El universo como gerente de ventas
Los negocios van lentos y te gustaría generar más ganancias. Tal vez estás pensando en que deberías aumentar las ventas, asociarte con otra empresa, conseguir un mayor presupuesto para publicidad, y todas las otras viejas alternativas de siempre para resolver el mismo viejo problema: cómo generar más dinero.
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Aquí está una sugerencia: obtén un poco de energía de grupo y ponla a funcionar. A diferencia de los vendedores de Chuck que se enfocaron en resultados individuales, tu grupo deberá elaborar un guión, o una historia, acerca de tus deseos para la compañía (los cuales finalmente también serán para ellos mismos).
Lo que pretendes conseguir es magnetismo grupal. La energía enfocada de cualquier grupo se multiplica a sí misma en energía, ya sea positiva o negativa; así que en este caso se podría hablar de una dinámica increíble de sinergia. Si tienes sólo dos personas con su energía enfocada en una meta, esa energía se multiplicará por dos, así es que se vuelve el equivalente a cuatro. Por tanto, si tienes a un grupo de personas concentradas en una sola meta, tendrás también una gran fuerza magnética y un enorme potencial para el cambio, siempre y cuando la mayoría no vuelva al viejo modo de pensar de: "no se puede hacer".
Contrariamente a la muy extendida creencia surgida de la Revolución Industrial, generar más dólares que el promedio no requiere de contratar más vendedores; se trata de lograr que los vendedores con los que cuentas adquieran el hábito de tener expectativas más elevadas, mental y emocionalmente, escribiendo nuevos guiones para la empresa. Toda compañía de éxito ha hecho precisamente eso, sin importar cómo lo hayan llamado en cada caso: contratos brillantes, sensacional campaña de publicidad, buenos precios, producto extraordinario, personal de ventas bien motivado. Si la mayoría de los empleados no espera que suceda, no sucederá.
Así, pues, si puedes lograr que todos y cada uno de los miembros de tu grupo sientan el deseo de obtener un buen contrato, que se sientan orgullosos por haber conseguido una firma, que vean/sientan a un número considerable de clientes en la tienda, que vean cómo llega el éxito mientras sienten el valor que ha significado su propia contribución a ese éxito, la fuerza expuesta a este tipo de magnetismo será colosal. Cambiará para siempre la forma en la que hagas negocios.
Sólo recuerda...
1. No se trata de dinero, sino de ver cómo estás haciendo fluir tu energía. El dinero llegará cuando dejes de pensar en lo que te falta. No puedes pensar en: "no tengo dinero suficiente" y sentir otra cosa que no sea una emoción negativa que interrumpe el flujo. Así que busca más maneras de abrir tu válvula.
2. Los instructivos siempre acompañan a la inspiración. Así que olvídate de pensar en cómo hacer las cosas. Las instrucciones para hacerlas aparecerán de algún modo.
3. Gasta emocionalmente todo el dinero que quieras, una y otra vez, para dar a tu energía nuevas salidas. No puedes decir: "Denme una cantidad de dinero y entonces decidiré qué hacer con el". Decide primero lo que vas a hacer con él; esto último es lo que permite que la energía se mueva. La energía del dinero necesita salidas. Si no hay salidas, no hay dinero.
4. Créate el hábito de gastar dinero emocionalmente. Observa todas las cosas que se ofrecen en los aparadores y di: "¡Me gustaría eso!" "¡Oh, me gustaría eso, también!" "¡Oh, miren eso, es ideal para mí!" ..., y así sucesivamente, mientras te introduces en el sentimiento de tenerlo. De esa manera, tendrás funcionando a toda velocidad el impulso de "quiero". Te encontrarás inmerso en circunstancias que atraerán el más intenso de esos deseos a tu realidad, o que abrirán las puertas a nuevas posibilidades.
5. ¡Ábrete para recibir! Coloca letreros como éste en toda tu casa: "¡ABIERTO PARA RECIBIR!" Coloca tu intención de que vas a eliminar todos los "deberías" y "no deberías" y de que vas a aprender cómo recibir. Conviértelo en un "quiero". "Quiero aprender a recibir". Entonces sobreponte al sentimiento de culpa y al de ser víctima, que dicen que tú sólo eres buena persona cuando das, y descártalos como la basura dogmática que son.
6. No evalúes los resultados demasiado pronto. No se puede escribir un guión o una historia el día de hoy, y preguntar mañana: "¿Dónde están?". Analiza tus disculpas. Jamás atraerás el dinero si cierras tus válvulas con disculpas como: "No tengo suficiente preparación" o "Sólo contratan a los parientes de los propios empleados", "Me entrevistó un inepto", "Llegué en un momento inoportuno", etcétera. Aun cuando hayas "acondicionado" o visualizado perfectamente la situación y cuentes con todos los requisitos necesarios, nada de eso te servirá si permites que las disculpas se interpongan en tu camino.
7. Si tienes demasiada gente negativa en tu vida que en estos momentos está hundida profundamente en el sentido de carencia, eso indica claramente en qué frecuencia estás aún sintonizado. Será mejor que revises tu situación.
8. ¿Quieres evaluar cuánta negatividad hay en tu vida? Verifica cuánto dinero estás recibiendo. Para aquellos de nosotros que hemos tenido que luchar por el dinero la mayor parte de nuestra vida, la salida de tan considerable cantidad de energía negativa significa la entrada de muy pocos dólares. Para nosotros, el dinero viene, o se mantiene lejos en proporción directa a la energía negativa que estamos o no emitiendo.
9. Y; finalmente, recuerda siempre que lo que has sido hasta ahora ¡no tiene nada que ver con lo que puedes ser! Si has tenido tiempos difíciles toda tu vida, ahora tienes las herramientas para transformar por completo la situación. Si no has logrado cerrar las ventas que querías, si no has recibido salario, el reconocimiento, el éxito, la paz, la felicidad y la prosperidad total que te hubiera gustado tener, todo está listo para que lo cambies.
¿Qué tan rápido? Sólo tienes que empezar a fluir de manera diferente y con regularidad, y un nuevo mundo te seguirá tan certeramente como la noche sigue al día. Tienes que hacerlo. Es una ley cósmica, la física del universo.
Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capítulo 99 Volumén 2