La persona hostil tiene poca confianza en el prójimo.
La hostilidad es una actitud de desconfianza cínica, resentimiento y antagonismo interpersonal; es una disposición para ver a los demás como probables fuentes de maltrato, frustración y provocación. Puede llegar al odio y al enojo crónico.
La persona hostil tiene poca confianza en el prójimo, suele ver a las personas como deshonestas, antisociales, inmorales, inferiores y que cree que se les debe hacer pagar por sus faltas.
Psicológicamente, la hostilidad se ha definido como un rasgo de personalidad que incluye un componente cognoscitivo en el que se tienen creencias y actitudes negativas sobre y hacia los otros; un componente afectivo, que incluye varios estados emocionales, entre los que se encuentra el enojo, la molestia, el resentimiento, la irritabilidad el disgusto o el desprecio y un componente conductual que es la agresión, la cual se puede expresar tanto física como verbalmente.
El peligro de odiar
Esta actitud afecta la salud física y emocional de las personas hostiles. Son más vulnerables de padecer enfermedades cardiovasculares; incluso, se ha encontrado que los episodios frecuentes y extremos de enojo producen niveles elevados de respuestas endocrinas y cardiovasculares que contribuyen al desarrollo y exacerbación de enfermedades cardiovasculares.
En el aspecto psicológico, por sus creencias típicas (desconfianza, expectativas de hostilidad), las personas hostiles tienden a comportarse de forma desagradable o antagónica hacia los demás.
A su vez, este tipo de conductas puede crear conflictos interpersonales o producir conductas hostiles similares por parte de la gente que los rodea. Una vez establecido este ambiente social negativo, se confirman las expectativas pesimistas y cínicas de estos individuos, lo que resulta en un ambiente mucho más estresante y que carece de apoyo social adecuado.
Algunas personas hostiles tienen una falta de introspección o no están conscientes de sus propias tendencias antagónicas; otras no se han dado cuenta de su nivel de hostilidad. Si tu agresión te ha llevado a provocar actos de violencia o podría hacer que tú u otras personas terminen heridos o si haz notado que tu agresión te causa problemas en el trabajo, con tu familia o amistades, no esperes, consulta a un especialista en trastornos del comportamiento, como un psiquiatra o un psicólogo.
¿Que tan hostil eres?
Para conocer tienes altos niveles de hostilidad puede contestar el siguiente cuestionario. Califica como 0 (No, ausente), 1 (Sí, algunas veces), 2 (Sí, frecuentemente) las siguientes aseveraciones:
1.- Creo que mucha gente exagera sus desgracias para que los demás los compadezcan o los ayuden.
2.- La mayoría de la gente miente para salir adelante.
3.- La mayor parte de la gente es honrada por temor a ser descubierta.
4.- Siento que, frecuentemente, he sido castigado sin motivo.
5.- Muchos me tienen mala voluntad.
6.- Familiares y amigos tienen hábitos que me irritan o molestan mucho.
7.- La gente me desilusiona con frecuencia.
8.- No me enojo fácilmente.
9.- No culpo a las personas que se aprovechan de otros.
10.- De vez en cuando no puedo resistir las ganas de hacerle daño a los demás.
11.- Me siento como pólvora a punto de explotar.
12.- Me meto en peleas frecuentes.
13.- Me he alejado de las personas por temor a hacer o decir algo que pudiera lamentar después.
14.- Comúnmente, me mantengo aislado de las actividades de mis compañeros y amigos.
Entre es tu mayor puntaje mayor es tu nivel de hostilidad.
Calificación:
De 0 a 8 puntos: nivel bajo de hostilidad
De 9 a 17: hostilidad media,
De 18 a 28: alto nivel de hostilidad.
Fuente: Quo