"La situación en que te encuentras es por que alguna vez lo pensaste "Uno es lo que piensa."- Alvin Toffler
Analizamos en el capítulo anterior de cómo se da el mecanismo de la Ley de Atracción, como este efecto no distingue entre bueno y malo, lo conveniente e inconveniente simplemente es un imán. Por ello, es tan importante para nosotros como primer paso, entender las emociones negativas, saber cómo funcionan sutilmente, cómo identificarlas, por qué continuamos teniéndolas y, curiosamente, cómo es que desempeñan un papel tan trascendente en el proceso de tomar el control. Así que, por favor, no veas este capítulo sobre lo "negativo", como negativo, pues en realidad estamos hablando del componente secreto para lograr llegar a donde queremos. Hacer evidente el trabajado del subconciente respecto a la energía negativa que hemos generado, es el primer paso para cambiarlas a positivo.
La mayoría de nosotros hemos ido creando nuestros días desde que asistíamos al jardín de niños, a enfocarnos en todas las cosas que no nos gustaban ni queríamos, y que nos hacían sentir impotentes, al tiempo que observábamos cómo empeoraban. Hemos vivido una vida en la que la mayor parte del tiempo nos sentimos a merced de fuerzas que operan fuera de nuestro control.
Quiero decir, ¿cuántos de nosotros asumiríamos la responsabilidad por tener un jefe detestable, por haber sido víctimas de un robo, por haber sido despedidos o por haber contraído una fuerte gripe? ¿y cuántos de nosotros culpamos al gobierno, a la economía, a nuestras familias, a la compañía donde trabaja o al "sistema", de todo lo malo que nos sucede en la vida? Sinceramente, ¿estaríamos dispuestos a aceptar la responsabilidad de todas las cosas que nos han sucedido?. No necesariamente estamos hablando de casos extremos, simplemente ¿cuántos de nosotros estamos plenamente satisfechos de accesar a la abundancia de Universo?
Lo que está mal es lo que está mal
No podemos vibrar con energía negativa de cualquier tipo y en cualquier cantidad, por pequeña que sea, y ser felices. Y eso significa cualquier cosa, desde estar un poco irritables o un tanto indiferentes, hasta vivir con temor permanentemente. Es fisiológicamente imposible ser feliz con ese tipo de energía fluyendo desde nosotros, porque estamos emitiendo dos vibraciones diferentes que activan dos resultados distintos, tanto externos como internos.
Las víctimas, como lo hemos sido todos en uno u otro momento, que ven al mundo como el resultado de incontables circunstancias sobre las cuales creen no tener control. Todos hemos estado ahí, o estamos todavía. Sólo es cuestión de cuánto del mito de la víctima hayamos escogido para vivir. Pero no tenemos por qué quedamos ahí. De hecho, una vez que empieces a constatar realmente los efectos del magnetismo, te será muy difícil pasar por alto esta evidencia que brilla intensamente: nuestras vidas han sido moldeadas por el diario fluir de nuestra energía, no por la suerte, el destino, las circunstancias o un tío rico. Si analizas que hemos pasado décadas enteras tratando de hallar todo lo que está mal y, por tanto, enfocándonos en todas las cosas de nuestro mundo que no nos gustan, no queremos, o quisiéramos cambiar, no es de asombrar que hayamos atraído tantas desdichas y desventuras. Ningún ser humano puede estar tan continuamente desconectado de su fuente de energía y llegar a donde sea que quiera ir.
Así que aquí va un rayo de luz: "Vivir la vida continuamente como víctima de las circunstancias, enfocado siempre en lo malo que hay en todo y en todos, jamás nos proporcionará la existencia que deseamos. Sólo nos traerá una cosa: más de aquello que queremos tan desesperadamente cambiar".
Receta para crear
La receta para crear cualquier cosa es realmente sencilla: toma sentimientos buenos o malos (lo que se traduce en vibraciones positivas o negativas), hornea con diversos grados de emoción para aumentar el magnetismo, y resultará lo que hayas atrado, te guste o no. Todo aquello en lo que nos hemos enfocado y la manera en la que hemos vibrado respecto a ello, es lo queremos recibido, desde el día de nuestro nacimiento. Significa que hemos estado enfocados en lo que no queremos... ¡durante años!
Sólo toma dieciséis segundos enlazar nuestras vibraciones con aquello en lo que nos estamos enfocando. Así es, sólo dieciséis segundos de pensamiento puro, enfocado, bueno o malo,negativo o positivo. En ese breve tiempo, empezamos a vibrar en la misma frecuencia de lo que estamos pensando emocionalmente, lo que significa que estamos listos para atraer eso mismo que pensamos.
No es necesario decir que todos hemos tenido un montón de cosas en las que hemos pensado una y otra vez, en repetidos segmentos de dieciséis segundos, todos ellos con vibraciones de frustración, tensión y preocupación, sobre las incontables rosas que no queremos, que no nos gustan y no sabemos cómo manejar, o que pensamos que no podemos soportar. Lo anterior explica por qué durante la mayor parte de nuestra vida hemos estado atrayendo continuamente más de lo mismo. . Hasta ahora, ésa ha sido la manera fundamental en que hemos construido nuestra vida, produciendo una incesante corriente de tensión negativa, de la cual podríamos prescindir.
Recuerda, no estoy hablando de la explosiones de negatividad, simplemente la vida cotidiana, sólo de ese eterno murmullo interior de:"Tenemos que arreglarlo, tenemos que hacerlo mejor, tenemos que hacer lo correcto, tenemos que encontrar la manera", al cual llamamos inquieta calma o nudo en las entrañas. Y por el otro lado de la misma moneda, le llamamos: "Tenemos que aceptarlo, tenemos que vivir con eso, no puedo hacer nada al respecto, me guste o no". La misma cosa, las mismas vibraciones.
Continuará...
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Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capitulo 94 Volumén 2