El rompimiento
"¿Debería-no debería?", "¿debería-no debería?". Todos hemos pasado por eso. Por ese perturbador periodo cuando sabemos que es tiempo de hacer algo, pero las respuestas simplemente parecen no llegar. O no queremos aceptarlas.
Si tú has explorado los "dentro" y "fuera" de la creación reflexiva con la Ley de la Atracción, y tu pareja no, tal vez se aparten un poco, a menos que tu buena y vieja pareja se encarrile. Si le has ofrecido pinturas y pinceles hasta ponerte morado, sin obtener respuesta, entonces podría estar queriendo separarse un poco. O tal vez están listos para separarse totalmente. En una u otra manera, demos una mirada a algunas nuevas formas de considerar ese tipo de rompimiento.
Primero que nada, tenemos aquí una más de esas palabras emocionalmente cargadas con la que es preciso lidiar. Esta vez es "relación". Sin duda, no ocupa uno de los primeros lugares en la lista de "sentirse bien" para la mayor parte de la gente. Sólo piensa que esa palabra ejerce casi tanta fuerza negativa como "dinero". Tal vez se inició con nuestra propia familia, o quizá lo hizo con nuestra conflictiva relación de pareja, o con ambas cosas. No importa. La misma palabra "relación" evoca un puñado de anhelos y estremecimientos mezclados en el mismo suspiro.
Así que es razonable (antes de volvemos creadores reflexivos) que cuando tenemos un rompimiento, nos enfrentemos a esa posibilidad, o incluso si ya hemos pasado por una, la idea de involucrarnos en otra nueva enredada telaraña no siempre nos resulte atractiva. Y sin embargo, eso es lo que hacemos, nos lanzamos de nuevo a formar otro dueto con el mismo patrón, u otro peor. Sólo cambian los actores.
¡Tenemos que transformar el libreto! Si queremos que sea diferente, lo mismo ahora que con la próxima relación, tenemos que verlo y sentirlo de manera diferente. Si queremos algo diferente, tenemos que cambiar el libreto.
Digamos que tú te has salido de eso y ahora estás viviendo solo. Estás disfrutando de esa rutina que creaste deliberadamente y, por tanto, has decidido que estás listo para una nueva aventura, con una nueva pareja. Pero, ¿qué es en lo primero que piensas? ¡En la anterior! Y nueve de cada diez veces, ese pensamiento viene saturado de pesadas vibraciones negativas. Igual que la atractiva modelo que no podía conseguir el tipo de pareja que quería, quedas atrapado de nuevo al estar atrayendo un clon de tu relación anterior, o algo peor.
Tienes que cambiar el libreto y enviar esas vibraciones a las que te has aferrado... ¡Fuera! Tienes que fabricar, de algún modo, un sentimiento distinto acerca de tu ex. Si no lo haces, si sigues aferrado, como si en ello te fuera la vida, a los resentimientos, las furias y los enojos, tu próxima relación no podrá ayudarte, sino que será del mismo tipo que las anteriores o incluso peor, porque ésa es la vibración que estás produciendo: resentimientos, furias y enojos. Lo que tú vibras es lo que recibes. No puedes vibrar con pensamientos de regreso a "otra vez lo mismo" y esperar obtener algo totalmente diferente, "mucho mejor".
Esto podría no ser una buena noticia para ti; pero las relaciones nunca mueren. Nunca cesan. En virtud de que los dos (o los tres, o los veinte) han estado juntos en una casa, en una oficina, en un club, tienen una conexión vibrátil que nunca cesa. Así que si dejas que uno de esos lazos siga siendo negativo... bueno, ya sabes el resto. Esa vibración irradiará por siempre de ti buscando otras semejantes. Tal vez viviste con un golpeador, o con un simple chiflado; si no quieres más de lo mismo, tienes que encontrar algo que te guste de ese tipo, algo que puedas apreciar, para que rompas la conexión con sus vibraciones negativas.
De otro modo, sin importar qué tanto esperes entre una pareja y otra, sin importar qué grado de "curación" pienses que has logrado, atraerás las mismas cosas desagradables que no te gustaban de tu ex, porque sigues enfocado en ellas, protestando por ellas, hablando con tus amigas de cuánto te alegra haberte liberado de ellas, sin mencionar el hecho de que todavía estás furioso contigo mismo por haberlas soportado tanto tiempo. Si estás pensando en eso, y sintiéndolo, estás vibrando todavía con ello, así que eso es lo que vas a atraer.
Lo mismo sucede cuando nos concentramos en culpar a nuestros padres. Obtenemos aquello en lo que nos enfocamos, así de sencillo. Por tanto, es un hecho que si la pasaste mal en tu infancia y sigues aferrado a esos recuerdos, atraerás algo similar en algún tipo de relación: en el matrimonio, con tus vecinos o en el trabajo.
Pero, volvamos a tu actual situación, digamos que estás todavía involucrado en la relación, que sigues viviendo o trabajando con un interrogante: si debes seguir ahí o no. Ahora es el momento de desviar tu enfoque de las condiciones, preguntarte a ti mismo qué te ha estado molestando y empezar a revertir esas vibraciones negativas. Eso puede o no modificar tu actual relación, pero definitivamente desviará tu Enfoque del problema, de modo que podrás obtener algunas respuestas, porque sólo puedes obtener respuestas (inspiración, ideas, etcétera) cuando desvíes tu enfoque del problema y te muevas hacia una frecuencia más alta.
Así que ámalas, lo mismo si merecen tu amor o no; aprécialas, sin importar qué tan justificado pueda estar .clavar alfileres en la muñeca de vudú que las representa. Rompe la cadena de atracción negativa, y entonces podrás encontrar tus respuestas a si debes irte o quedarte así. Y si te vas, no atraerás un clon en la misma frecuencia negativa.
Cadena de dolor
Tenía una amiga que solía hablarme, más o menos un mes sí y otro 110, desde diferentes Estados del país, para descargar en mí sus problemas, que eran muy graves. La mayor parte de esto sucedió antes de que supiera algo sobre absorber -y ser atraído por-las vibraciones negativas de otra persona. Esta rutina continuó durante años, una interminable sucesión de los mismos viejos problemas que se hacían cada vez más grandes a medida que pasaba el tiempo.
Con cada llamada telefónica me apresuraba a unirme a sus sentimientos negativos, pensando que con eso la estaba ayudando. Le mostraba mi empatía, mi conmiseración, simpatizaba con ella, hasta que me sentía tan mal, que tenía que salir a caminar y ponerme en contacto con la naturaleza, para equilibrarme un poco después de colgar.
Sin saberlo, no sólo estaba fomentando su negatividad, sino que la estaba enganchando energéticamente alrededor de mí. Era horrible y no sabía cómo detenerla; mucho menos decirle que ya no me llamara más, pues no tenía el corazón para hacerlo. Para empeorar las cosas, incluso cuando no estaba hablando con ella por teléfono, la imaginaba en medio de sus desastres, rodeada de carencias, una bomba de tiempo caminando en espera de explotar en otro enredado predicamento.
Cuando finalmente tuve la imagen de lo que estaba haciendo en el ámbito de las vibraciones para las dos, empecé a enviarle pensamientos diferentes, imaginándola con prosperidad, felicidad, alegría, etcétera, aunque, con franqueza, no fue fácil. Ella no quería salir de su desventura y, seguramente, no quería tener nada que ver con mis pinturas y mis pinceles.
Finalmente, un día me llamó, me saltó un rosario de quejas por estar en desacuerdo con ella, me llamó cruel, despiadada, egoísta y unas cuantas coloridas joyitas más, que no me molestaré en repetir. En cierta manera, tenía razón, ya que yo no estaba dispuesta a unirme más a su cadena de dolor. Tenía que dejar que se hundiera o me hundiría con ella de nuevo, algo que yo ya no estaba dispuesta a hacer. No he vuelto a saber de ella desde entonces, pero continúo viéndola dentro del mejor libreto que puedo imaginar. Tal vez algún día.
Por más que lo intentemos, los paquetes de "arréglalo" no funcionan. Cuando decidimos que alguien necesita "arreglo" (como lo. estaba haciendo con mi amiga), todo lo que estamos haciendo es verlos como "mal", transmitiéndoles más energía negativa.
En cambio, si podemos encontrar algo -cualquier cosa que apreciar en ellos y plantamos las semillas para que -germine en ellos un nuevo y potencial crecimiento con nuestras vibraciones positivas, abriremos la posibilidad de un cambio.
Si quieres ayudar a alguien a salir de su sufrimiento, enviarle un sencillo: "Todo va a estar bien", generalmente lo tranquilizará y le dará la posibilidad de "sentirse bien" un momento. Aunque suene excesivamente optimista, es un alivio para ellos y a ti te da un respiro. Ahora están en un lugar donde puede no aceptar tus pinturas y pinceles. Si eligen no hacerlo, que así sea. Pero unirse a ellos, incluso con compasión y de todo corazón, sólo contribuirá a su desdicha al magnificar las vibraciones negativas: las de ellos y las tuyas.
Toda persona en este planeta tiene en su interior su propia guía para encontrar su propio camino, si así lo elige. Pero algunas veces tenemos que dejar que se hundan si ésa es su decisión, o nos hundiremos con ellos también, conectados por medio de vibraciones a su cadena de dolor.
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Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capítulo 100 Volumén 2