"Algunas veces vivimos nuestras vidas encadenados sin saber que nosotros tenemos la llave." - H. W. Arnold
Por lo regular los buscadores de temas de autoayuda buscan mejorar un aspecto de su vida, algo que sienten que no camina bien: amor, trabajo, familia, salud, espiritualidad y/o principalmente dinero. Este capítulo esta dedicado a la conexión de Dinero con la Ley de Atracción, muy bien, vayamos a eso... ¡DINERO! Dinero, dinero, dinero. Suena bien, El titulo del capítulo atrae ¿verdad? ¿O no? Pongámoslo de otro modo. ¿Cómo te hace sentir esa palabra, este tema? ¡Sinceramente!
Cada palabra que pronunciamos, lleva consigo su propio sello de vibración peculiar acerca de lo que estamos hablando. Dependiendo de cómo nos educaron, y de la perspectiva de la vida que hayamos adquirido individualmente, cargamos cada palabra que decimos con una vibración exclusiva y personal. La palabra "Dios", por ejemplo, puede provocar una respuesta de vibraciones intensamente positivas o profundamente negativas, dependiendo de quién la diga -y quién la escuche-, del ambiente en el que se diga y de aquello con lo que la asociemos.
Tenemos una enorme carga de esas asociaciones de palabras en nuestro lenguaje, pero sólo hay una palabra que puede reclamar el derecho de ser consistentemente merecedora del Premio a la Palabra más Negativa del Mundo. Esa palabra es"dinero". La palabra dinero es la más cargada de emoción, en cualquier idioma que se utilice. De verdad ya no se que es más un tabú en nuestra sociedad: El sexo ó el dinero.
Para la mayoría de nosotros, las creencias relacionadas con la palabra dinero son tan increíblemente intensas, que en el momento en que la decimos, pensamos o escuchamos, enviamos un cúmulo de vibraciones negativas por todo el lugar. Desde luego, lo único que logramos con ello es crear un muro impenetrable a nuestro alrededor, que garantiza que bloqueemos la más buscada comodidad que con tanto ahínco hemos querido tener en nuestra vida. Tan sólo al pronunciar ese tonto conjunto de sonidos, estamos alejando la cosa que más deseamos.
Pero, ¿cómo es eso? Después de todo, es un asunto muy claro, ¿no? Oro, plata, monedas, billetes, documentos, ¿a qué suenan, entonces? Más que a otra cosa, a algo como a "toda esa miseria". Desde que éramos niños, la mayoría de nosotros aprendimos que la palabra dinero equivale a lucha: "deberías", "tienes que", "tengo que", "debo".
Aprendimos lo importante que era el tema para mamá y papá, los tíos y las tías, así como para los amigos adultos de la familia.
Aprendimos también a sentir la ansiedad que rodea a la palabra, así como la angustia que provoca.
Aprendimos, la mayoría de nosotros, que era el principio y el fin de lo que creemos que es la vida; así que lo mejor era asegurarnos de tenerlo, ¿o no?
En realidad, ese aprendizaje comenzó antes de que siquiera empezáremos a caminar, desde los días en los que nos encontrábamos en el útero materno, desde donde absorbimos todas las vibraciones que producían las luchas y los temores de nuestros padres. Así, fuimos arrojados a este mundo, como Don Quijote, con esa descabellada programación innata que dice que el más poderoso adversario al que nos enfrentaremos en la vida es eso que llamamos dinero, el dragón contra el cual tenemos que luchar hasta la muerte. ¡Y la mayor parte de nosotros lo hace!
Debido a que nunca aprendimos acerca del flujo de energía y del tener vibraciones negativas, pasamos la vida con válvulas herméticamente cerradas sobre ese tema, sosteniendo una batalla que nunca podemos ganar, hasta que nos sentimos tan cansados, tan desalentados, tan deprimidos, que nuestro cuerpo finalmente responde al eterno negativismo y morimos. ¡Vaya dulce vida!
Viejas creencias tergiversadas
Desde que se creó el primer dinero legal, nadie ha tenido suficiente de él. Así es que cuando pensamos en dinero, inmediatamente agregamos "no hay suficiente", ¿empiezas a tener una idea clara del problema? Dinero equivale a no suficiente, lo que equivale, a la vez, a carencia, lo cual significa vibraciones de "sentirte mal", lo que, por supuesto, nos proporciona una buena cantidad de lo que menos queremos: ¡carencia!
La buena noticia es que no tenemos que quedarnos ahí, y que podemos desenterrar todas esas viejas creencias, ya caducas, para permitimos que fluya la abundancia; por fortuna, simplemente tenemos que contrarrestar el cúmulo de ideas negativas acerca del dinero que durante décadas la sociedad ha creado y respaldado; creencias tan injustas como:
- "Necesitas trabajar arduamente para conseguirlo".
- "El dinero debe ganarse."
- "No obtienes algo por nada."
- "El dinero llega con dificultad."
- "Es difícil ahorrar dinero."
- "Nunca tengo lo suficiente."
- "Sale con más rapidez que con la que entra."
- "El dinero es la raíz de todos los males."
- "Necesitamos ahorrar para el retiro."
- "Seré feliz cuando lo tenga" (lo que significa: "No puedo ser feliz ahora").
- "Uno debe trabajar duro para obtener verdaderas recompensas. "
- "El dinero no crece en los árboles."
Repite cualquiera de estas frases en voz alta, y observa cómo te sientes. ¡Nada bien! y; sin embargo, ésas son las ideas que nos enseñaron, con las que crecimos, con vibraciones tan arraigadas en nosotros, que hemos llegado a creer que el dinero es nuestra única llave hacia la libertad. Y; bueno, no quiero decir nada más acerca de eso.
Lo que nos confunde es que pensamos que el dinero tiene que ganarse, que se tiene que luchar por él y que se tiene que trabajar arduamente para obtenerlo. Y; sin embargo, el dinero, como todo lo demás, no es más que energía. Y atraerlo, como sucede con todo lo demás, sólo requiere de un proceso de flujo de energía. ¡Ha llegado el momento de escribir un nuevo guión!
Continuará...
Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capítulo 99 Volumén 2