantáneamente a tu tema del día.
Ahora bien, esto es importante: permanece con el tema de apreciación que hayas seleccionado para ese día, sin importar lo absurdo que pueda parecerte. En otras palabras, no saltes de un lado a otro con tu tema diario de autovaloración, sólo porque te hace sentir tonto, o porque te gustaría haber encontrado algo mejor.
Con la ayuda siempre presente de tu guía, o. lo escogiste por alguna razón, así que será tuyo durante veinticuatro horas. ¡Consérvalo!
Así, pues, piensa en tu tema de valoración del día, cuando no sientas temor. Piensa en él cualquier minuto del día en el que recuerdes hacerlo. Ese tipo de enfoque de vibración alta y concentrada, contribuirá a romper tu vibración de preocupación más rápidamente de lo que te puedas imaginar.
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Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernandez. Volumen 2: 30 Días para Implementar La Ley de Atracción