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4.- AYUDA DEL YO SUPERIOR
Como vimos, las reacciones instintivas y mentales hacen que una persona piense, sienta y actúe contrariamente a la forma en que lo haría si actuara desde su ser espiritual. Esto provoca que su vida vaya en la dirección en que el ego quiere, y esto siempre implica dolor, sufrimiento, miseria y falta de conciencia. Pero uno puede decidir la forma en que piensa, actúa y siente. Uno puede moderar las reacciones instintivas y controlar las racionales, trabajando desde la conciencia para encontrar el sentido a lo que nos sucede y actuar desde ese lugar. Para lograrlo, es necesario auto observarse con mucha atención.
¿En que ocasiones estamos actuando en forma poco conciente?
¿En que situaciones o contextos específicos es más probable que reaccionemos de manera impulsiva o evaluando la conveniencia del caso, en lugar de buscar la respuesta más sabía y amorosa? ¿Qué episodios son el detonante común de nuestros miedos y enojos?
Para facilitar tu búsqueda, te paso una clave. Existen cuatro planos que se vinculan con las reacciones que queremos observar. Son los canales a través de los cuales se manifiestan nuestras reacciones antiguas, poco concientes. Si les prestamos atención regularmente (sobre todo cuando nos vemos enfrentados a una situación problemática o una confrontación personal difícil) descubriremos por donde se están canalizando nuestras reacciones negativas.
Descubriremos en donde debemos poner mas conciencia.
Los centros de los que te hablo son:
- La Mente. Si te descubres emitiendo opiniones demasiado críticas sobre ti mismo o los demás, este es el centro que se está activando en forma negativa.
- Las Emociones. Si te encuentras atrapado por tus enojos, en medio de un ataque de ira, es en el plano emocional en donde se está gestando la negatividad.
- Los Instintos. Si reaccionas agresivamente contra un conductor que ocupó el espacio que habías elegido para estacionar, es probable que tu instinto territorial haya sido estimulado, generando el impulso energético.
- La Motricidad. Si ante una situación que produce nervios, te descubres moviendo o tocando compulsivamente alguna parte de tu cuerpo, es tu sistema motor el canal de la reacción no conciente.
DESPUÉS DE OBSERVARTE, NO TE CRITIQUES
En seguida descubrirás que plano está trabajando más intensamente en ti. Quizás ya hayas dominado tics o hábitos nerviosos en el pasado, pero aun te haya quedado la costumbre de criticar demasiado. Tal vez ya hayas aprendido a poner amor y perdón en todas tus relaciones, pero todavía reacciones impulsivamente cuando sientes que tu poder es amenazado por alguien.
Sea como fuere, no te dejes llevar por la auto crítica o la lamentación. Antes de seguir adelante, deja bien claro para contigo mismo que te amas y aceptas tal cual eres. Puedes hacerlo mirándote al espejo, en voz alta, o con una sencilla afirmación interior, en silencio, pero con sinceridad.
SIGUIENTE PASO: CONECTARTE CON TU YO SUPERIOR
Muy bien, detectaste la necesidad de empezar a actuar desde un nivel de conciencia superior, que en lugar de reaccionar con impulsos y estrategias surgidos del miedo o de nuestro yo primitivo, te conduzca a la comprensión de lo que te sucede, eligiendo soluciones creativas, positivas y amorosas.
Al principio no será fácil. Las antiguas formas de comportamiento, los tics, los enojos cuando se te "provoca", la manipulación de las situaciones para controlarlas, la crítica feroz, el miedo...volverán a aparecerse. Pero tú seguirás intentando corregirlos...en realidad, ¡hace mucho tiempo que lo haces! Y cada tanto, surgen dudas. "¿Será que no puedo?"
Muchas personas que llegan a este nivel de auto conocimiento eligen contestar a esa pregunta en forma afirmativa. Y por lo tanto, dejan sus esfuerzos a mitad de camino. Y es natural: "para que insistir cuando algo ha demostrado ser imposible" Pero creo que aun no han empezado a intentarlo, porque en ningún momento de ese proceso se han conectado con su verdadero Yo, aquel que realmente está convencido de su poder y está permanentemente guiado por el Amor y la Sabiduría. Estoy hablando -por supuesto- del Yo Superior, esa parte de nosotros mismos, conectada con la Fuente, la Luz Primordial, Dios, El Gran Espíritu.
Nuestro Yo Superior conoce la respuesta de conciencia a todas las situaciones. Comprende perfectamente el por que de lo que nos sucede. Sabe cual es la lección que existe detrás de cada situación desafiante. Conoce el modo de reparar o transformar nuestras relaciones conflictivas. Y tiene la fuerza que a veces les falta a nuestras personalidades terrestres.
Por eso, vamos a cerrar esta parte del capítulo con un ejercicio de visualización que te permitirá alinearte con tu Yo Superior, a fin de recibir sus sugerencias de manera directa, contando -de esta manera- con un maestro de tiempo completo que jamás te cobrará por sus servicios. Y que sabe exactamente lo que necesitas para evolucionar y ser feliz.
1) Siéntate cómodamente, cierra los ojos, respira profundamente, relájate.
2) Imagina que estás sentado en un lugar natural, una pradera, una montaña, una selva.
3) Siente como tus pies se conectan firmemente a la Tierra, como si tuviesen raíces que se van hundiendo más y más en el suelo. Se prolongan tanto hacia abajo, que llegan al centro de la Tierra, y allí se anudan, atándose fuertemente al núcleo metálico del planeta.
4) La energía de la Tierra sube por las raíces y por tus pies, llenando todo tu cuerpo
5) La energía que te llena es luminosa, cálida y revitalizante. Es tanta que sale por la parte superior de tu cabeza y viaja hacia el Cielo.
6) Ahora observa el lugar en el que estás. A tu derecha hay una caja de bronce, abierta. Allí vas a dejar su mente, tus pensamientos, mientras dure esta experiencia. Pon la mente allí y cierra la caja. Ahora estás liberado del pensamiento racional, de tus preocupaciones y podemos continuar.
7) A la izquierda hay una fuente con agua. Te acercas y observas. Al principio la superficie del agua está en calma pero pronto comienza a ondularse y de a poco se va formando una imagen de un ser magnifico, luminoso, radiante. Es como un Ángel, es un ser hermoso, lleno de luz y su rostro demuestra una gran sabiduría, calma y alegría. Es tu Yo superior. Eres tu mismo, cuando aceptas y amas sin condiciones ni miedos.
8) Salúdalo, envíale tu amor.
9) El sale del agua y se acerca a ti. Siente la energía de esta conexión. Ahora ustedes se funden hasta ser solo uno. Siente esa comunión entre ambos, percibe la unidad, reconoce como propias las cualidades de extraordinaria pureza, inocencia, poder y amor incondicional que tu Yo Superior te recuerda que siempre has tenido.
10) Vuelve al plano físico del que viniste, al lugar en que empezaste este viaje. Hazlo lentamente, tomando contacto con tus sentidos físicos y abriendo los ojos paulatinamente.
11) Retorna a tu estado de conciencia habitual.
2) Imagina que estás sentado en un lugar natural, una pradera, una montaña, una selva.
3) Siente como tus pies se conectan firmemente a la Tierra, como si tuviesen raíces que se van hundiendo más y más en el suelo. Se prolongan tanto hacia abajo, que llegan al centro de la Tierra, y allí se anudan, atándose fuertemente al núcleo metálico del planeta.
4) La energía de la Tierra sube por las raíces y por tus pies, llenando todo tu cuerpo
5) La energía que te llena es luminosa, cálida y revitalizante. Es tanta que sale por la parte superior de tu cabeza y viaja hacia el Cielo.
6) Ahora observa el lugar en el que estás. A tu derecha hay una caja de bronce, abierta. Allí vas a dejar su mente, tus pensamientos, mientras dure esta experiencia. Pon la mente allí y cierra la caja. Ahora estás liberado del pensamiento racional, de tus preocupaciones y podemos continuar.
7) A la izquierda hay una fuente con agua. Te acercas y observas. Al principio la superficie del agua está en calma pero pronto comienza a ondularse y de a poco se va formando una imagen de un ser magnifico, luminoso, radiante. Es como un Ángel, es un ser hermoso, lleno de luz y su rostro demuestra una gran sabiduría, calma y alegría. Es tu Yo superior. Eres tu mismo, cuando aceptas y amas sin condiciones ni miedos.
8) Salúdalo, envíale tu amor.
9) El sale del agua y se acerca a ti. Siente la energía de esta conexión. Ahora ustedes se funden hasta ser solo uno. Siente esa comunión entre ambos, percibe la unidad, reconoce como propias las cualidades de extraordinaria pureza, inocencia, poder y amor incondicional que tu Yo Superior te recuerda que siempre has tenido.
10) Vuelve al plano físico del que viniste, al lugar en que empezaste este viaje. Hazlo lentamente, tomando contacto con tus sentidos físicos y abriendo los ojos paulatinamente.
11) Retorna a tu estado de conciencia habitual.
Nota: en encuentros siguientes puedes hacerle preguntas, pedirle consejo, escuchar sus mensajes.
Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capítulo 106 Volumén 2: Autoconocimiento y Transformación Personal