Rompiendo las Barreras que nos detienen |
"El problema no es que no se puede ver la solución
generalmente, no se puede ver cual es el problema"
Chesterton.
Chesterton.
Necesitamos saber qué pasa en nuestro interior para poder saber qué tenemos que dejar marchar. En lugar de ocultar nuestro dolor podemos liberarlo totalmente.
Comprender los obstáculos que nos traban
Las pautas de odio a uno mismo, de culpa y de autocrítica elevan los niveles de estrés y debilitan el sistema inmunológico.
Ahora que sabemos algo más sobre el poder que hay en nuestro interior, echemos una mirada a lo que nos impide emplearlo. Pienso que casi todos tenemos barreras de uno u otro tipo. Incluso cuando trabajamos muchísimo en nosotros mismos y despejamos los obstáculos, siguen apareciendo nuevas barreras. Muchas personas se encuentran tantos defectos que llegan a creer que no valen lo suficiente y que nunca lo lograrán.
Lógicamente, si encontramos cosas malas en nosotros, también las encontraremos en los demás. Si aún continuamos diciendo: “No puedo hacer eso porque mi madre me dijo..., o mi padre me dijo...”, eso quiere decir que todavía no hemos crecido. De modo que ahora necesitas eliminar las barreras, y tal vez aprender algo diferente, algo que aún no sabes. Tal vez alguna frase que encuentres en este libro te sirva para poner en marcha un nuevo pensamiento. ¿Te imaginas lo maravilloso que sería que cada día aprendieras una idea nueva que te ayudara a dejar atrás el pasado y a crear armonía en tu vida? Cuando tomes conciencia y comprendas el proceso individual de la vida sabrás qué dirección tomar.
Si empleas tus energías en conocerte a ti mismo, finalmente verás qué problemas y asuntos necesitas disolver. Todos tenemos desafíos en la vida. Todo el mundo. Nadie pasa por la vida sin encontrárselos; si no fuera así, ¿qué objeto tendría venir a esta escuela particular llamada Tierra? Algunos tienen los desafíos de la salud, otros los de las relaciones, los de la profesión o los económicos. Algunos tenemos desafíos en todas estas áreas, en mayor o menor grado.
Creo que uno de los mayores problemas consiste en que muchos de nosotros no tenemos la menor idea de qué es lo que necesitamos dejar atrás. Sabemos lo que no funciona y sabemos lo que deseamos, pero no sabemos qué es lo que nos mantiene estancados. Así pues, dediquemos el tiempo necesario a echar un vistazo a los obstáculos que nos traban.
Tómate un momento para pensar en tus propias pautas de comportamiento, en tus problemas y en las cosas que te traban, y observa en cuál de estas categorías entran: crítica, temor, culpa o resentimiento. A estas categorías yo las llamo Las Cuatro Grandes, ¿Cuál es tú predilecta? La mía es una combinación de crítica y resentimiento. Tal vez la tuya también sea una combinación de dos o tres. ¿Es temor lo que siempre surge? ¿O es la culpa? ¿Eres muy crítico o rencoroso? Permíteme que te diga que el rencor es rabia acumulada. De modo que si crees que no te está permitido expresar la rabia que sientes, entonces es que has acumulado muchísimo rencor.
No podemos negar nuestros sentimientos. No podemos ignorarlos cómodamente. Cuando me diagnosticaron el cáncer, tuve que mirarme con toda claridad. Tuve que admitir algunas tonterías sobre mí que no deseaba admitir. Por ejemplo, que yo era una persona muy rencorosa y llevaba en mi interior una enorme amargura por el pasado. Un día pensé, ya no tienes tiempo para continuar permitiéndote eso. Tienes que cambiar, de verdad.» O, como lo expresa Peter Mc Williams: “Ya no puedes permitirte el lujo de tener ni un solo pensamiento negativo”.
Continuará...
Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capítulo 114 Volumén 2: Rompiendo las Barreras que nos Detienen