Cómo ser Feliz: ¿Cómo te expresas? 8/8


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¿Cómo educas a tus hijos?

¿Haciendo? ¿O dejando hacer? La fórmula mágica no existe. Pero un camino se ha de trazar. Si me lo permites te daré unas pautas que cada familia habría de aplicar a su manera:

CARICIAS POSITIVAS, DISCIPLINA, ALEGRÍA, IDEAL DE VIDA

Caricias positivas físicas, psíquicas y verbales. No dudes en acariciar a tus hijos. Ellos lo necesitan aunque no lo parezca. Te explicaré algo que funciona, se trata de sorprenderles haciendo cosas bien hechas y alabárselas. Si una actitud tiene éxito, las personas humanas tendemos a repetirla. Reconociendo las actitudes positivas de nuestros hijos, estamos potenciando su buen comportamiento, y en muchas ocasiones será suficiente, reconociendo la buena voluntad de una acción.

Disciplina firme y exigente. No dejes pasar nada por alto. Pero hazlo con dulzura. Recuerda la mano de acero enfundada en guante de seda. Has de cuidar la forma de criticar una actuación incorrecta. Los hijos reaccionan con odio o rebeldía si la crítica es demasiado dura, cuando no sólo se critica lo importante sino también las tonterías, cuando en la crítica se recuerdan situaciones pasadas, cuando se desvaloriza la persona. Procura no corregirlos delante de otras personas ajenas a la familia.

La alegría es equilibrio, y éste se transmite. Es un ingrediente básico en esta fórmula, es el elemento compensador.

El ideal de vida es el ideal que hemos de transmitir a nuestros hijos y con el que hemos de ser consecuentes. Se ha de predicar con el ejemplo. Si bajamos el listón con nosotros mismos, ellos lo ven.

Y este "ideal" comprende unas cuantas cosas:
-La fe que profesa, ¿cómo se pasa a los hijos?
-En la relación con la familia ¿cuánto tiempo le dedicamos?
-Los padres como pareja, ¿qué imagen transmitimos?
-Los abuelos, ¿los tenemos en un rincón? El ocio, ¿cómo distribuimos el tiempo?
-La naturaleza, ¿cómo la vivimos?
Para concluir, algo importante "los hijos, si no obedecen, mandan".

¿Cómo mandas?

Hay mucha lectura de lo que ha de hacer, pero poca encontraremos de lo que no ha de hacer un jefe. ¿Qué es lo que no se ha de hacer en un puesto de mando?

-Demostrar favoritismos: las personas tenemos la percepción muy desarrollada en los agravios comparativos. Cualquier diferencia de trato generará, sin duda, un malestar difícil de suavizar.

-Autoexigirse menos que se exige a los otros. Imagina un jefe que exige puntualidad y llega cada día tarde. Este tipo de jefes sólo manda con autoritarismos.

-Dejar de formarse: sin caer en la diplomitis toda persona responsable de un equipo ha de estar al día en las nuevas técnicas. El trabajo de cada día forma mucho, tanto o más que la formación teórica. Lo mejor es combinar ambas en un constante feed back.

-Pensar que la culpa es de los otros. Aceptar nuestras imperfecciones nos molesta. Un jefe se ha de cuestionar los propios errores y aceptar la autocrítica. Haciéndolo mejorará.

-Ser blando es sinónimo de incompetente. Esta forma de mandar es propia de las personas inseguras. Los jefes blandos generan colaboradores sin autoexigencia.

-Amonestar culpando. No se ha de pasar la factura de lo que está mal hecho. El colaborador ha de tener la oportunidad de explicarse y seguidamente se le han de hacer ver las consecuencias de su actuación incorrecta, marcando una nueva línea de colaboración hacia el futuro con el correspondiente seguimiento.

-Criticar y/o sobreproteger. Tanto la crítica como la sobreprotección exagerada anulan a las personas. No permite que crezcan. Hace gente insegura. Estos colaboradores nunca asumen responsabilidades.

-Dar confianza. No es imprescindible dar mucha confianza para que los colaboradores se sientan reconocidos socialmente, al margen del trabajo. Para dar más, siempre se está a tiempo. Quitarla es más difícil y problemático. Crea asperezas.

-Navegar al viento de los trabajadores pendientes. Un jefe ha de saber en todo momento qué es lo que tiene pendiente, diferenciando lo urgente de lo importante. Es básico tener el trabajo planificado. No hacerlo es ir al fracaso seguro.

-Querer hacerlo todo personalmente. La delegación bien administrada y controlada es una de las piezas claves del puzzle del éxito.

Para finalizar, recuerda que quien manda mal no manda aunque mande.

Hacer conciencia de todos estos puntos que nos generan la felicidad es una manera de sentir la ¡Pasión por Existir!

Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capitulo 76 Volumén 2